Han pasado muchos años desde la época dorada del shooter moderno vivida en los circuitos de PlayStation 3 y Xbox 360. Modern Warfare lo cambió todo, y dio comienzo a una generación en la que Call of Duty, batía todos los años los récords de ventas, sorprendiendo con grandísimas obras cómo Modern Warfare 2 o Black Ops 2. Fue con el salto a la actual generación, y con la presentación de Titanfall, de los creadores originales de Call of Duty, con la que la saga se adentró en la época futura, incluyendo jet packs, saltos, verticalidad y perdiendo en parte la esencia de lo que había sido la franquicia hasta el momento. El año pasado WWII volvió a lo orígenes, con una buena recreación de la segunda guerra mundial. Sledgehammer hizo un gran trabajo, pero debía ser Treyarch, en una época en la que Infinity Ward ya no es lo que era, la que debía devolver la saga a su época dorada, a la guerra moderna, a convertirse de nuevo en el rey de los juegos de disparos.
Treyarch tenía por delante una complicada tarea a la hora de sacar adelante la nueva entrega de su veterana saga. En una época dónde los desarrollos son cada vez más longevos y caros, dónde los eSports protagonizan las portadas de todas las revistas, y dónde el género de los Battle Royale acapara las miradas de todo el público con enormes representantes cómo Fortnite o PUBG, era el momento de tomar decisiones difíciles, pero el estudio de Santa Mónica tenía claras las cosas que funcionaban en su franquicia, y en contra de lo que todos pensaban, han sacado adelante la mejor entrega de la saga de los últimos años.
Lo primero que llama la atención cuándo se accede al menú del shooter bélico, es la ausencia de un modo campaña, una modalidad que había sido obligatoria hasta el momento en la franquicia, y que en sus mejores años había dado grandes alegrías a los jugadores, sobretodo la saga Black Ops, con grandes argumentos, personajes (El eterno Ramón Menéndez de Black Ops 2) y momentos cargados de acción digna de las mejores películas Hollywoodienses. Por desgracia, la inmensa mayoría de jugadores ni siquiera jugaba a este modo, lo que lo convertía en un caro capricho que llevaba montones de horas de trabajo y presupuesto al que no se le sacaba partido. La decisión era complicada, pero el estudio lo tenía claro. Cambiar la campaña por la modalidad del momento, Blackout, la primera experiencia Battle Royale de Call of Duty. Cuesta admitirlo, sobre todo para un jugador que siempre tenía la campaña cómo para obligatoria, pero no se echa en ningún momento de menos.
El estreno de la franquicia en el actual modo de juego de éxito ha funcionado mucho mejor de lo que cualquiera pudiera llegar a imaginar. El estudio estadounidense ha logrado aunar lo mejor de la franquicia de Activision, y lo mejor de los Battle Royale, adaptando sus mecánicas para garantizar que el sistema funcione tan eficientemente cómo un reloj suizo. El sistema de Call of Duty es rápido y frenético, demasiado para una modalidad de juego cómo esta, por lo que el estudio ha sacrificado un poco de la velocidad de juego y precisión usual para lograr un perfecto equilibrio entre los enfrentamientos.
Entre las características de Blackout lo primero que destaca es el enorme mapeado del título, el más grande hasta ahora en la saga, con 100 jugadores simultáneos, compuesto de mapas de antiguas entregas cómo Array o Nuketown del primer Black Ops, y nuevas localizaciones, obteniendo un conjunto enorme y muy variado, mucho más que en los mapas de otras franquicias similares. Para adaptarse a semejante tamaño del mapa, se han añadido por primera vez en la franquicia, vehículos por tierra y por aire, con un funcionamiento sencillo y funcional, caída de las balas con la distancia y gestión de inventario. Podremos recoger armas, botiquines, chalecos antibalas, accesorios para las armas e incluso ventajas que se podrán activar para modificar nuestro personaje.
En cuanto a las aportaciones de la franquicia al modo Battle Royale podemos encontrar equipamiento clásico de la franquicia cómo el coche Radio Control RC-XD con el que podremos explorar el mapa y planificar tácticas, y la más destacada incorporación de los zombis. Estos reconocibles enemigos de la saga harán su aparición en zonas aleatorias del mapa, siendo más duros conforme vaya cerrándose el mapa, soltando equipamiento raro y permitiéndonos abrir el clásico cofre con el osito de peluche presente en esta modalidad, que nos bonificará con las armas más potentes del modo. La mayor novedad del modo Blackout es la posibilidad de jugar en pantalla divida con dos jugadores en la misma consola, algo que no se podía hacer hasta la fecha en los principales representantes del género y que muestras de nuevo el compromiso del equipo en cuanto al juego local con amigos.
