Crusader Kings III es un juego de estrategia donde la prioridad es consagrar nuestra dinastía, dándole preponderancia incluso por encima de la propia familia. A través de varios siglos(los años dependen de cuál sea tu fecha de inicio seleccionada), deberemos de administrar nuestros dominios y nuestro señorío; en ocasiones habremos de hacer crecer nuestro territorio desde un mero condado hasta un reino, y continuar tan lejos como para conquistar otros reinos, ir a las cruzadas, consagrar tu línea sanguínea y establecer un imperio. Sí eres fan de la saga, este juego que llega con mejoras para apuntalar en su jugabilidad y su apariencia te encantará. Si por el contrario, no has jugado Crusader Kings pero te gusta la estrategia, debes de darle una oportunidad a un título que es sobresaliente en su género.
La experiencia
El juego —y la saga, así como Paradox en general— pone un fuerte énfasis en el lado político de las cosas que muy regularmente queda relegado en otros juegos de estrategia. Aquí, el maniobrar a través de nuestros derechos de herencia y los de nuestros familiares y vasallos, mandar a nuestro hombre de fe a fabricar clamos por tierras que no poseamos. Enviar a los otros miembros de nuestro consejo a comenzar conjuras para cambiar la percepción negativa de alguien sobre nosotros, conspirar para asesinar a alguien problemático o recaudar impuestos entre otras tareas también será de mucha ayuda. Organizar eventos de caza para contentar a la nobleza y banquetes para alegrar a todo el reino en general también aumentará la forma en la que nos vean los demás.
Crusader Kings III cuenta con Mecánicas RPG robustas, árboles de habilidades, progresión de personajes, progresión de rasgos en hijos y nietos, elección de pareja por títulos y derechos, alianzas militares o de baja cuna por rasgos muy buenos. Cada personaje tiene sus propias características a las que habremos de tomar muy en cuenta para realizar cualquier movimiento. Eventos que decidirán el como sea percibido nuestro personaje por los demás son comunes. Este juego —al contrario de muchos Rpgs— nos da porcentajes con las posibilidades que tenemos de que algo salga tal cual seleccionemos en un evento. Esto hace sentir como si las reglas fuesen similares a las de un juego de sobremesa.
El juego es algo diferente dependiendo de con quién decidamos jugar (como ya había dicho antes) y detalles como el reclutamiento de hombres de armas varia según el gobierno de la facción que elijamos; por ejemplo, al ser un reino como irlanda gastaremos oro para reclutar, mientras que siendo Novgorod se requerirá que paguemos prestigio para hacernos de un ejercito competente. Para declarar guerras la gran mayoría de facciones de la Europa cristiana requieren de un casus belli. Gran parte de las facciones del otro lado pueden declarar guerras y saquear “libremente” con solo las consecuencias directas —y no el desprestigio— como castigo.
Un tutorial que cumple
El tutorial en Crusader Kings III es muy bueno, tanto que se fundamenta en que Paradox hizo caso a la comunidad y cambió su ubicación hacia la ya famosa Irlanda “noob island“de Crusader Kings II. Cuando termines la porción del tutorial, el juego te permitirá continuar toda tu dinastía en el mismo lugar y con el mismo personaje y sus descendientes.
Diversas formas de gobernar: Un breve ejemplo entre dos formas de jugar
La política es bastante importante en el juego y para ello habremos de empezar por seleccionar que tipo de gobierno llevaremos. Esto dependerá de que lugar y fecha elijamos para comenzar nuestra partida. Existen diferentes sistemas de gobierno como tribal, clan y feudal que mantienen diferencias entre si en cuestiones administrativas, políticas, religiosas, culturales y hasta bélicas. Pondré un breve ejemplo de las diferencias de seleccionar una dinastía con un sistema de gobierno u otro, por ejemplo:
En el sistema feudal habremos de tener —o fabricar— clamos para librar guerras, también deberemos de seguir la fe católica de una manera adecuada sino queremos perder la opinión del Papa y seguir beneficiándonos de sus préstamos. En cambio, si jugamos con un gobierno tribal, saquear asentamientos será una opción más que nos bañará en oro, prestigio y hasta prisioneros. Siempre nos será posible regresar, así pues, casualmente de algún asalto dominguero con una nueva concubina que antes fuera una respetada duquesa. La guerra no necesita clamos. Siendo tribales dependiendo del lugar, religión y el gobernante podremos incluso, realizar incursiones para capturar esclavos para sacrificios humanos, muy similar a la doctrina de las guerras floridas en mesoamerica.
