Capitán América: La primera luz del amanecerLa etapa de Stern (Amazing Spiderman, Vengadores) y Byrne  (Uncanny X-Men, Vengadores) en la serie del Capitán América es una pequeña joya para la que parece que el tiempo no pase. Y a la que además puede aplicarse aquello de “lo bueno, si breve, dos veces bueno”. Sólida, bien construida, con unos guiones de Roger Stern que, apoyándose en la continuidad previa, desarrollan al personaje  llevándolo un paso más allá en su historia. Y con unos dibujos de John Byrne que transmiten dinamismo y expresividad, un Byrne en su buena época.

Empezamos con el Capitán América corriendo sobre el puente de Brooklyn y realizando varias acrobacias por el camino mientras se dirige a la base de SHIELD, dispuesto a aclarar de una vez por todas su pasado. Recordemos que en entregas anteriores su historia se había visto alterada mediante una serie de recuerdos que no acababan de cuadrar.  Será de la mano de Dum Dum Dugan de quien recupere su viejo escudo triangular y un diario personal que aclara que Steve Rogers nació y creció en Manhattan, que no tiene ningún hermano… quedando todos esos detalles establecidos como implantes de recuerdos falsos en caso de que fuese capturado por los nazis durante la IIª Guerra Mundial. Es la forma en que el tándem pone orden a distintas tramas que venían arrastrándose en la colección de hacía tiempo.

Capitán América: La primera luz del amanecerPero no es esto todo lo que ocurre en la base de SHIELD, ya que también tenemos a Nick Furia interrogando al Barón Strucker, quien logra escapar. Para sorpresa de nuestros héroes el villano acabará inmolándose, revelándose entonces que se trataba de un robot y no del original. Sólo que los restos del robot son como los del Manipulador, a quien el Capi derrotó en el tomo anterior. Sin saberlo son monitorizados por el Forjador de Máquinas, la mente maestra detrás de estos sucesos. Genial el detalle de Byrne de añadir otro cuerpo robótico del citado Manipulador en la mesa de trabajo del Forjador.

Otro androide que el villano envía contra el Capitán América es el Hombre Dragón, una enorme criatura que no deja de ser como un pequeño perrito amaestrado. Las verdaderas intenciones del Forjador, el motivo de su ataque, será revelado durante el transcurso de la presente saga, la cual sirvió para añadir al personaje al grupo de villanos propios del héroe de las barras y estrellas.

Una parte importante de la aventura se desarrolla de noche, lo que da un cierto toque oscuro al dibujo que le queda muy chulo. Además los autores aprovecharán para desarrollar la vida civil del héroe, desde su faceta de dibujante, a las relaciones con sus vecinos, entre los que se añade una nueva residente, Bernie Rosenthal, futuro interés romántico de Steve.

Capitán América: La primera luz del amanecer

Tras esta saga tenemos un número conmemorativo, el 250 de Captain America. No lo celebramos con ninguna muerte o resurrección, tampoco aparece ningún combate significativo contra algún súper villano, ni siquiera vamos de boda. La historia gira en torno a la posible candidatura o no del Capi a la presidencia de los USA. La decisión final, expresada por el personaje en un discurso ante el público, retrata lo perfectamente claros que el Capitán América tiene sus ideales, lo que significa ser quien es. No dejan de ser curiosas las reacciones de distintos personajes Marvel, las expectativas que genera la candidatura, y el que siempre estén como telón de fondo a las mismas las dudas de Steve Rogers.

Llega el turno de nuevo de enfrentarse a unos villanos y sus malvados planes. En esta ocasión una alianza entre Mr Hyde y Batroc. Mientras que el primero es reflejado como pura maldad, siendo su plan bastante despiadado, el segundo se muestra como un mercenario que ama la pasta pero que tiene un fondo de nobleza. No en vano siempre lo pensé como un posible candidato a la primera formación de los Thunderbolts.

Capitán América: La primera luz del amanecer

Y a continuación la que para mí es la saga estrella de la etapa. El Capitán América viaja a Londres y allí se rencuentra con sus compañeros de los Invasores y con el Barón Sangre, el vampiro nazi. El tiempo se congeló para el bueno de Steve, pero no para los demás héroes de la guerra, así Jaqueline, quien fuera Spitfire, tiene ya sus años (y los seguiría teniendo hasta que Byrne la rejuveneciese en la serie de Namor) o el Union Jack original cede el testigo a un sucesor. Destaca lo bien recreada que está la atmósfera vampírica durante toda la aventura y sobre todo la decisión final del Capitán América, donde pese al Comics Code queda bien clara su acción, dándole a su escudo un uso ofensivo no muy habitual, que sirve para poner fin a la amenaza del Barón Sangre.

Capitán América: La primera luz del amanecerEl último número de la etapa de estos dos genios fue el 255, donde se narra de nuevo el origen del Capitán América, de forma completa y extensa, en lo que es sin duda una de las mejores adaptaciones del mismo. Se trataba de la celebración del 40º aniversario de la creación del personaje.

Stern y Byrne abandonaron aquí la serie. No llegaron a tratar con ninguno de los villanos típicos del héroe, no aparecen el Barón Zemo o Cráneo Rojo, aunque tenían una saga preparada con este último que nunca llegó a ver la luz. Quiero creer que de algún modo la iban a conectar con su primera aventura, la del Forjador de Máquinas, puesto que son autores que tienden a cerrar círculos, pero no puedo asegurarlo.

El resto del tomo lo completan una historia de Marvel Fanfare, por Frank Miller, un par de fill-ins, uno de ellos dibujado por el maestro Gene Colan y el otro con Hulk de invitado, y un anual. También hay una pequeña sección de extras, donde se incluyen los lápices de lo que debería haber sido el siguiente número, el que marcaría el regreso de Cráneo Rojo, así como de Arnim Zola. Pero como ya hemos señalado, nunca pudo ser.

Capitán América: La primera luz del amanecerNo me gustaría acabar la reseña sin algunas notas “históricas” que permitan contextualizar al Universo Marvel de la época. El verdadero Barón Strucker apenas había aparecido hasta entonces por los comics Marvel, pues había encontrado su fin en Strange Tales 156-158. Sin embargo su consciencia había sido transfería a algunos SDV (los Simulacros Dotados de Vida de SHIELD), siendo algunos de los más destacados los que se enfrentaron al Capitán América (Captain America 130-132) o a Guardián de Alpha Flight (en la segunda limited serie de X-Men/Alpha Flight). El Strucker original no regresaría a la vida hasta la década de los 90, en Nick Fury, Agent of SHIELD, vol 2, nº 21.

Entre los robots que el Forjador de Máquinas tiene en su mesa se encuentra también otro de Magneto, lo que marcaba la posibilidad de que el Forjador estuviese detrás del Magneto robot que apareció en la serie clásica de la Patrulla-X, aunque esta posibilidad no se acabó de confirmar hasta Captain America 368. Por cierto que en ese mismo número Mark Gruenwald establece que el Forjador estaba colaborando con Cráneo Rojo durante su enfrentamiento con el Capitán América. ¡Es genial coincidir con Gru!

Y finalmente acude a la página 54 del Marvel Gold, última viñeta. ¿Ves un robot amarillo? Sólo se ve su parte inferior, la superior queda cortada por el límite de la viñeta. Pero es perfectamente reconocible como Rog 2000, un robot que Byrne creó para la editorial Charlton. Búscalo en la red y verás como coincide.

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