Los amantes de los dungeoncrawler están pasando por un momento complicado. Actualmente, el número de juegos de este género ha aumentado en gran medida pero, por desgracia, no todos llegan a un nivel de calidad lo suficientemente alto como para copar las expectativas de los fans. Veamos en este análisis si Brave Dungeon es lo suficientemente divertido.
Brave Dungeon está protagonizado por Al, una cazadora de objetos mágicos que se encuentran en mazmorras custodiados por guardianes que se enfrentarán a todo aquel que se atreva a adentrarse en sus profundidades. Para completar nuestra misión de conseguir el objeto mágico más poderos,o contaremos con la ayuda de dos compañeros que elegiremos al comienzo de la aventura.
El plantel de personajes es algo escaso ya que, además de la protagonista, podrás elegir dos personajes más de entre cinco con una capacidad de personalización nula y que no interactúan en ningún momento con la protagonista; dando la sensación de ser personajes de relleno.
El sistema de desarrollo de personajes se basa en el modelo de puntos de experiencia clásico. Al ganar combates obtendremos puntos que podremos utilizar para subir los cuatro atributos de los personajes independientemente de su clase o rol. Además, en determinados niveles de cada personaje nos permitirá elegir una de dos habilidades (aunque es irrelevante cuál elijamos, porque al final acaba por dejarnos elegir solo la que no hemos elegido en los niveles anteriores).
El hecho de que permita subir los atributos de forma individual y casi ilimitada provoca que sea muy fácil que los personajes se descompensen o dejen de cumplir su rol y pasen a otro totalmente diferente. En mi caso elegí a un curador que acabó por hacer más daño que la propia protagonista. Y es porque este sistema invita a olvidarte de un personaje y centrarte solo en dos de ellos para alcanzar cantidades de daño y stats brutales a costa de que un personaje del equipo se quede atrás.
El sistema de equipamiento es variado y, según avancemos en la aventura, podremos acceder a todo tipo de objetos que modificarán ciertos parámetros de los personajes. Aun así, al igual que ocurre con el sistema de atributos, ciertos objetos son capaces de descompensar el equilibrio general del juego, algo que se nota especialmente tras llevar varias horas de juego.
El sistema de exploración de mazmorras se basa en ir descubriendo el mapa mientras avanzamos por la zona y derrotamos a un jefe final en cada piso para conseguir la llave y poder bajar al siguiente. Una vez lleguemos al siguiente piso: repetir. Además, cada vez que muramos o volvamos a la ciudad, tendremos que volver a empezar en el primer piso y volver a llegar hasta el punto en el que nos encontrábamos, aunque, en este caso, el camino estará desbloqueado. Además, el juego ofrece algunas facilidades para hacer la exploración más amena; como un objeto que permite desplazarse más rápido o directamente saltarse un piso.
A nivel técnico nos encontramos ante un juego con luces y sombras. En los combates nos encontramos ante personajes con una estética anime muy colorida y remarcada de calidad que, por desgracia, difiere demasiado de un fondo apagado en la mayor parte de los escenarios, creando así un conjunto demasiado disonante que no acaba de encajar. Lo mismo ocurre en la exploración de las mazmorras en las que el fondo con respecto a los obstáculos o al propio personaje crean una visión demasiado estridente. Pese a todo, la variedad de escenarios disponibles evita que caigamos rapidamente en una sensación de monotonia típica de este tipo de títulos.
En el apartado sonoro el juego cuenta con una banda sonora que se limita a acompañar al jugador en todo momento sin llegar a sorprender o llamar la atención. Los efectos de sonido también cumplen sin problemas pero, una vez más, no destacan por encima de la media.
Conclusión
Brave Dungeon es un juego que no destaca especialmente. Una jugabilidad repetitiva, poca variedad de enemigos, una historia totalmente inexistente y una banda sonora que pasa desapercibida, dan como resultado un título solo recomendado para los verdaderos fans del género.