En un pausado número en el que Kubert emula los efectos de hiperdistorsisón y sintetización de Miller. Una maravillosa y pausada escena en la que Sawyer interroga a Carrie y que nos va a llevar con un flashback a la dura respuesta de por qué Wayne ya no lleva la capucha. Roturas de narración tradicional con unas viñetas que literalmente hacen que el lector caiga en la misma incosciencia que Carrie por sus heridas.
Es inmenso el respeto que siente Kubert por Miller, pues hasta en el momento de recrear la batalla con Luthor, mantiene ese estilo superdeforme y afeado con las orejas de la capucha caídas hacia abajo como si fuera un dibujo animado con el que Miller tuvo a bien retratar a Batman en “El Contraataque del Caballero Oscuro”. También es muy característico el vendaje que lleva Carrie, sobre todo la cruz de vendas en el ojo, que nos recuerda poderosamente a los antihéroes de Miller en “Sin City”.
Por otra parte Lara, la hija de Superman y Wonder Woman sigue empeñada en cumplir el legado de su padre y traer de vuelta a los habitantes de la ciudad embotellada de Kandor. Aquí se nos presenta a Baal, un kandoriano que ya en la elección de nombre y su actitud nos deja claro que no es precisamente un angelito.
Azzarello recuerda también al mejor Miller en el uso de recursos narrativos, como los narradores de la prensa y la televisión, la división de la página en muchas pequeñas viñetas repetidas para conseguir sensación de estática, en fin todo un homenaje al “Regreso del Caballero Oscuro”.
Al final desgraciadamente Azzarello cae en tópicos y repeticiones y ya nos volvemos a encontrar con un malo malisimo que además usa la religión y el fanatismo como arma, se trata de Quar, y el pobre Palmer se va a sentir aplastado por el peso de sus acciones y el terrible mal que acaba de desatar en la Tierra.
Quar es un personaje clásico, bien construido, que en apenas dos páginas deja claras sus intenciones. El mundo necesita a los mejores del mundo más que nunca, pero uno está muerto y el otro atrapado, ¿o tal vez no? Sin duda el final de este cómic va a sacaros una gran sonrisa y os va a dejar con ganas de que llegue pronto el siguiente.
En esta ocasión el cómic complemento está protagonizado por Wonder Woman y es remarcable por muchos motivos, el primero de los cuales es porque vemos como Azzarello sigue imprimándole un carácter muy especial a la amazona, por otra parte que supone un nuevo trabajo con su pareja artística más estable que no es otro que el argentino Eduardo Risso, con el que ha firmado maravillas como 100 balas o Batman Ciudad Rota.
En el minicómic se nos narra desde el punto de vista de Diana y de Lara, la difícil relación que tienen entre ellas. Diana quiere convertirla en toda una luchadora pero sigue teniendo el problema de que Lara prefiere ejercer su herencia kriptoniana. Gran e intenso juego de diálogos por parte de Azzarello y un gran trabajo por parte de un Risso que de nuevo homenajea en el uso de las sombras y las perspectivas al maestro Miller.
Os recuerdo que ECC lanza dos versiones de esta obra, una en formato grapa y con el cómic en miniatura en su interior y otra en cartoné que aparte de incluir el cómic complementario en su tamaño normal cuenta con portadas sketch del maestro Jim Lee, vamos una maravilla limitada que no deberías dejar pasar.
Las cartas están sobre la mesa, una nueva amenaza de kriptonianos superpoderosos y amorales amenaza el mundo y sólo hay alguien famoso por no sólo plantar cara si no por barrer el suelo con ellos, él es Batman y es hora de que regrese de nuevo el caballero oscuro para plantar cara a esta supuesta nueva raza superior.