La aparición de la Científica Jefa Cibo para cerrar el primer volumen de «Blame! Master Edition» no sólo puso fin al peregrinaje en solitario de Killy por la megaestructura sino que ha abierto la espita de las respuestas a los muchos interrogantes que el debut de Tsutomu Nihei planteó en su introito.
Camino de la placa que los separa del nivel superior, Cibo se conecta a Killy para mostrarle en un flashback el resultado de su intento de conexión a la Netsphere mediante un gen de conexión sintético. El experimento terminó con la repentina aparición de la Salvaguardia —las criaturas robotizadas encargadas de mantener la seguridad y perseguir implacablemente a todo humano sin genes de conexión que intente contactar con la Red— y una explosión brutal que hizo necesario regenerar a la Científica Jefa a partir de su copia de seguridad. Como ni tan siquiera semejante explosión consiguió dañar la megaestructura, Cibo reclama la ayuda de Killy para atravesar la placa y acceder al nivel superior.
Durante el alto en el camino, la Salvaguardia vuelve a hacer acto de presencia pero es retenida por un agente de la Agencia Gubernamental que trae un mensaje para Killy: la megaestructura está creciendo descontroladamente dañando la Netsphere, cuyo hardware se encuentra ubicado en su estructura central. Por ello, es necesario que Cibo y Killy encuentren a alguien con genes de conexión a la Red para poder conectarse y detener el crecimiento de la megaestructura a la que se refieren con La Ciudad.
Al contrario de la Salvaguardia, los integrantes del nivel de control de la Netsphere que forman la Agencia Gubernamental tratan de proteger a los humanos y guiarlos por la megaestructura. Precisamente eso hace el agente con el que se encuentran tras sufrir otro ataque una vez cruzan el nivel gracias al poder destructivo del lanzador de partículas gravitacionales de Killy, del que hay unas cuantas copias en manos de la Salvaguardia.
El maltrecho miembro de la Agencia les informa de que existe una estructura cilíndrica que funciona de manera independiente a La Ciudad porque es una reminiscencia de la época en que la conexión entre los humanos y la Netsphere era normal. En teoría, al estar adaptado a la necesidad de vida de los humanos debería estar habitado pero la Agencia lo desconoce porque no puede penetrar la estructura, algo que Killy y Cibo quizá puedan lograr.
Con ese objetivo en mente la pareja se pone de nuevo en camino por el recién descubierto nivel, encontrándose al poco tiempo con una niña llamada Sana-Kan que se oculta de la Salvaguardia en la laberíntica estructura. Junto a ella, reemprenden la marcha y son nuevamente atacados, pero esta vez Killy y Cibo no tendrán que luchar solos ya que cuando la situación empieza a ponerse realmente difícil aparecen unos cuantos humanos bien armados para salvarles el pellejo. Y, sorpresa, ¡sus salvadores provienen de un asentimiento en los alrededores del cilindro!
Descendientes de Los Plantadores —antiguos habitantes del cilindro— los rescatadores de Cibo y Killy se instalaron en las zonas adyacentes porque no saben cómo entrar en la estructura rotulada con el nombre de Industrias Pesadas Tôa. Si, la corporación para la que trabaja el protagonista de «Biomega» parece ser la propietaria del cilindro, algo que los herederos de Los Plantadores desconocen porque no saben leer, lo que también les ha impedido comprender las sencillas instrucciones de apertura que el cilindro tiene en la entrada.
Las concomitancias entre las obras de Nihei no son un hecho aislado, sirvan también de ejemplo los Gauna, las criaturas contra las que lucha la humanidad en «Knights of Sidonia», que el otrora arquitecto creó en «Abara» unos años antes.
La incursión en el interior de Industrias Pesadas Tôa refleja de nuevo la inmensidad del mundo por el que transcurren los pasos del explorador Killy y desenmascara a Sana-Kan, desatando una batalla campal en el asentamiento entre los humanos y la Salvaguardia, que trata de impedir que estos se oculten en el interior del cilindro fuera de su alcance.
En el abrumador enfrentamiento Nihei vuelve a una narrativa a golpe de imágenes tejidas con una acción desenfrenada durante la cual, curiosamente, el mangaka da casi más pistas de los secretos que sustentan las mastodónticas estructuras que en la primera mitad del tomo, donde anticipa la línea que seguiría posteriormente en obras como «Biomega», mucho más textual y explicativa.
El tomo se cierra con un cliffhanger potente que añade nuevas e importantes incógnitas a una lista de la que tras la lectura del «Blame! Master Edition 2» hemos podido tachar varios interrogantes mientras disfrutábamos, otra vez, del inagotable talento de Nihei para crear diseños colosales y secuencias dinámicas en esta historia que es al mismo tiempo principio y fin de la imaginería cyberpunk.
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