Recuerdo perfectamente la primera vez que jugué a la NES en casa de un amigo. El juego se llamaba Soccer; así, sin más. Disfrutábamos como enanos jugando “a dobles” en ratos sueltos, sin que las limitadas opciones que ofrecía supusieran ningún tipo de impedimento. También recuerdo el primer juego que tuve en mi propia NES, que ya pude explorar como es debido a mi anchas durante horas y horas: Willow.
Muchos se quedarán igual al leer el nombre, quizá recordando la película, pero se trata ni más ni menos que de un action RPG de Capcom. Y qué RPG. Tiene un aire a The Legend of Zelda, aunque Willow gana puntos de experiencia y sube de nivel conforme avanza el juego y derrotamos a los enemigos que nos vamos encontrando.
La portada del juego
Presenta una selección de objetos inmensa para la época, divididos en diversas categorías, y algunos de ellos muy bien escondidos a lo largo y ancho del juego. Además de espadas, escudos y objetos mágicos, tenemos los objetos de la trama, necesarios para poder seguir avanzando, por ejemplo, para respirar debajo del agua (Wakka Seed) o para devolver a su forma original al amor perdido de Zhena (Zhena’s Flute), convertido en el monstruo de una de las mazmorras.
En el juego hay pueblos, zonas salvajes y mazmorras, y la dificultad es considerable, en la línea de la época. Nos encontramos con enemigos que presentan diferentes dinámicas a las que tendremos que adaptarnos, así como con zonas del mapa especiales a las que no podemos acceder de buenas a primeras, como puentes que nos bloquean el paso, senderos con huellas que nos muerden al pasar y guardias contra los que es imposible luchar, obligándonos a explorar bien el juego y utilizar nuestras habilidades de manera creativa.
De izquierda a derecha: el comienzo del juego en la aldea de Nelwyn, Zhena dándonos la flauta para salvar a su amado y el general Kael, casi al final del juego
El argumento es el conocido: Willow ha de proteger al bebé Elora Danan de la terrible bruja Bavmorda, que quiere acabar con ella. Por el camino encontraremos aliados, como el caballero Madmartigan, o Po, una especie de draco que acude a nosotros al tocar la ocarina (una vez lo hayamos rescatado) y sirve para viajar de una zona del mapa a otra. Todo ello envuelto en una banda sonora que acompaña de maravilla.
Los objetos que vamos obteniendo no sólo van siendo cada vez más poderosos, sino que algunos presentan cualidades únicas y especiales. Por ejemplo, la espada Devileye no puede dañar a criaturas vivientes, pero es la única capaz de dañar a los no muertos.
El menú principal del juego y la riqueza de objetos que tiene
Así que ahí estaba yo, en mi más tierna infancia, dando los primeros pasos de lo que sería una gran afición a los juegos y al género del rol. No sé cuánto tiene que ver en ello el haber disfrutado de esta joya a tan temprana edad, pero, en cualquier caso, gracias, Willow, por tardes enteras de aventuras. ¿Qué mejor manera de iniciarse en los videojuegos que con un buen juego de rol?