Japón, que país tan maravilloso. Recatados y muy formales por un lado, pero amantes del erotismo más bizarro por el otro Sin querer entrar en detalles de este fascinante mundo, algo tenía que decir de él, ya que este videojuego es otro de los productos que recibimos directamente salido de las mentes más idem de japón, Nippon Ichi Software. Y no son pocos los que estamos recibiendo de este corte últimamente en occidente. Desde la saga Senran Kagura, a Valkyrie Drive: Bihkkuni, pasando por GalGun: Doble Peace, la pequeña de playstation vita está bien servida de estos títulos de humor picantón que son algo así como el Pajares y Esteso de los videojuegos a la japonesa.
La primera entrega de Criminal Girls, nacida para PSP, ya entraba en este pequeño género. Un Dungeon Crawler no muy complejo en el que teníamos que avanzar a lo largo de mazmorras con un grupo de siete chicas condenadas a ir al infierno, pero que se les ha dado una segunda oportunidad en la que nosotros, como sus “reformadores” debíamos adisciplinarlas a base de minijuegos ciertamente eróticos en los que las teníamos que azotar o frotar sus cuerpos excesivamente juveniles.
Pues bien, esta segunda parte es exáctamente igual. Cambian las chicas, cambia algo el argumento, pero en esencia es lo mismo. Somos los custodios de otras siete chicas desobedientes, y nuestro deber es reeducarlas avanzando a través de larguísimas mazmorras repletas de enemigos con los que tendremos que combatir, a la vez que las “castigamos” con los ya mencionados minijuegos. Durante la aventura encontraremos algo de argumento, pero bastante anecdótico al fin y al cabo.
El sistema de combate es bastante sencillo. Cada una de las chicas posee unos parámetros que las hacen inclinarse más por el ataque mágico o el físico. Podremos realizar simples ataques, sin coste de ningún tipo de puntos, o también utilizar habilidades, como magias o movimientos especiales, más potentes pero que consumen puntos mágicos. Para aprenderlos, tendremos que subir el nivel utilizando puntos que conseguiremos, como no, derrotando enemigos. Hasta aquí todo normal… Pero esto no es un RPG a la vieja usanza, por lo que para subir a las chicas de nivel tendremos que utilizar los puntos de experiencia obtenidos en castigar a las chicas, mediante los ya mencionados minijuegos.
Utilizaremos la pantalla táctil para frotar y azotar a las chicas a contra reloj mientras se muestran de forma sugerente con alguna sutil animación. Cuanto más alto es el nivel, más difícil será el minijuego. Una vez completado, si la barra de experiencia aumenta lo suficiente, nuestra chica aumentará un nivel y podremos elegir entre dos nuevas habilidades que enseñarle, ligadas a la categoría “S” (de sadista) y “M” (de masoquista). Estas habilidades son únicas para cada chica, y a su vez las categorías S y M están enfocadas a habilidades defensivas u ofensivas. Por ejemplo, la despampanante Tsukasa nos permite enseñarle un hechizo con el que lanza una demoledora bola de fuego si elegimos la categoría S, mientras que con la M el hechizo que aprende es de curación a todo el grupo. Por otro lado, la altiva Lily puede aprender en una de sus primeras subidas de nivel un habilidad de contraataque con M mientras que con S realiza un fuerte combo de tres golpes.
La pega es que no podremos elegir qué ataques utilizar en el combate, si no que nos darán la opción de usar uno de cada chica, de forma aleatoria. Lo bueno es que esta aleatoriedad está bastante predefinida dependiendo de cómo nos encontremos en el combate. Por ejemplo, si estamos escasos de vida nos saldrán más magias curativas. Otros puntos a destacar de los combates son los clásicos estados alterados, tales como el veneno o la parálisis, y los ataques conjuntos, que nos permiten realizar más daño en un solo turno.
También tenemos las indicaciones, una opción que podremos usar en cada turno del combate, y que nos permite motivar de diferentes formas a las chicas, como animarlas o regañarlas, para así aumentar sus estadísticas temporalmente. Pero este sistema es un arma de doble filo, ya que dependiendo de la inclinación (sado o maso) hacia la que hemos subido de nivel a las chicas, nuestra orden causará que aumenten o disminuyan sus atributos. Por lo tanto, tendremos que andar con ojo y elegir sabiamente en función de lo que nos interese en mitad de la batalla.
La exploración es igual de sencilla que su sistema de combate, en el que avanzaremos por múltiples pasillos con alguna que otra puerta cerrada, que nos obligará a buscar el interruptor que lo abre, mientras luchamos en combates aleatorios. No habría estado mal dejar la posibilidad de desactivar los combates, ya que en algún momento pueden llegar a cansar. Eso me lleva a hablar de la dificultad del juego, la cual sin llegar a ser excesivamente alta, si que nos obliga a tener que “grindear”, combatir con el único propósito que el de subir de nivel, ya que la curva de dificultad del juego no es muy suave, y tan pronto como podamos acabar con los enemigos de un golpe, en la siguiente zona nos dejan temblando con un par de ataques. Este hecho también puede cansar bastante, ya que no es “natural” en un videojuego el tener que subir de nivel porque hayan escalones de nivel entre diferentes fases, pero por desgracia no es el primero ni el último que peca de este fallo.
Entre combate y combate también se desarrollará algo de argumento, que sin ser para tirar cohetes, ayuda a que continuemos la aventura con ganas. También habrá lugar para el diálogo con las chicas, las cuales nos contarán sus ideas e incluso nos harán peticiones, como conseguir ciertos objetos.
En lo técnico, el juego tampoco ha mejorado mucho respecto a su antecesor. Un RPG en dos dimensiones donde el apartado artístico manganíme es lo más destacable. Los combates son bastante sencillos, con el enemigo en el centro de la pantalla y las chicas en cada una de las esquinas realizando las animaciones acordes a los ataques. Destacan las secuencias de castigo de las chicas, que se nota que son las que más “mimo” han recibido en este aspecto, con animaciones 2D bastante correctas. Hay que comentar que la versión que recibimos llega ligeramente “censurada”, ya que en estas secuencias se han eliminado los elementos sadomasoquistas, tales como cadenas y cuerdas que ataban a las chicas. Nada importante realmente.
En el sonido tenemos una banda sonora bastante genérica y no muy variada, pero que cumple, en la que sobresale la melodía principal interpretada por las chicas protagonistas, muy al estilo J-Pop. Las voces nos llegan en japonés, algo que siempre se agradece, ya que en los juegos japoneses normalmente se prefiere un doblaje original, al igual que con el anime, y con este se ha acertado completamente. Respecto a los textos, nos llegan como no, en inglés, aunque el argumento ligero y las escasas opciones ayudan a digerirlo bastante.
Aunque supera a su primera parte, Criminal Girls 2: Party Favors es en esencia más de lo mismo, e innova muy poco, aunque lo nuevo está bien introducido. Es divertido, y se puede disfrutar si buscas un rpg sencillo con ese toque picantón que ya hemos comentado, pero si queréis algo más serio, con un argumento más interesante o un sistema de combate más profundo, está claro que hay mejores opciones.
