El año 2020 empató con el 2016 como el año más caluroso registrado, según manifestó el viernes el servicio de control climático de la Unión Europea, lo que mantiene a la Tierra en una vía rápida de calentamiento global que podría devastar grandes extensiones del planeta y afectar a millones de seres humanos. Los seis años desde 2015 son los seis más cálidos jamás registrados, al igual que 20 de los últimos 21, evidencia de una tendencia persistente y cada vez más profunda, según informó el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S).
El récord del año pasado, un aumento vertiginoso de 1,25 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, fue más alarmante porque se produjo sin la ayuda de un fenómeno meteorológico natural periódico conocido como El Niño, que sumó dos décimas de grado para el promedio de 2016, según la NASA y la Met Office de Gran Bretaña.
«Está bastante claro que en ausencia de los impactos de El Niño y La Niña en las temperaturas de un año a otro, 2020 sería el año más cálido registrado«, comenta Zeke Hausfather, director de clima y energía del Breakthrough Institute en Oakland, California. Durante El Niño, que tiene lugar en ciclos erráticos de dos a siete años, el agua superficial cálida en el Océano Pacífico tropical puede aumentar las temperaturas globales. La Niña, una como la que tiene lugar actualmente, tiene un efecto de enfriamiento contrario.
«[Este empate como el año más caluroso] es otro recordatorio más de la urgencia de ambiciosas reducciones de emisiones para evitar impactos climáticos adversos en el futuro»
«2020 destaca por su excepcional calidez«, asegura el director de C3S, Carlo Buontempo. Con poco más de 1°C de calentamiento hasta ahora, el mundo ya ha visto un crescendo de sequías mortales, olas de calor, lluvias que provocan inundaciones y supertormentas que se vuelven más destructivas por el aumento de los mares.
«Este es otro recordatorio más de la urgencia de ambiciosas reducciones de emisiones para evitar impactos climáticos adversos en el futuro«, sentencia Buontempo. En 2015, las naciones del mundo se comprometieron a limitar el calentamiento global «muy por debajo» de 2°C y 1,5°C si es posible. Un informe posterior del panel asesor de ciencias climáticas de la ONU, el IPCC, no dejó dudas de que 1,5°C era el umbral más seguro.
2020 fue testigo de un número récord, por ejemplo, de huracanes en el Atlántico, tantos que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) se quedó sin letras en el alfabeto para nombrarlos. Algunas regiones experimentaron el año pasado un calentamiento muy superior al promedio mundial, según el informe Copernicus, basado principalmente en datos satelitales.
La temperatura media de la superficie de Europa a lo largo de 2020 fue de 2,2°C por encima del punto de referencia preindustrial, y casi medio grado por encima de 2019, el año récord anterior. El calentamiento en la región ártica fue aún más espectacular, con el norte de Siberia y partes del Ártico casi 7°C por encima de los niveles de mediados del siglo XIX. Los incendios forestales en Siberia que duraron hasta bien entrado el otoño liberaron un récord de 250 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, equivalente a las emisiones anuales de España, Egipto o Vietnam, y un tercio más que en 2019, el año récord anterior.
Niveles sin precedente de dióxido de carbono en la atmósfera
Los niveles de CO2 en la atmósfera de la Tierra alcanzaron un máximo de 413 partes por millón, casi un 50% más que a principios del siglo XVIII, antes de que la quema de combustibles fósiles comenzara a cargar los cielos con gases de efecto invernadero que atrapan el calor, según informó C3S.
Estos niveles sin precedentes se alcanzaron a pesar de una caída del siete por ciento en las emisiones debido a los bloqueos pandémicos por el COVID-19. «Dado que el CO2 se acumula en la atmósfera como el agua en una bañera, si cerramos el grifo en un siete por ciento, el nivel de CO2 aumenta un poco más lentamente«, afirma Stefan Rahmstorf, jefe de análisis del sistema terrestre del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático. «Necesitamos cerrar el grifo para volver a tener un clima estable«, añade.
Las emisiones globales mantuvieron una tendencia ascendente constante hasta 2019, y no está claro si la humanidad volverá a «hacer negocios como de costumbre» o comenzará a reducir la contaminación por carbono lo suficientemente rápido para evitar impactos climáticos catastróficos.
Incluso si todas las naciones cumplieran las promesas presentadas en el anexo del Acuerdo de París de 2015, el planeta aún se calentaría más de 3°C para fines de siglo. «El mundo se ha estado calentando a un ritmo constante de alrededor de 0,2°C por década desde los años 70 del siglo pasado debido a las emisiones humanas de CO2 y otros gases de efecto invernadero«, comenta Hausfather. «Si continuamos al ritmo actual, pasaremos de 1,5°C a mediados de la década de 2030«.
Fuente: Copernicus.