Para mejorar nuestras baronías necesitamos oro en un a administración feudal, pero al igual que en lo militar, si somos un gobierno tribal, necesitaremos prestigio para desarrollar nuestros castillos y otros lugares.
Algunas diferencias funcionales con Crusader Kings 2 (vainilla)
Nuestro personaje principal, la cabeza de la dinastía cuenta con un estilo de vida y un carácter muy definido. Ir en contra de nuestra naturaleza (ser tímido y pasar el tiempo en fiestas o ser valiente y actuar de manera rastrera) nos provocará enormes cantidades de estrés. Podemos volvernos beodos y ahogarnos en el alcohol tal cual, enfermar o suicidarnos. Ahora deberemos tener muy en cuenta el nivel de estrés de nuestro personaje principal y sus herederos. Ciertos eventos también no llenarán de estrés si elegimos un camino bueno para el reino pero contrario a nuestra personalidad.
Hablando de personajes, los retratos de personaje ahora están totalmente animados con una variedad de rostros bastante amplia. También contamos con la posibilidad de personalizar a toda nuestra familia en apartados como vestimenta, cortes y color de cabello.
Como ya habrás podido notar por algunas cosas que escribí más arriba, ahora podremos elegir facciones con culturas como paganas o musulmana desde el comienzo (dependiendo de nuestra fecha de inicio)
Modificaciones a nuestra fe con la imposición de dogmas. Podemos hacer de todo, incluso crear cultos caníbales, suicidas, poliamorosos e incestuosos, solo para terminar por transformarlos a una fe completamente casta. Claro, todo ello con las consecuencias socio-políticas correspondientes y el costo de piedad adyacente.
Necesitamos un médico de corte, no se nos avisa si éste se decide a partir o muere; si no contamos con un doctor y nuestro rey o alguien cercano enferma, estaremos en un aprieto y si no conseguimos una asistencia adecuada a tiempo, podremos perder a un personaje importante de imprevisto. Este punto es una de las cosas que Paradox omitió en el ya mencionado muy buen tutorial del juego.
Por supuesto, el juego también cuenta con su apartado bélico, pero no es tan profundo como podría ser; es más, pareciera que en algunos detalles fue simplificado comparado con el juego anterior. Hablando de ello:
Haciendo la guerra
A diferencia de su antecesor todas las levas se concentran inmediatamente en un punto de reunión preestablecido. En el título anterior nuestro ejército se levantaba de una manera más real, saliendo por grupos de sus respectivos poblados para unirse manualmente en un punto corriendo el riesgo de ser atacados y aniquilados antes de la concentrarse con el resto de los hombres. Al perderse esta mecánica, se pierde el riesgo enfocado a nosotros, pero también la oportunidad para decimar a los ejércitos enemigos antes de que logren juntarse. Por otro lado, ahora podemos seleccionar ciudades y hacer levas locales.
Como un punto en negativo, cuando lo intenté, me vi imposibilitado de usar flancos ni generales especializados en la táctica. Cuestión que si era posible en Crusader Kings II.
Los términos de la guerra me dejan un sabor agridulce ya que tenemos que derrotar al 100% de los enemigos para imponer nuestros términos; solo aquellos por los que abogamos a priori de citar nuestro casus belli. Esto es un poco ilógico ya que si apabullamos a un enemigo sin haberle hecho la guerra por lo derechos de su ducado, no lo anexionaremos a pesar de propinarle una derrota total. Al final negociaciones como la paz Blanca solo convienen al defendernos en los asedios que vayamos a perder.
También existen mejoras de funcionalidad en positivo: En Crusader Kings II cuando íbamos a territorios en ultramar a tomar parte en un conflicto bélico y ganábamos la batalla, no era conveniente desbandar a nuestro ejército allí; Perdíamos bastantes soldados si no aguardamos por volver a nuestro reino antes de licenciar a las tropas. En Crusader Kings III eso ya no pasa, a pesar de que los tiempos para abordar un barco pueden seguir siendo largos; esto causa más ansiedad cuando usamos a una facción del área de influencia vikinga y no saben abordar rápido con el botín. El combate ha sido simplificado con sus buenas y sus malas.
Conociendo a Paradox, muchos de los inconvenientes del juego seguramente se resuelvan en dlcs futuros.
