Nintendo Switch no para de aumentar parte de su catálogo utilizando juegos estrenados originalmente en su malograda Wii U. Mario Kart 8, Donkey Kong Tropical Freeze, Bayonetta 2… Y la aventura de Toad no iba a ser menos. Son muchas las voces que critican que Switch reciba tantos ports, pero hay que tener en cuenta que Wii U no tuvo lo que se dice unas ventas enormes, por lo que muchos de sus juegos son prácticamente nuevos para la mayoría de poseedores de la consola. Eso es algo que Nintendo sabe y si a eso le sumamos que realizar el port es más barato que crear juegos nuevos, el movimiento es más que lógico.
Es por ello que muchos estamos de enhorabuena, y es que los ports que recibe la híbrida de Nintendo son de lo mejorcito del catálogo de la consola del tabletomando, como es el caso de este Treasure Tracker que hoy comentamos. Aunque la idea original surgió de Super Mario 3D World, el original Captain Toad se estrenó por vez primera en Wii U a finales de 2014, y ahora lo recibimos por partida doble, con sendos ports para Nintendo 3DS y Switch, y con contenidos extra en forma de niveles de Super Mario Odyssey totalmente geniales.
Estamos ante un port, de modo que este título no tiene ninguna diferencia con el original de Wii U: Controlando a Toad, tendremos que superar diferentes niveles, de una duración más o menos corta, en busca de estrellas, además de las tres gemas ocultas en cada nivel. Sus mecánicas son tan sencillas y se asemeja tanto a los juegos de móvil que me hace pensar que si Nintendo hubiese pensado en este juego a día de hoy, probablemente lo habría lanzado para smartphones. Pero que sea sencillo no significa que no se pueda complicar…
El punto clave del juego es que los niveles son pequeños dioramas en los que la cámara juega un papel muy importante. A veces el propio nivel nos impide que veamos la posición del pequeño Toad, de modo que es indispensable que cambiemos de ángulo continuamente, y no sólo para ubicarnos, si no para que no nos dejemos ninguno de los secretos que esconden sus niveles. Y ojo, que puede que al principio todo sea coser y cantar, pero poco a poco la cosa se irá complicando. Aparecen nuevas mecánicas, nuevos enemigos, objetos mejor escondidos… Vamos, lo habitual en un juego de Nintendo. Y es que el primer videojuego de Toad no iba a bajar el listón.
Treasure Tracker mantiene el tipo perfectamente a pesar de tener ya unos años a sus espaldas, y eso se debe al gran trabajo de diseño de niveles y variedad de mecánicas en sus niveles. Recorreremos desde playas repletas de plantas pirañas y puzles basados en interruptores a niveles llenos de laberínticas tuberías transparentes, o castillos embrujados llenos de Boos. Incluso habrá tiempo para vencer algún que otro jefe final. La aventura es más larga de lo que parece, dándonos más de 70 niveles repletos de secretos y con misiones secundarias que realizar. Incluso para los más exigentes existe un modo contrarreloj con objetivos bastante difíciles de lograr.
Treasure Tracker también aguanta muy bien en el tema técnico, mostrándose idéntico a la versión original de Wii U, y con la misma fluidez, 60 FPS, desbordando calidad en todos los detalles, desde las animaciones gestuales de Toad a la viveza de los colores de sus niveles. En Nintendo 3DS, aunque obviamente perdemos en definción, ganamos en profundidad gracias a un fantástico trabajo en el efecto 3D estereoscópico de la consola.
Por otra parte, los efectos sonoros y la banda sonora no han sido modificados, lo que significa que tenemos otro gran trabajo delante, con temas muy pegadizos y de excelente calidad.
La principales novedades, a parte de los niveles ambientados en Super Mario Odyssey, son por un lado la posibilidad de utilizar las funciones táctiles del juego (que nos sirven para, por ejemplo, romper ciertos bloques o paralizar temporalmente a los enemigos) mediante un puntero virtual gracias al giroscopio de los mandos de Switch. Por otro tenemos un multijugador cooperativo para dos jugadores, que compartiendo uno de los joycon podremos hacer que un amigo nos ayude con las funciones táctiles del juego, recogiendo monedas, tocando partes móviles del escenario, o eliminando enemigos lanzando nabos. Muy parecido a lo que vimos en Super Mario Odyssey, en el que el segundo jugador participa en segundo plano, pero que nos puede servir de gran ayuda más de una vez (sobretodo con esos nabos infinitos que limpian la pantalla de enemigos en un santiamén). Y lo sentimos por los jugadores de Nintendo 3DS, no hay mutijugador para ellos.
Es más que obvio, pero para que quede claro, aquellas personas que ya disfrutaron en Wii U del juego no tienen muchos motivos para volver a comprarlo, pero si eres de los que no lo ha jugado todavía, no puedes perderte esta gran aventura, que ya fue ejemplo del buen hacer de Nintendo y esta vez lo repite sin perder un atisbo de diversión. Como siempre, el repaso del título podría haber sido buena ocasión para añadir nuevos modos o contenidos más potentes, pero no ha sido así. Al menos lo compensa con un precio decente, actualmente unos 40€.