La sangre tiene tanta fuerza como la palabra escrita y las promesas susurradas en voz queda. Esa es la realidad que yergue el mundo de Poppy, la Doncella, aquella que ha sido bendecida por los dioses. La que se ha visto sin poder de palabra, deseo ni esperanzas. De sangre y cenizas, novela de Jennifer Armentrout y publicada por el sello Puck nos traslada a un mundo tan cristalino como una bola de nieve, igual de perfecto, igual de inmóvil, igual de inmortal. Igual de falso. Supone el primer libro de la trilogía.
Poppy es elegida desde su nacimiento para que discurra por un sendero único, el de la Doncella. Un camino solitario, un camino invisible, un camino inmerso en el silencio. Poppy se prepara para el camino que le han señalado, para proteger el futuro del reino, sin voz ni voto sobre ninguno de sus pasos. Todo debe asegurar que la Doncella llegue digna al día de su Ascensión. Incluso Hawke, un guarda de ojos dorados, ha jurado garantizar que se cumpla. Aunque su juramento puede ser tan útil como un papel mojado y emborronado cuando se encuentran cara a cara. A Poppy no le queda otra que conocer partes de sí misma que había encerrado a cal y canto.
De sangre y cenizas nos cuenta una historia que nos llega a cucharadas. A veces ni eso. Con frecuencia son cucharaditas de postre. Poppy no restringe sus pensamientos de cara al lector y gracias a eso enseguida sabemos lo mismo que ella: nada. Lo que no es de extrañar conociendo que la vida de Poppy está prácticamente enclaustrada en cuatro paredes. Armentrout nos relata la vida de Poppy con una prosa hábil y rápida. Las más de seiscientas páginas se desvaneces con la rapidez espumosas de las olas. Es muy detallada y habla con la misma profundidad de la luz y las sombras, siempre que una escritura engañosa, una habilidad peculiar pero muy útil.
La verdad está sobrevalorada
Los descubrimientos y creencias de Poppy se convierten en los nuestros y avanzamos con ella por ese laberinto lleno de espinas y secretos, donde ella no sabe si es una rosa más en aquel jardín, aquella que florece ante la adversidad, la que otros deben custodiar, o si es el ave que puede volar lejos de allí. Donde descubre su yo, su voz, su deseo, su decisión. Poppy es indomable, valiente y violenta, y la trama se tiñe de esa energía.
Es una historia mentirosa como ella sola, tanto que se embauca a sí misma una y otra vez y, lo que es mejor, atrapa y engaña al lector con una facilidad pasmosa, y es lo que la hace tan intrigante.
No olvides que hasta las flores tienen espinas
La visión que tenemos del mundo está limitada por Poppy y, claro, Poppy no es que haya visto mucho mundo precisamente. Tampoco tiene demasiada vida social. Siendo la Doncella, con un velo entre ella y el mundo y su voz vetada a apenas unos pocos, sus experiencias están basadas principalmente en las conversaciones que tiene con Vikter y Tawny, ambos puestos a su servicio y con los que, aunque se muestra cercana, se siente alejada por la frontera de la obligación y de ser lo que es. Pero eso no quita que todos los personajes, incluso los que aparecen tan poco, estén definidos con cuidado, pensando en quienes son y su lugar en la historia. No voy a entrar en detalle sobre todos, para eso está el libro, pero voy a hablar de los dos más destacados: Poppy y Hawke.
Poppy, como decía antes, es valiente y violenta, una combinación poco frecuente en las protagonistas del género fantástico. Sí, muchas se ven inmersas en una guerra sin cuartel para salvarse a sí mismas y al mundo de un destino cruel, pero la forma en que Armentrout destaca la naturaleza violenta y feroz de Poppy tiene un giro peculiar que le brinda otro ángulo al desarrollo personal de Poppy. Es transparente con el lector ya que no puede serlo con los demás.
Hawke, por otro lado, tiene la misma accesibilidad que un muro. Es carismático, burlón y altanero, bastante pagado de sí mismo, y con una bondad que trasmite más por hechos que por palabras. Y una oscuridad desnuda, cruda y tan violenta como la sed de libertad de Poppy. Él se convierte en uno de los grandes misterios del laberinto.
Al igual que el argumento y los personajes, el worldbuilding nos llega muy poco a poco, a veces parece que en el momento incorrecto o en la dosis equivocada, como un medicamento dado a deshora, pero al final el tratamiento cala y trabaja. Armentrout no está descubriendo la pólvora con De sangre y cenizas, pero lo que hace bien lo borda de tal forma que a título personal se ha convertido en una de las novelas más destacadas en mi historial de este año.
Como dato añadido, Puck desarrolló una preciosa portada en la que podemos ver a Poppy con su fiel puñal y que estará presente en una edición coleccionista.
De sangre y cenizas te mantiene al borde del asiento hasta el último punto y final, sin aliento y con el corazón alborotado por su velocidad creciente y arrolladora.