Treyarch ha prescindido de las cajas de looteo tan criticadas en WWII y ha añadido un sistema de mercado negro, similar a un pase de batalla, pero completamente gratuito para conseguir todo tipo de cosméticos jugando, además de los adicionales en eventos cómo Halloween. Para redondear aún más el sistema de bonificaciones, la compañía ha añadido personajes famosos desbloqueables mediante desafíos tales cómo encontrar en Blackout la bandana, subirnos en un helicóptero y ganar la partida para desbloquear a Woods. Todo un acierto.
No es solo el Battle Royale el que recibe cambios, y es que la jugabilidad clásica de Call of Duty ha sido modificada para convertirse en el sistema más equilibrado y competitivo de la franquicia hasta la fecha. Con modificaciones que se antojaban extrañas para el jugador usual de Call of Duty, pero que han demostrado ser todo un acierto y casar perfectamente con el ADN de la saga de disparos. El cambio más llamativo es la eliminación de la regeneración automática de vida, apostado esta vez por un sistema de botiquines podremos utilizar rápidamente para recuperarnos al estilo de la saga Battlefield, que tendremos disponibles cada cierto tiempo. Cuesta acostumbrarte, pero te obliga a pensarte mejor las jugadas y jugar en equipo, los lobos solitarios lo tienen en esta entrega más difícil que nunca.
Otro de los cambios más llamativos para equilibrar el sistema de juego se encuentra al atacar cuerpo a cuerpo, ya no eliminaremos a los enemigos de un solo golpe, lo que hará más intensos los enfrentamientos a quemaropa. En cuanto a los explosivos, no estarán disponibles cómo usualmente, lo que consigue que los enfrentamientos que varios jugadores contra uno no acaben con una granada bien lanzada que termina con cualquier tipo de estrategia de equipo. Todos estos pequeños cambios pueden no llamar la atención, pero lo cambian todo, y remozan un sistema de juego que ya era efectivo, pero que cada entrega se vuelve un poco más pulido. El juego continúa con el camino marcado por Black Ops III, incluyendo de nuevo a los especialistas, personajes con habilidades concretas que marcarán el tipo de soldado que controlaremos. Se mantienen los ofertados en su día y se incluyen nuevos, lo que aumenta la variedad del título. El juego dispone de un sistema de pantalla dividida para cuatro jugadores para jugar partidas entre amigos con bots.
Dónde Treyarch ha estado tan efectiva cómo siempre es en el ritmo de juego. Black Ops 4 no tiene saltos ni jet packs, pero sigue siendo tan ágil cómo siempre. Las escaladas ya no son tan toscas, el sistema de deslizarse por el suelo funciona a las mil maravillas, y la incorporación del sistema de buceo añade una nueva dimensión al juego, permitiendo incursiones camuflados bajo el agua que provocan situaciones intensas e impredecibles. Gran mérito de esto está en el diseño de los mapas, tan bien diseñados cómo siempre, y estructurados para provocar todo tipo de tiroteos, variados y divertidos. Junto a los 10 nuevos mapas originales se encuentran cuatro mapas clásicos del primer Black Ops, siendo varios de ellos de los más aclamados de aquella primera entrega, cómo Firing Range o Jungle, que siguen funcionando tan bien cómo siempre.
Otro de los cambios realizados por Treyarch es la cámara de muerte, apostado esta vez por las jugadas destacadas, cómo en Overwatch. En cuanto a los modos de juego, los protagonistas de esta obra son Control y Atraco. El primero de ellos consiste en una variante del clásico modo de controlar zonas. Un equipo ataca y otro defiende, si uno de los dos cumple su objetivo o si se acaba con todas las vidas del equipo rival se gana la partida. Es una modalidad efectiva y que premia mucho el juego en equipo, ayudado además por un nuevo sistema de mini mapa, dónde vemos a todos nuestros compañeros y su rango de visión, mostrando a los enemigos a su vista, lo que ayuda mucho a planificar estrategias de equipo.
