Como a lo largo de estos 6 volúmenes, el equipo técnico de esta obra es numeroso. Los encargados de dar el punto y final a la historia son los aclamados Scott Snyder, James Tynion IV, Genevieve Valentine y Steve Orlando. Al equipo se le añade una lista muy larga que ha ido apareciendo y desapareciendo periódicamente durante la publicación de estos 26 capítulos y que ya hemos mencionado en reseñas anteriores de ‘BYR Eternos’.
La cosa esta jodida para nuestros musculosos, hábiles e inteligentes Robins. Madre sigue adelante con su mega-plan-maligno, que consiste básicamente en controlar a una masa ingente de niños y adolescentes a través de un sistema de control remoto, de difícil asimilación para el lector, inyectándoles en su subconsciente la necesidad de asesinar todo aquello que ya tenga edad para beber o conducir. Como un síndrome de adolescencia, pero a lo bestia y un poco homicida.
Esto, aunque suene raro, es algo que me gusta. Porque nuestro cuarteto de guionistas sabe cómo retorcer una historia con un argumento de base absurdo para dar luz a una trama que lejos de su superficialidad trasmite un mensaje más profundo de forma, no brillante, pero sí efectiva y divertida. Este mensaje gira en torno al miedo y el crecimiento de una persona que piensa que ha de ser de una determinada forma para complacer a sus padres. El miedo que sienten o han sentido todos los niños que han perdido a sus padres, o que aun teniéndolos estos no han actuado como si lo fueran (como el caso de Cassandra y el Huérfano).
El miedo siempre ha sido un ha caracterizado al propio Batman, dando identidad a cualquiera de sus sagas. Este miedo sumado al temor de batman de ser como madre o incluso de las preocupaciones de cualquiera de los Robins, hacen a uno reflexionar brevemente mientras las hojas dan paso a una frenética sucesión de violencia.
Sin duda lo mejor de estos 6 volúmenes han sido sus personajes. La bat-familia y allegados siempre son cañero con personalidades muy bien definidas, por lo que resulta prácticamente imposible no enamorarse de uno de ellos, ya sea desde Batman hasta Capucha roja. En mi caso he de mencionar que la evolución de Cassandra Cain y Harper Row ha sido fantástica. Su interacción a lo largo de la obra puede emocionarte desde el principio hasta el fin. Si he de elegir sola mente una escena de estas pedazo de superheroínas sin duda escogería los momentos de cavilación de Harper Row ante la posible ejecución de Cassandra, como venganza al asesinato de su madre. La gran carga emocional de la escena, unido a las preciosas ilustraciones en la fortaleza del hielo de madre, con sus muchos tonos azules es sin duda de las mejores partes de toda la historia.
El elenco de buenos protagonistas tampoco se va a detener ahí, Midnighter merece una gran mención. No solo porque sin su ayuda los Robins estuvieran bastante jodidos y el mundo se hubiera ido a pique, sino por su gran carisma y seguridad en sí mismo. Este es el típico ejemplo de personajes con poco peso en la trama que te llegan bien a dentro en muy poquitas viñetas. De los propios Robins no hay mucho más que añadir, ya molaban de antes, y lo siguen haciendo.
Respecto al dibujo no hay mucho más que añadir a las anteriores reseñas, salvo que sigue siendo fabuloso. Tiene unas transiciones de viñetas que hacen amena y ligera la lectura, pero que no escatima en diálogos cuando son necesarios.
Con sus pros y contras la saga ha conseguido cerrar de forma firme. Dejando muchas posibles continuaciones para muchos de los protagonistas (algunas ya publicándose en otras sagas actualmente), y eso es en definitiva lo que muchos de los fans de DC y de Batman en concreto nos gusta.
Así ECC concluye con el 6 volumen la serie que hemos estado leyendo estos meses. A un precio de 12,95€, que merecen la pena.