El catálogo de juegos indie de este 2019 sigue creciendo sin descanso. Esta vez tenemos ante nosotros Degrees of Separation, un juego de puzles y plataformas en dos dimensiones con un gran componente cooperativo.
Modus Games, la desarrolladora detrás de esta nueva obra, nos plantea un escenario en el que dos mundos están en peligro. El mundo de hielo, de dónde proviene Rime, y el de fuego, el hogar de Ember, están a punto de venirse abajo, y la única forma de salvarlos es que ambos colaboren y dejen atrás sus diferencias para lograr un bien mayor. El título cuenta con un guion sencillo pero muy interesante firmado por Chris Avellone – ha trabajado en Fallout: New Vegas o en el reboot de Prey, por ejemplo) y nos muestra hasta dónde podemos llegar si dejamos a un lado las diferencias y luchamos por potenciar todo aquello que nos une.
En la práctica, Degrees of Separation es un título de plataformas en 2D en el que los puzles son los protagonistas. Para diferenciarse de otros títulos similares, Modus Games ha tomado un par de decisiones arriesgadas que, aunque después de unas horas de juego puedan pecar de repetitivas, a nosotros nos han gustado mucho.
Para empezar, los protagonistas no pueden tocarse en ningún momento. Si lo intentamos, una barrera invisible nos lanzará en direcciones opuestas. Esto, que puede parecer un error de diseño de primer nivel, se convierte en una de las herramientas principales para resolver algunos puzles. Por ejemplo, si queremos llegar a una zona elevada, podemos intentar chocar desde abajo con el personaje que tengamos encima para lanzarlo hacia arriba cuando intentemos tocarlo. Una vez que interioricemos esta mecánica, la encontraremos tremendamente útil y, de hecho, la tendremos que aprovechar muy a menudo si queremos avanzar.
Pero, sin duda, el elemento principal del juego recae en el Hielo y el Fuego. Rime congela todo el escenario a su paso, mientras que Rime lo calienta de igual forma. Esta mecánica es con la que tendremos que contar en todo momento para resolver la mayor parte de los puzles. Así, por ejemplo, si tenemos que alcanzar una plataforma que se encuentra al otro lado de una zona acuática, podemos congelar el agua con Rime para pasar por encima sin problemas. Si lo que necesitamos es alcanzar una zona sumergida, podemos usar a Ember, que tiene la capacidad de aguantar la respiración indefinidamente. Combinar las habilidades de ambos personajes es fundamental para resolver con éxito las decenas de pruebas que encontraremos repartidas por todo el juego.
Uno de los detalles que más nos han gustado es que podemos recorrer el mapa del juego con total libertad. El objetivo final del título es encontrar una serie de objetos que nos permiten abrir una puerta donde, en teoría, se encuentra la solución a los problemas de ambos mundos. Normalmente, en cada zona podemos encontrar varios de estos objetos, pero si nos atascamos, podemos optar por movernos a otra zona y volver más adelante cuando hayamos dado con la solución del puzle. De hecho, para completar el juego no es necesario conseguir todos los objetos, por lo que los completistas podrán estirar la duración del título hasta obtenerlos todos.
Lo que sí echamos en falta es algo más de variedad y originalidad en la elaboración de los puzles. Pasado el efecto sorpresa de las primeras horas, descubrimos que la ejecución de la mayor parte de las pruebas es muy similar. Existen cinco o seis tipos de mecánicas que se repiten constantemente y que, tras unas pocas horas, sabremos identificar con facilidad. Esto provoca que el reto de analizar el próximo desafío se reduzca considerablemente al intuir lo que tenemos que hacer antes si quiera de estudiar la zona.
La consecuencia de esta falta de variedad provoca que la dificultad del título sea bastante baja. De hecho, no hay ningún tipo de enemigo al que tengamos que enfrentarnos, por lo que el único reto será completar estos puzles que, como decimos, con el paso de las horas se van haciendo cada vez más previsibles.
Sin embargo, pese a este problema, creemos que el juego sigue siendo muy divertido jugando en cooperativo local. El título nos da la libertad de explorar el mundo a nuestro antojo con cada personaje. Al igual que ocurre en los títulos de LEGO, si estamos juntos, ambos personajes comparten toda la pantalla, pero si decidimos alejarnos, una línea vertical dividirá la pantalla para que cada uno pueda moverse a dónde quiera sin ningún tipo de límites.
Esto nos permite estar explorando una zona nueva mientras el otro jugador intenta pensar en la solución a ese puzle que no supimos completar en su momento. Además, resolver los puzles en cooperativo es muchísimo más divertido que hacerlo jugando en solitario. Aunque el título nos permite cambiar de un personaje a otro con un solo botón y dar órdenes a la I.A. de forma sencilla, la naturalidad y la fluidez que se consigue jugando junto a un amigo no se obtiene con la I.A.
A nivel técnico nos encontramos ante un título con luces y sombras. Por un lado, el apartado artístico nos ha parecido una auténtica belleza. Los escenarios parecen dibujados a mano y están repletos de detalles y objetos que les hacen cobrar vida a nuestro paso. Además, ver cómo el escenario cambia continuamente ante el paso del hielo y el fuego de Rime y Amber es, simplemente, espectacular.
Sin embargo, mientras que los escenarios lucen a nivel sobresaliente, los personajes dan la sensación de haber salido de un juego web hecho en flash. Tanto los protagonistas como los escasos personajes secundarios que encontraremos a lo largo de la aventura parecen flotar por encima de los escenarios en lugar de caminar por ellos. Además, las animaciones son algo limitadas y poco fluidas, lo que acentúa esa diferencia de calidad entre el trabajo de los escenarios y los personajes.
La banda sonora sorprende desde el primer momento. La belleza de sus temas está acorde a lo visto en los escenarios y su variedad sorprende para tratarse de un título con un presupuesto ajustado. Además, todo el juego está narrado por una voz femenina completamente doblada al inglés y con subtítulos en castellano, por lo que podremos comprender toda la historia sin problemas.
Conclusión
Si buscamos un nuevo título que completar en cooperativo con la pareja o un amigo, Degrees of Separation puede ser una buena opción. Es cierto que su escasa dificultad y la sensación de repetitividad que alcanza después de unas horas le impide desarrollar todo su potencial, pero aun así, jugarlo en modo cooperativo es lo suficientemente divertido como para que merezca la pena darle una oportunidad.