Aspecto técnico y artístico
El juego está hecho para verse como un juego interactivo de sobremesa, si alejamos todo el mapa esto es más que evidente. Veremos un terreno más detallado que en el juego anterior, modelos en 3d animados de cada personaje, animaciones más complejas. El juego no es un portento gráfico, ni pretende serlo. A este juego entras por sus mecánicas y sus sistemas, aunque si que hubiera esperado una evolución gráfica algo mayor para está nueva entrega. El rendimiento del juego me pareció bueno bueno, aún sin usar un hardware especialmente potente (i5, gtx960 y 16gb ram). Lo que si noté lento fue el tiempo de carga del juego desde bootearlo hasta el menú principal/continuar la campaña. Dado lo que mencioné —concerniendo al apartado gráfico— con anterioridad, y a pesar de usar un HDD mecánico, esperaría una velocidad mayor al cargar el juego.
Hablando del sonido, la banda sonora del juego es bastante buena y hace muy livianas las horas que pasas en el juego; en realidad no recuerdo haberme topado jamás con una banda sonora mediocre en algún juego de estrategia.
Conclusiones
Crusader Kings III es un juego complejo pero adictivo que todo fanático de los juegos de estrategia debería de intentar jugar por lo menos alguna vez en su vida. La estrategia viene en tintes personales, familiares, políticos, bélicos, económicos, sociales, religiosos, culturales y económicos. El juego cubre prácticamente las necesidades de simulación de todos esos aspectos, algunos de mejor —y más profunda— forma que otros. Las mecánicas de rol que incorpora el juego, son sorprendentes y variadas. algunos personajes pueden agradarnos bastante pero otros pueden ser unos psicópatas que nada más nos acarreen problemas. Tu decidirás como manejar tus dominios y tu señorío imponiendo todas y cada una de las reglas y reformas que consideres correcta. No hay mejor forma de experimentar lo que es ser un rey y la falta de glamour en esa forma de vida que con Crusader Kings III.
Para los jugadores veteranos, se encontrarán con mecánicas familiares pero con mejoras en la mayoría de los sistemas y una interfaz de usuario mejor implementada. Para los nuevos, no hay mejor momento para empezar que ahora que Paradox se ha lucido con un tutorial muy bien hecho que nos enseña la mayoría de las mecánicas del juego.
Te encantará si:
- Eres aficionado a los juegos de estrategia pero te inclinas por algo un poco más político que bélico. Sin dejar este último apartado por completo de lado.
- Cuando mirabas Juego de Tronos, lo que te parecía más interesante eran las intrigas entre los miembros del Consejo pequeño y la corte. Y/o piensas que la relación de Jamie y Cersei era completamente válida y correcta al ser la única forma de mejorar la línea sanguínea, haciendo caso omiso a la existencia de Joffrey, por que siempre hay errores. Claro, también puedes ser un monarca ejemplar, justo y apegado a los principios canónicos de la iglesia si es lo tuyo.
- Te gusta controlar cada detalle en tu reino, a pesar de que las cosas no siempre resulten como las planeas. Puedes controlar el legado genético de otras parejas al punto de mejorar las cualidades de sus herederos o garantizarles males transmitidos por sus padres.
- Quieres crear un reino y una dinastía y no solo jugar con un gobernante o líder de facción preestablecido.
- Te gustan los Mods. El juego tiene soporte para ello en su lanzador desde su salida.
- Te gusta jugar en español. Un juego con tanto texto como este viene completamente traducido al español. Por mi parte lo jugué mayormente en inglés, pero la opción está si así te acomoda más.
Tal vez no sea de tu completo agrado si:
- Prefieres ser el general de tus ejércitos y asumir un control completo y detallado de las tácticas implementadas en el campo de batalla. Si no puedes dormir tan solo viendo una barra de unidades disminuyendo para un lado y el otro, el juego te estresará.
- Te gustan los juegos punteros en gráficos
- No te gusta despedirte o —si el bien dinástico lo pide—deshacerte de personajes a los que les has tomado cariño. Esto pasará y mucho.
- No tienes tiempo o paciencia para ocuparte de los por mayores ni de las minucias de la vida dinástica.
- Crees en el amor y aborreces los matrimonios por conveniencia genética o hereditaria además de que te repugna el incesto… La verdad es que puedes jugar como quieras, puedes casarte con una reina que vea por su castidad si así te parece, aunque no sea lo más conveniente.
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