La ciencia ya ha demostrado que las funciones cerebrales en individuos jóvenes cambian debido a un consumo estable a largo plazo de alcohol, pero según un nuevo estudio, esos cambios podrían ser significativamente distintos según el género de la persona. Según el estudio, que se presentó ayer 4 de septiembre en el congreso del ECNp (European College of Neuropsychopharmacology) de París, los hombres se verían más afectados.
Un grupo de investigación finés trabajó con 27 jóvenes (11 hombres y 16 mujeres) con un historial de 10 años de consumo de alcohol continuado, y con otras 25 personas jóvenes (12 hombres y 13 mujeres) que habían consumido durante ese tiempo poco o nada de alcohol. Todos los sujetos tenían, en el momento del estudio, entre 23 y 28 años. Los investigadores examinaron las respuestas de sus cerebros a estímulos mediante pulsos magnéticos -estimulación magnética transcraneal- que activan las neuronas. La actividad cerebral fue medida utilizando EEG (electroencefalograma).
Anteriormente los investigadores habían concluido que los consumidores de grandes cantidades de alcohol mostraban una mayor resuesta eléctrica en la corteza cerebral que aquellos que no consumían alcohol, lo que indica que su cerebro había sufrido cambios a largo plazo en la respuesta cerebral. En esta ocasión, hallaron que los hombres y mujeres jóvenes respondían de forma distinta; los primeros mostraban un mayor incremento de la actividad eléctrica en respuesta a pulsos TSM.
La doctora Outi Kaarre, del Hospital Kuopio, de la University of Eastern Finland, afirma que “Encontramos más cambios en la actividad eléctrica del cerebro en estos hombres que en las mujeres, lo cual supuso una sorpresa, ya que esperábamos que fuese al revés. Esto significa que el funcionamiento eléctrico del cerebro de los hombres se ve más afectado por el consumo a largo plazo de alcohol que el de las mujeres”.
«Los electroencefalogramas también mostraron que los cerebros de los hombres con ese consumo de alcohol tienen una mayor actividad eléctrica y química asociada con los neurotransmisores GABA (ácido gamma-aminobutírico) que los cerebros de las mujeres.»
«Hay dos tipos de receptores GABA, el A y el B”, continúa Kaarre. “El consumo a largo plazo de alcohol afecta a ambos tipos en los hombres, pero sólo afecta a uno, el A, en mujeres. Aún tratamos de averiguar lo que significa, pero se trata de un neurotransmisor fundamental en muchos sistemas funcionales del cerebro y el sistema nervioso en general. Es también muy importante en la regulación de la ansiedad y la depresión. Generalmente parecen calmar la actividad cerebral”.
“Sabemos, por los estudios con animales, que el receptor GABA-A parece afectar a los patrones de consumo de alcohol, mientras que el GABA-B está involucrado en el deseo general de alcohol. Ésto sugiere que quizá las mujeres y los hombres pueden responder de forma diferente al alcohol.”
“Quizá se hace necesario revisar la regulación del consumo de alcohol en jóvenes, debido a su influencia en el cerebro”, insiste la doctora, “pero este estudio refleja también que las diferencias de género deberían ser tenidas en cuenta a la hora de desarrollar terapias farmacológicas para el tratamiento del alcoholismo«.
Fuente: European College of Neuropsychopharmacology.