Los miembros de la tripulación despliegan equipos en el hielo desde un rompehielos canadiense, CCGS Louis S. St. Laurent, en el Océano Ártico.
Los miembros de la tripulación despliegan equipos en el hielo desde un rompehielos canadiense, CCGS Louis S. St. Laurent, en el Océano Ártico. Crédito: Gary Morgan, Guardacostas canadiense.

El derretimiento del hielo ártico debido al cambio climático ha expuesto más superficie del mar a una atmósfera con mayores concentraciones de dióxido de carbono. Los científicos han sospechado durante mucho tiempo que esta tendencia aumentaría el CO2 en el agua del Océano Ártico.

Ahora, el investigador de la Universidad de Montana Michael DeGrandpre y sus sensores patentados, han ayudado a un equipo internacional de científicos a determinar que, de hecho, los niveles de CO2 están aumentando en el agua en amplias franjas de la cuenca del Océano Ártico en Canadá. Sin embargo, algunas áreas han exhibido aumentos más lentos, lo que sugiere que otros procesos, como la absorción biológica de CO2, han contrarrestado los aumentos esperados.

El trabajo fue publicado este mes en la revista Nature Climate Change.

DeGrandpre es profesor de química de la UM, y en 2015, él y la compañía que fundó, Sunburst Sensors, ganaron dos codiciados premios XPRIZE por desarrollar sensores económicos y duraderos para comprender mejor la acidificación de los océanos. La tecnología del sensor Sunburst también se utilizó en este reciente estudio para desarrollar un sistema de medición de CO2 colocado a bordo de un rompehielos canadiense, el CCGS Louis S. St. Laurent.

DeGrandpre comenta que las mediciones oceánicas se toman mientras el rompehielos está en marcha, a veces chocando con hielo de uno o dos metros de espesor. DeGrandpre y el investigador asociado de UM Cory Beatty han participado en estos cruceros de investigación desde 2012 con el apoyo de la Oficina de Programas Polares de la Fundación Nacional de Ciencias.

«Debido a la inaccesibilidad del Ártico y las condiciones de trabajo típicamente duras, realmente necesitamos un rompehielos de clase mundial para acceder a estas áreas«, afirma DeGrandpre. «También nos ha proporcionado un conjunto de datos consistente y de alta calidad, que realmente ayudó con este último estudio. La mayoría de los conjuntos de datos de CO2 del Ártico provienen de cruceros de tránsito poco frecuente, que no visitan los mismos lugares de año en año«.

Según DeGrandpre, el nuevo estudio combina datos esporádicos que datan de 1994 con datos más frecuentes que han recopilado desde 2012. DeGrandpre asegura que su conjunto de datos consistentes mejorará más aún, ya que NSF recientemente les otorgó una subvención de 890.000 dólares para continuar el proyecto rompehielos hasta 2023.

Fuente: Phys.org.

Alejandro Serrano
Cofundador de Fantasymundo, director de las secciones de Libros y Ciencia. Lector incansable de ficción y ensayo, escribo con afán divulgador sobre temáticas relacionadas con el entretenimiento y la cultura cercanas a mis intereses.

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