En Aztech Forgotten Gods tenemos un juego que se empodera gracias a su carga narrativa. Su guion es interesante y consigue tenernos entretenidos. Es muy interesante la forma en que nos mete el gusanillo y nos hace partícipes de la historia. En nuestra aventura tendremos que hacer frente a dioses olvidados (vaya, como en el nombre) bajo el control de Achtli en un asentamiento que comparte el sabor isleño con la tecnología.
Qué pedazo de brazo
Achtli tendrá en su poder un artefacto conocido como el Guardaluz. Este imponente brazo es el remanente de una antigua cultura ahora desconocida. Gracias a las capacidades que posee, podemos utilizarlo como una poderosa fuerza así como desatar ciertos poderes especiales. Podemos utilizarlo como dispositivo para volar, pudiendo mantenernos en el aire más tiempo gracias a anillos de energía. Este uso es vital a la hora de explorar los terrenos, y le da mucha vida a su vertiente más plataformera.
Poco a poco podremos ir habilitando mejoras en el Guardaluz, haciendo de él una verdadera arma sin igual. De entrada ya es un aparato que nos parece una locura, pero podemos mejorarlo para conseguir unos efectos todavía más increíbles.
Algo confuso en sus cimientos
La historia de Aztech Forgotten Gods es un poco enrevesada, ya que centra la mayoría de su importancia en humanizar a sus personajes. En un principio puede chocarnos un poco, pero si le cogemos el gusto no tendremos demasiado problema con ello. Las cinemáticas son abundantes, y por lo general nos cortan un poco el rollo mientras estamos jugando: a veces solo tenemos que ir de un lugar a otro para hacer que salte una. Lo importante es que el juego viene subtitulado en español, un detalle interesante si queremos que sea inmersivo en cuanto a historia.
Un apartado técnico interesante
La isla que pueblan los habitantes tiene toques tecnológicos que nos resultan muy llamativos. En algunos aspectos, esta civilización está anclada en el pasado, pero en otros aspectos son muy avanzados técnicamente. Sí que es verdad que se nota un poco vacía, ya que apenas podemos interactuar dentro de la isla. Podremos cambiar de estilo y de peinado, pero poco más.
Otros de los aspectos que podemos investigar en Aztech Forgotten Gods son las carreras contra otros personajes o enfrentarnos a pequeños grupos de enemigos. Estos dos aspectos son un plus a la hora de diversificar nuestra atención y pueden ser entretenidos puntualmente, pero personalmente creo que no están bien implementados del todo. Los combates no tienen mucha relevancia, y las carreras tampoco es que me llamen mucho la atención (me recuerdan un poco a las carreras de Jak & Daxter).
Vamos a lo importante, la lucha contra dioses
Realmente el groso de la historia reside en ir en busca de antiguos dioses. Hacerles frente será nuestra prioridad, y tendremos que despertarles para acabar con ellos. Una premisa interesante que nos recuerda en cierto modo a los Colosos de Shadow of the Colossus. La variedad de los dioses es interesante, y tanto su presentación como su primer vistazo nos mantienen en alerta.
Por desgracia, la mayor parte del tiempo tendremos que hacerles frente de la misma manera (aquí es donde se separan las comparaciones anteriores). Los puntos débiles de los dioses son encarados de manera automática, por lo que se pierde la sensación de investigación junto con el ensayo y error. En cuanto ataquemos, nuestro personaje se dirigirá a las zonas concretas, siempre y cuando encaremos al enemigo.
Sin embargo, tengo que decir que el diseño de los dioses es bastante chulo. Se nota que están cuidados y el empeño en el apartado artístico es digno de admirar. Ciertos detalles los hacen atrayentes y son lo suficientemente diferentes entre sí como para mantenernos pendientes al observarlos por primera vez.
Un apartado artístico interesante, pero mejorable
Ya hemos hablado del diseño de los dioses y su desempeño, pero obviamente hay más. La banda sonora es todo un acierto, con toques metaleros que aprenderemos a disfrutar conforme vayan sonando. Estos temas son justo el toque duro y peligroso que les hacía falta a los enfrentamientos (al menos así lo creo yo).
Otro de los puntos a destacar es la inclusión del modo foto, ya que como hemos descrito anteriormente, algunas escenas son dignas de admirar con un poco de tranquilidad. El modo foto es una mezcla agridulce, ya que hemos notado ciertos fallos a la hora de explorar, pero por lo general cumple con su función.
Lo que más nos choca es la poca definición de sus gráficos, y no nos referimos a su calidad. No necesitamos que un juego como Aztech Forgotten Gods se vea con gráficos de nueva generación, pero el desempeño no es bueno. En su anterior juego, Mulaka, el aspecto low-poly funcionaba, pero aquí se siente muy desmejorado, como con falta de mimo o con ventanas de tiempo mal ajustadas.
Las luces y sombras del apartado artístico
En el lado oscuro de la balanza tenemos un motivo de peso por el cual la mayoría de jugadores no podrá disfrutar de esta entrega. El movimiento de nuestro personaje es caóticamente absurdo, sobre todo cuando estamos haciendo uso de nuestro guante (casi siempre). A esto hay que sumarle que en la propia implementación del tutorial podemos ver algunas de estas carencias. Por si fuera poco, la cámara también es un despropósito en algunas ocasiones.
También se nos hacen algo tediosas todas las interrupciones que tenemos a medida que estamos jugando. La inclusión de cinemáticas y momentos de diálogos acaban por sacarnos del juego. Además de ello, la isla se siente muy vacía y apenas tenemos cosas por hacer. Las onomatopeyas hacen su función en lugar del doblaje, pero se tornan algo repetitivas y cansinas.
Conclusión
Aztech Forgotten Gods es un juego interesante que merece la pena probar en algún momento. Su premisa y la reinterpretación de las deidades es muy curiosa, y el uso de el Guardaluz es muy interesante. Es una pena que un movimiento tan caótico y unas cámaras erróneas empañen la jugabilidad. Las excesivas interrupciones y lo vacía que se siente la isla nos quitan las ganas de explorar. Los detalles gráficos empañan el entorno, y aunque lo que prometía era bastante atractivo, parece que no llega a cumplir con el potencial que pretendía tener. Aún así se trata de un juego interesante, y en el fondo se puede disfrutar de él, aunque pienso que no lo recordaremos con el paso de los años.