El segundo modo, Atraco, recuerda al aclamado shooter Counter Strike, llevando a los jugadores a recuperar un maletín con dinero y llevarlo a un punto de extracción hasta completar cuatro asaltos. Si un jugador cae el suelo puede ser rescatado por un compañero, pero si es asesinado no volverá a la vida hasta la siguiente ronda. Según las acciones realizadas durante la partida se obtendrá dinero para comprar mejores armas para el siguiente asalto, empezando únicamente con una pistola. El resto de los modos clásicos de la saga se han añadido en listas de partidas, para garantizar que todos estén repletos de gente para jugar, acabando con problemas para localizar partida presentes en otras entregas.
La tercera punta del tridente la cierra otro de los modos emblemáticos desde el veterano World at War, el modo Zombis. En esta entrega la compañía lo ha dado todo, preparando una nueva historia llamada la saga del caos, que nos cuenta una alocada historia en la que incluso los viajes en el tiempo tienen cabida. Los nuevos mapas, IX y Travesía Infernal, presentan localizaciones en un coliseo en la antigua Roma y el hundimiento del Titanic, iceberg incluido. Presentado alocadas situaciones, armas propias para cada escenario y montones de guiños y elementos por descubrir para hacer las partidas más interesantes. La compañía también ha añadido uno de los mapas más aclamados de Black Ops 2, ambientado en la prisión de alcatraz. Cómo no podía ser de otra manera, por primera vez en la franquicia el título permite conectarse a cuatro jugadores en pantalla dividida para jugar a esta modalidad, haciendo las partidas más divertidas que nunca, aunque eso sí, con un rendimiento un poco irregular.
Tendremos habilitadas varias maneras de jugar, pudiendo elegir entre el modo clásico, o un modo en el que se prescinde de elementos argumentales para centrarse sólo en jugar y matar zombis. Los jugadores también dispondrán de la posibilidad de cambiar la dificultad de los enfrentamientos contra los muertos vivientes. Por último, para aumentar la profundidad del título, en esta ocasión podremos equiparnos diversas clases para jugar, independientes del personaje, que nos permitirán añadir diversas habilidades para afrontar las partidas contra los zombis.
El ultimo modo disponible, que viene a servir de tutorial y de sustituto de la campaña, es el cuartel general de especialistas. En este modo podremos aprender a controlar a los diferentes personajes que protagonizan el título y conocer sus historias gracias a uno vídeos CGI de muy buena calidad, así como conocer la historia general de la obra, de la mano de la heredera de Mason y del siempre carismático capitán Woods. No sirve para paliar la ausencia de la campaña, pero viene bien para aportar más modalidades para el jugador individual y aportar más contenido a un juego super completo.
El mayor punto flaco de Call of Duty Black Ops 4 es el apartado gráfico, el punto dónde más suele pecar la franquicia. Mientras que el modo zombi ofrece un aspecto bastante competente, el modo de juego clásico y sobre todo Blackout ofrecen un aspecto que empieza a quedarse obsoleto, manteniendo eso sí, un rendimiento perfecto necesario para poder disfrutar de un juego de estas características en condiciones. El apartado sonoro es tan bueno cómo de costumbre, con efectos de sonido para todas las armas y voces dobladas al castellano del más alto nivel. Destaca sobre todo el tratamiento del sonido en Blackout, vital para disfrutar cómo se merece de un Battle Royale, pudiendo localizar a tus enemigos en base a la dirección del ruido de los pasos.
Conclusión
Call of Duty Black Ops 4 es sin duda alguna la mejor entrega de la franquicia en los últimos años y en lo que va de generación. El sistema de combate se ha perfeccionado, siendo tan divertido cómo siempre pero más competitivo que nunca. El modo zombi sigue siendo un estandarte de la saga y la nueva incorporación, Blackout, es sin duda uno de los mejores Battle Royale del momento. Si Treyarch consigue aumentar el contenido de manera constante sin abusar de los DLC, no se puede olvidar que es uno de los pocos shooters que todavía mantiene el obsoleto sistema del pase de temporada, puede convertirse en todo un fenómeno del momento. No tiene modo campaña, pero tampoco lo necesita, se centra en lo que los jugadores quieren ofreciendo un montón de contenido tanto para el multijugador online, cómo para el últimamente olvidado multijugador local, sin olvidar que por primera vez los jugadores de PC reciben una versión competente de la saga. Es la ocasión que todos esperábamos para volver a Call of Duty después de algunas entregas un tanto olvidables.
Call of Duty Black Ops 4 está disponible en PlayStation 4, Xbox One y PC.