Desde que me enteré de que la editorial Sportula iba a editar “Dark Fantasies”, tuve ganas de echarle el guante. Y es que una antología de fantasía oscura que reúne a dieciséis autores que acumulan premios y nominaciones a los mejores galardones nacionales e internacionales de la literatura de género no se ve todos los días.
Un proyecto que nació del micromenenazgo de Verkami, y que, ya adelanto, se ha catapultado al top de mis mejores lecturas en lo que va de año.
Pero veámoslo un poco más a fondo.
“Dark Fantasies” se divide en dos partes bien diferenciadas: por un lado la internacional que, bajo título homónimo, recopila diez relatos premiados en los Nebula, los World Fantasy, los Hugo, los Bram Stoker y los British Fantasy. De autores tan destacados como Mike Resnick, Alysa Wong, Eugie Foster o Lucy A. Snyder. Muchos de estos nombres aún son inéditos en nuestro país, por lo que el libro supone una oportunidad dorada para conocer sus voces.
Voces como la de Angela Slatter que en “La hija del fabricante de ataúdes” compone una oscura historia de amor no correspondido rodeada de muerte, remordimientos y fantasmas. O la de Damien Angelica Walters. En “Cántame tus cicatrices”, un atroz experimento une a varias mujeres, que deberán luchar por su libertad, cada una a su manera. “Cuando termina, él la coge” de Eugie Foster narra la emotiva lealtad de dos bailarines en un mundo postapocalíptico.
Por su parte “La novia de Frankenstein” de Mike Resnick y “Tu suffering nos protegerá” de Mercurio D. Rivera ponen el toque de humor en la antología. El primero tira un poco de cliché convirtiendo a la criatura de Frankenstein en un improvisado psicólogo que ayuda a recuperar un matrimonio. Mientras que el segundo, un poco más macabro, pone a un joven ante un complicado dilema: ¿y si el dolor de uno pudiera salvar a miles?
La segunda parte del libro, “Oscuras fantasías”, recoge ficciones escritas originalmente en español y seleccionadas en convocatoria abierta. Un total de cinco relatos y una novela corta que demuestran que los autores hispanos nada tienen que envidiar al panorama internacional. De hecho, dos de mis relatos favoritos del libro están entre estos cinco. A pesos pesados como Elia Barceló se unen plumas menos conocidas como la de Ferran Varela o Ludo Bermejo.
Víctor Selles ha necesitado tan solo unas cuantas páginas para colarse en mi lista de autores pendientes. “Antemusa Bar & Club” es una denuncia clara contra el turismo sexual, y también contra un sistema (y una sociedad) que lo banaliza y lo hace perdurar. Envuelto en un aura de fantasía marina y con un final tan épico que hace que te ruja el corazón.
No puedo dejar de destacar también la prosa musical y el aire de Neil Gaiman que hallé en “Cuchara de plata”, de Alfredo Álamo. Una fantasía de barrio con un ritmo que engancha y cuya peculiar pareja protagonista rebosa carisma.
“Habba habé” de Ludo Berjemo es una novela corta que guarda vestigios de “La casa de los espíritus” y que se desarrolla en una vieja plantación de cacao de Guinea. Un lugar plagado de recuerdos que danzarán ante el rostro de la joven Marta De Águila cuando regrese para depositar allí las cenizas de su difunto padre.
Y con estos me limito a mencionar mis textos favoritos, porque “Dark Fantasies” rebosa calidad y oscuridad a partes iguales, y he disfrutado de cada una de las lecturas. Los autores que la componen hacen malabares con la ficción breve, elevándola a su máximo exponente con relatos profundos, humanos, frescos. Cada nueva trama sorprende por su originalidad. Sus estilos son variados y únicos, pero todos manejan con facilidad la capacidad de enganchar al lector. Y las 300 páginas del libro desaparecen a una velocidad vertiginosa.
Una de las características que más me ha gustado del libro es la importante presencia femenina. Son diez las autoras que cubren estas páginas de su maravillosa fantasía, y son más aún los relatos protagonizados por mujeres retratadas con respecto, con personalidades y objetivos muy diferentes, y dispuestas a conseguirlos. Además hay unas cuantas relaciones homosexuales entre los relatos, una normalización reconfortante, que gana cada vez más terreno en el panorama literario. Se agradece la apuesta del editor, Mariano Villareal, por visibilizar la literatura de género escrita por mujeres, que aún hoy en día siguen teniendo un papel secundario en el mundillo.
Poco más puedo decir sobre un libro que he gozado desde la primera página. La selección de los relatos me parece muy acertada. Como es normal unos me han llegado más que otros, incluso hay alguno que necesitará una segunda lectura para terminar de comprenderlo, pero todos ellos son obras de arte. Con una variedad de autores, tramas y estilos muy enriquecedora, es de las lecturas que más me ha inspirado del año.
Sin duda, una antología que adorarás si eres amante de la fantasía, la ficción breve… y la buena literatura en general.
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