Las células pueden controlar su capacidad para moverse por el cuerpo mediante el uso de una proteína llamada fascin, para controlar la rigidez de sus vecinas, según sugiere un estudio publicado hoy en eLife.
El descubrimiento puede ayudar a los científicos a comprender mejor cómo migran las células durante el desarrollo temprano y qué les puede suceder en ciertos trastornos del desarrollo. También puede proporcionar nuevos conocimientos sobre cómo se propagan las células cancerosas y ayudar a los científicos a desarrollar nuevas formas de ralentizarlas o detenerlas.
Los estudios de laboratorio sobre la migración celular han demostrado que las células se mueven más rápida y fácilmente a través de superficies artificiales más rígidas, pero aún se desconoce si las mismas condiciones promueven su movimiento en los organismos vivos.
«Hemos demostrado que las células que migran utilizan fascin para controlar la rigidez de las células circundantes, lo que facilita su movimiento por el cuerpo»
«Comprender los mecanismos que controlan este equilibrio de fuerzas entre las células que migran y las superficies por las que se mueven en los organismos vivos, es esencial para comprender cómo se producen los defectos del desarrollo causados por la migración aberrante y la metástasis del cáncer«, explica la primera autora Maureen Lamb, estudiante de posgrado en el Departamento de Anatomía y Biología Celular, Facultad de Medicina Carver de la Universidad de Iowa.
Para estudiar el movimiento celular en circunstancias más naturales, Lamb y el equipo examinaron su movimiento en los ovarios de las moscas de la fruta. Observaron específicamente lo que sucedió en las que fueron diseñadas genéticamente para carecer de una proteína llamada fascin, que regula una proteína que endurece las células llamada miosina.
Descubrieron que en las que carecen de esta proteína, la actividad de la miosina aumentaba y tanto ellas como las vecinas se endurecían, lo que dificultaba su movimiento. Cuando el equipo restauró la proteína fascin a las células migratorias, se reactivó la actividad normal de la miosina y la rigidez de las células vecinas, lo que promovió el movimiento celular. También descubrieron un mecanismo que las células pueden usar para iniciar y parar la actividad de fascin.
Planean probar esta conclusión en organismos más grandes, para comprobar si funciona contra el cáncer
«Hemos demostrado que las células que migran utilizan fascin para controlar la rigidez de las células circundantes, lo que facilita su movimiento por el cuerpo«, confirma Lamb.
El descubrimiento inesperado de que las células pueden controlar su capacidad de moverse regulando la rigidez de las circundantes puede tener implicaciones importantes para comprender cómo se propagan las cancerosas. Cuando el cáncer se disemina más allá del tumor original y forma metástasis, se vuelve más difícil de tratar y reduce las posibilidades de supervivencia del paciente.
«Si las células cancerosas utilizan los mismos mecanismos identificados en nuestro estudio, entonces puede ser posible reducir su propagación alterando los tejidos por los que prefieren moverse, de modo que no se endurezcan en respuesta«, insiste la autora senior, Tina Tootle, profesora asociada de anatomía y biología celular en la Facultad de medicina Carver de la Universidad de Iowa. «El siguiente paso es probar esta idea en organismos más grandes para ver si podría ser una estrategia potencial para frenar o prevenir la propagación del cáncer«.
Fuente: eLife.