El equilibrio puede lograrse con manifestaciones pacíficas o con guerras encarnizadas, con pequeños cambios graduales en la rutina o la alteración radical de un planeta. Lo que no se suele decir del equilibrio es que rara vez es justo. O, al menos, eso podría parecer. Cenizas de esperanza, de las escritoras Lucía G. Sobrado y Cristina Prieto Solano, es una novela de fantasía publicada por Roomie Ediciones.
Un mundo: Tiressea. Un equilibrio: seis razas. La existencia de los iguales y los opuestos es lo que permite que el planeta siga existiendo, que siga funcionando, retroalimentarse constantemente. Sin embargo, cuando las nereidas desaparecen se llevan el equilibrio consigo y comienza una era de caos y opresión. Con Tiressea al límite, solo dos personas se lanzan a remediar un problema que, de continuar, arrasará con todo: Raiza, la legítima heredera de los dragones, y Leina, la próxima suma hechicera. Con el peso de la vida y la muerte sobre sus hombros, tendrán que iniciar una aventura que les cambiará la vida y, para bien o para mal, también la de Tiressea.
Tuve problemas con el comienzo del libro. Cada capítulo del libro está liderado por un personaje y narrado desde su perspectiva. No lograba conectar con Raiza y su historia. Y mira que me empeñé en intentarlo, pero algo no terminaba de encajar. No era una cuestión de que esos primeros capítulos estuvieran más orientados a crear y solidificar un contexto que a la acción. No tuve ese problema con los capítulos de Leina, por ejemplo, y ella también daba rienda suelta a explicar las normas de la magia y del mundo. Con Raiza, fue la forma de presentar su vida, sus creencias y sentimientos. Como si estuviera muy cerrada y ya enmarcada, inmóvil y completa. Una ilustración completa con la que no podía conectar por estar tan masificada. Quizás ese sea el término más cercano a lo que estoy buscando. No obstante, es una impresión temporal.
Sobrado y Prieto Solano establecieron de forma muy sólida las personalidades de las protagonistas. Leina es una persona solitaria e introvertida, tiene sentido que la conozcamos mejor a partir de lo que guarda para sí misma en lugar de en base a lo que expresa. Raiza, por otro lado, es totalmente distinta. Raiza es extrovertida y muy comprometida con los demás, por eso cuando mejor la conocemos es cuando se sale del marco e interactúa con el resto. Por eso mismo sus primeros capítulos no terminan de funcionar, pero los demás son emotivos e intensos.
La novela es, en resumen, un rpg literario. Tenemos al grupo de marginados de turno, al menos ante los ojos de la sociedad, y, ¡venga! A buscar cómo salvar el mundo sin perder el culo en el camino. Raiza y Leina emprenden un viaje interesante, no conocen a muchos personajes, pero los que aparecen tienen una función e historias claras. No bromeo cuando digo que podría ser adaptada a un videojuego.
Lo más importante en la historia es restaurar el equilibrio, pero éste es muy frágil y sensible. No hablo solo del paradigma mundial, que es la gran pregunta de la historia, el objetivo final. Hablo del aspecto emocional. Leina y Raiza, entre otros personajes, se ven en medio de un viaje lleno de peligros, ansiedad, temores, injusticias, primeras veces, risas perdidas en las sombras del bosque, lágrimas llenas de nostalgia y una melancolía tan profunda que la tinta de las palabras traspasa la piel y llega al alma.
Cenizas de esperanza es una lectura que, una vez que le das una oportunidad, te lo devuelve con creces. Prieto Solano y G. Sobrado cuentan una historia con un desarrollo sencillo, pero efectivo. Su manejo de los sentimientos y los enigmas es clave para que todo encaje donde debe y alcance al lector, y consiguen dejar un regusto muy singular al terminarlo.