Después de la oleada nipona, ahora es la cultura coreana la que comienza a inundar nuestro entorno. A la popularidad del kpop (que destaca en todas las listas y premios del sector) se une la cada vez más creciente moda de las series de drama y romance, más conocidas como doramas.
Netflix se ha dado buena cuenta de este filón y está apostando por incluir un buen número de obras en su catálogo, tanto ajenas como propias, que intentan escapar del cliché con premisas originales, buenos puntos cómicos y protagonistas absolutamente adorables.
Una servidora ya tiene unos cuantos doramas maratoneados, y me dispongo a compartir tres de los que me hicieron caer en las redes de este tipo de series.
Así que preparad libreta, boli e insulina, pues se viene una buena dosis de azúcar:
Romance is a bonus book
Kang Dani (Lee Na Young) era una reconocida publicista que decidió dejar su trabajo para cuidar de su recién creada familia. Años después, divorciada y en bancarrota, lucha por volver a un mercado que no la acepta. Hasta que decide mentir en su currículum para entrar como asistente en la editorial en la que trabaja su amigo de la infancia, Cha Eun Ho (Lee Jong Suk), popular escritor y editor.
Por casualidades del destino, la protagonista terminará también viviendo en su casa mientras trata de recomponer su vida desde el interior de la editorial. Y poco a poco ambos irán descubriendo que tras su amistad se ocultan otro tipo de sentimientos.
“Romance is a bonus book” es el más tradicional de los tres doramas de este artículo, pero ¿quién dijo que la tradición esté reñida con la calidad?
Sobre todo si tienes a dos actores con tanta química como Lee Jong Suk y Lee Na Young. Él, inteligente y frío, va un poco de malote pero en el fondo es un blandito. Ella, cuya determinación y fuerza te conquistarán desde el primer momento (y mira que pasa calvarios la pobre). Juntos son un huracán al que no podrás resistirte, ni en los momentos más cómicos ni en los románticos. Y aunque alguna escena se hace excesivamente acaramelada, son absoluta e inevitablemente cuquis.
Pero la trama no se centra solo en su romance, sino que también explora la industria editorial (punto a favor si eres un amante de los libros), romantizando la literatura y el oficio de crearla y mostrando al espectador cómo se trabaja en este tipo de empresas.
Además, la ficción se permite incluir algunos gags de humor que tira hacia lo absurdo. Aunque en un primer momento asombran, forman parte de la personalidad de la serie y terminarás por descubrir que no sería lo mismo sin ellos.
“Romance is a bonus book” no se libra de algunos clichés típicos de los doramas, como el cuadrado amoroso (de cuyos otros dos extremos, por cierto, también te enamorarás) o los dramas familiares. Sin embargo, este tipo de serie de tono ligero no solo admite tropos sino que, elegidos con cuidado, le suelen quedar bien.
En definitiva, una serie con unos protagonistas magnéticos, historias secundarias interesantes, amor por la literatura y mucho, mucho azúcar.
Strong girl Bong Soon
Do Bong Soon solo quiere vivir una vida normal. Cosa complicada cuando ella, como todas las mujeres de su familia, tiene una fuerza sobrehumana. Tras verse envuelta en una pelea con unos mafiosos, es contratada como guardaespaldas por Ahn Min Hyuk, un esperpéntico desarrollador de videojuegos al que están chantajeando.
A su vez, en su barrio comienzan a desaparecer mujeres, y Bong Soon no tardará en verse envuelta en el caso que lleva su amigo policía Gook Doo, de quien siempre ha estado enamorada.
¿Podrá la joven proteger a su jefe, hacer algo por las mujeres desaparecidas y lidiar con sus sentimientos?
“Strong girl Bong Soon” es de estos nuevos doramas que llaman mucho la atención por sus rompedoras premisas (en la línea de “Love alarm” o “Abyss”). Una premisa que esta serie aprovecha muy bien con un tono al más puro estilo de los cómics de superhéroes, y haciendo recaer casi todo el peso de la trama sobre la protagonista y su relación con sus poderes, más que en el romance.
