Para quién no haya tenido el placer de disfrutar del este pionero y alocado mundo que fue Borderlands, situaros, nos encontramos en el salvaje planeta Pandora, donde a parte de feroces monstruos, existe un montón de bandas criminales y ejércitos como la lanza carmesí, todos ellos a la búsqueda de un misterioso tesoro que se encuentra en el interior del planeta. Al principio del mismo nos encontramos en el autobús de Marcus Kinkaid, que transporta a una banda de cuatro mercenarios: Roland, un ex-soldado miembro de la lanza carmesí, táctico y especialista en armamento pesado y torretas; Lilith una de las misteriosas seis Sirenas que existen en el universo, tiene la capacidad de volverse invisible e intangible y no se lleva demasiado bien con el resto de las suyas; Mordecai, gran rastreador y francotirador siempre acompañado de su cuervo Bloodwing y por último el Berserker Brick. Junto a ellos explorábamos Pandora en un modelo de shoutter con mejora y equipación de los personajes al estilo juego de rol, en una gran mezcla de acción y humor.
Donde está Roland no puede faltar Higgins, un bastardo con traje que nos lo hace pasar mal en el juego, y que aquí descubrimos a qué debe su extraña fuerza, el ser un retorcido malnacido ya le venía de serie. Al parecer un trabajo fácil, pero nada lo es en Pandora. Ni para Padilla y Sanz, que no sólo tienen que marcarse la uniformidad completa de los lanceros si no además recrear algunas de las lindezas de la fauna local de Pandora, como los “Despedazadores” del Valle Derrumbado, una especie de rinocerontes mutados. A Padilla se le nota el saber hacer en escenas de acción, pues las páginas fluyen con la misma rapidez que las balas en el videojuego.
El segundo capítulo está dedicado a Lilith, y personalmente me parece el mejor del tomo. Con una narrativa arriesgada y unas composiciones cósmicas. El color de Sanz es fundamental para lograr plasmar los poderes de Lilth y el resto de las sirenas y resulta mágico durante la secuencia en la que nos cantan la canción de las sirenas. Neumman hace además la mejor de las historias, pues vamos a conocer a Lilith desde su más tierna infancia. La secuencia de la anciana y el volver a ver al resto de las sirenas de las borderlands demuestra lo mucho que se ha documentado el equipo creativo. Por lo demás para los fanáticos de los fanfics, decir que habrá una curiosa escena entre Roland y ella en el autobús y que se confirmarán nuestras sospechas sobre a qué huele el vehículo de Marcus.
Por último cierra el tomo el número dedicado al más misterioso de los integrantes del autobús, Brick. La enorme mole del berserker avanza por Pandora y es recogido por el autobús, es mudo o no parece ser capaz de comunicar más allá de mostrar un ladrillo (Brick en inglés de ahí su nombre). Brick parece venir de un mundo bastante similar al nuestro, un mundo donde todo puede comprarse y venderse gracias a las armas y donde una vida vale menos que un disparo.
Pero no todos son así, Brick tiene una norma nada de niños, y si tienes la mala suerte de contradecir lo que Brick cree, mejor no te metas en su camino. De nuevo un despliegue de acción descarnada propia de la furia Berserker, además recordaremos a Priscilla una perrita que tiene mucho que ver con cierto colgante que lleva nuestro silencioso amigo.
Sin duda un cómic imprescindible para todos los amantes de la saga y para los que gusten de los buenos cómics de acción desenfada y violencia gratuita y además a un precio inmejorable, no dudéis en haceros con él. Pena la falta de los divertidos claptrap, a la espera de que los chicos de Fandogamia queiran seguir sacando el resto de cómics de la saga.