No ha pasado ni un año desde que leí Luna 174, de Clara Duarte. Una primera novela que me sorprendió mucho, con uno de los mejores finales que he leído en años. En cuanto anunciaron la publicación de Cada seis meses, su nuevo libro, sabía que tenía que leerlo sí o sí, su argumento no podía ser más atractivo.
Enamorarse de quien sólo existe seis meses al año
Hana es una chida medio coreana, estudiante de Bellas Artes durante el día, repartidora del wok de sus padres por la noche. Se despierta con los calcetines que le lanza su amiga y vecina Mia, casi nunca tiene el móvil con batería, tiene un pug llamado Paco y cuando era niña le mordió una langosta en un Mercadona.
Su normal vida cambia cuando conoce a Ro. Y ya no puede quitársela de la cabeza. Por ella, va cada día al Mercadona donde Ro trabaja sólo a comprar macarrones (pese a la aversión que le tiene a los Mercadona) y a alimentarse toda una noche de obleas. Para Hana, el verano puede durar eternamente.
Hasta que llega el 1 de septiembre y Ro no está. Nadie la recuerda, sus cosas han desaparecido y todo lo de su alrededor ha cambiado. Las fotos juntas, sus dibujos de ella, el cactus que le regaló. Todo ha desaparecido. Sólo Hana la recuerda. Y deja de ser quién era, hasta que, seis meses después, Ro vuelve a entrar en escena.
Ro y Hana, Hana y Ro
Unos de los puntos fuertes de Cada seis meses son sus personajes. Hana y Ro se vuelven parte del lector, son tan reales, sus emociones, sentimientos, lo que son, su profundización es tanto, que puedo viajar mañana a Madrid y reconocerlas. Clara Duarte es muy buena en ello, algo que sobresalía en Luna 174, cuida muchísimo los detalles, tanto de los principales como de los secundarios. Mia, Leo, Alex, hasta el pug Paco tienen un papel esencial en la novela. Incluso Raphael, el cantante.
Descubre el realismo mágico de Madrid
¿A quién no le afectaría algo así? Cada seis meses tiene una trama muy especial; las primeras páginas podrían ser una bonita y bien escrita historia de amor, hasta ese punto en que la fantasía aparece en la novela y algo mágico recorre la historia: la desaparición de Ro. Pensar en que la persona a la que quieres va a desaparecer es duro, pero que nadie más la recuerde, que desaparezca/cambie todo lo que la rodea, no lo quiero ni imaginar. No sólo de amores
desaparecidos trata Cada seis meses, temas como el cáncer, la transexualidad y las drogas, tratados con mucha naturalidad, la convierten en una novela de realismo mágico ambientada en la Madrid actual (pero sin pandemia).
Clara Duarte se ha convertido en una autora a la que tener muy en cuenta, sus dos novelas han sido un soplo fresco en mis lecturas al manejar historias originales envueltas en un halo mágico que engancha con unos personajes muy reales. Si te gustan estos elementos, no puedes perderte Cada seis mes; yo ya estoy esperando ansiosa su tercera novela.