El humor está muy presente en una ficción que destaca por su componente de acción (y es que Bong Soon pega unas palizas que no veas); tampoco falta un toque de thriller policial que le da a la serie una pincelada dramática.
Pero esta trama tan original no habría triunfado de no ser por un elenco brillante. Bong Soon (Park Bo Young) encaja a la perfección en el papel de heroína: pequeña, adorable y en apariencia inocente, esconde en su interior a toda una guerrera que no duda en hacerle la puñeta a su jefe o dar lecciones a los matones de instituto. Una guerrera con dudas, caprichos y errores que hacen que enseguida empaticemos con ella.
Min Hyuk (Park Hyung Sik), por su parte, es el maromo de doramas perfecto. Guapo y rico (características que comparte con muchos otros protagonistas masculinos), es su personalidad extravagante la que se gana al público. Si es que solo hace falta verle abrir puertas o pasear con su segway por su empresa para caer rendido a sus pies.
La inmejorable química que comparte con su compañera asegura risas y suspiros tiernos a partes iguales. Juntos, sin duda, forman una de las mejores parejas de dorama que he tenido el placer de ver.
“Strong girl Bong Soon” cuenta, a su vez, con toda una serie de secundarios muy bien elegidos que aportan su toque personal: desde la seriedad de Gook Doo, pasando por los hilarantes mafiosos hasta el oscuro secuestrador.
No pueden quedar sin mencionar unos efectos especiales decentes y una banda sonora muy divertida que ponen el broche de oro a uno de los mejores doramas que he visto.
¿La única pega? Que incluso cuando ella es protagonista absoluta y una verdadera heroína, también el maromo deba tener su momento de héroe porque claro, a las chicas hay que protegerlas. Pero que este pequeño matiz (que entiendo como propio de la cultura coreana y que he visto replicado en todas sus series) no ensombrezca el brillo de “Strong girl Bong Soon”, porque merece la pena verla.
My first first love
Por último, tenemos “My first first love”, toda una oda a la amistad, la juventud y el cariño mutuo capaz de derretir los corazones más fríos. Yun Tae O (Ji Soo) y Hang Song Yi (Jung Chae Yeon) son dos universitarios amigos de la infancia.
Por varios motivos personales, Song Yi y dos jóvenes más (O Ga Rin y Choi Hun), terminan viviendo en casa de Tae O, donde los cuatro compartirán experiencias y lucharán por alcanzar sus sueños.
El amor también tocará a su puerta cuando Seo Do Hyun, otro de los amigos de Tae O, empiece a interesarse por Song Yi. ¿Podrá esta nueva relación cambiar la más que cercana amistad entre Song Yi y Tae O?
“My first first love” es de estas series poco pretenciosas y muy cercanas capaces de calentarte el corazón. Está tan centrada en la amistad y en cómo estos cinco personajes afrontan los obstáculos de su recién estrenada etapa de jóvenes adultos, que es muy fácil identificarse con todos ellos en algún momento y quedar, por lo tanto, conquistado.
La lealtad del grupo de amigos, el cómo se protegen, se consuelan e incluso a veces se traicionan los unos a los otros es muy emotiva.
La relación entre Tae O y Song Yi no podría ser más preciosa ni más creíble. Están todo el tiempo haciéndose la puñeta, pero son los primeros en acudir en ayuda del otro cuando es necesario, dejando todo lo demás atrás. Cosa que pondrá trabas a sus respectivas relaciones amorosas.
Song Yi es otra protagonista fuerte e independiente, que trata de hacer las cosas por sí misma y no dar problemas a nadie. Mientras Tae O, aunque a veces peca un poco de personaje cliché, es de los protagonistas masculinos más dulces y honestos que he visto en un dorama.
El resto del grupo tampoco se queda atrás, arrastrando al espectador a las redes de sus problemas y sueños, todos tan humanos que es imposible no quererlos.
La sencillez y ternura de una trama con (no demasiados) clichés es, junto a su elenco, el principal atractivo de “My first first love”, en la que tampoco faltan los toques de humor.
Una historia preciosa sobre los lazos que formamos con las personas.