El ser humano ha fantaseado con alcanzar el espacio desde que alberga uso de razón, habiendo cultivado la astronomía y la astrología desde las civilizaciones más tempranas. Desde los egipcios, quienes adoraban a Ra en su mitología, el dios de los cielos y el sol, quien fue responsable de originar la vida; hasta los mayas, que organizaron sus calendarios en función de los ciclos solares, planetarios y humanos.

El protagonismo del cosmos y los cuerpos celestes no solo acaece en épocas remotas, dado que posteriormente destacarían acontecimientos como la carrera espacial, hecho crucial que condicionaría la Guerra Fría. Incluso en nuestros días sigue permaneciendo presente, pues China ha realizado recientemente el primer alunizaje en el lado oscuro de la luna.

El peso del espacio en el plano histórico es desmesurado, sin embargo, aún existe una mayor extensión en el ámbito cultural. Constituye la base del género de la ciencia ficción (también denominado Sci-Fi), donde se ha creado toda una terminología propia. La Paradoja de Fermi, el Incidente de Roswell, la Esfera de Dyson…

Deliver Us To The Moon: Fortuna es parte del significativo legado de la ciencia ficción. Su historia nos transporta a un futuro próximo donde la principal fuente de combustible de la Tierra proviene de una energía obtenida en la superficie lunar. No obstante, el equipo científico encargado de suministrarla ha desaparecido sin previo aviso, dejando un agrio sino a la humanidad. Nuestra empresa será la de averiguar qué ha pasado en el satélite terrestre. A lo largo de la aventura obraremos como un mero espectador cuyo objetivo es recopilar información, una labor impulsada por el interés suscitado por el excelente guion del título y que realizaremos gracias a revistas, pósteres, objetos que escaneemos… Nuestro papel se descubrirá intrascendente hasta lograr cierto avance, pues asistimos a sucesos ya ocurridos de los que no somos protagonistas; una idea cuyo tratamiento es desarrollado de manera similar a Everybody’s Gone to the Rapture, donde los personajes son representados a través de estelas lumínicas intérpretes de un momento específico. A través de los ecos del pasado conoceremos a los responsables del incidente, con los que llegaremos a conectar sentimentalmente, a pesar de no existir una relación directa. Por el contario, el vínculo emocional que se trata de crear con el dron que nos acompaña, ASE, alcanza a sentirse forzado y artificial, pues la función que desempeña no es más que la de un instrumento. La trama y su concerniente narrativa es uno de los grandes pilares de la obra. Desde el instante inicial se nos expone un relato intrigante a través de cinemáticas, planteando interrogantes que incluso ni siquiera al finalizar el videojuego habremos resuelto, pues KeokeN Interactive ha optado por una división en capítulos, próximamente accesibles de manera gratuita junto con el videojuego base.

El otro gran pilar sobre el que se construye el título es la ambientación. A pesar de la ausencia de enemigos (ocasionalmente se manifiestan peligros de carácter insignificante, conformando la excepción que confirma la regla), el vacío y la sensación de soledad se ciernen sobre el jugador debido al basto espacio sideral que le rodea. En múltiples ocasiones he sufrido un desamparo opresivo recorriendo las instalaciones desoladas de la Agencia Mundial del Espacio o las llanuras lunares, temeroso de presenciar la aparición insospechada de una amenaza belicosa, quizá influido por el mercado del triple A (el cual habité durante muchos años de manera exclusiva) y sus detestables hábitos de posicionar rivales a cada vuelta de esquina, para una abolición del posible aburrimiento que se halle susceptible de manifestarse en el jugador a lo largo de su progreso por el videojuego. La belleza de los escenarios es mayúscula, situando ante nosotros un paraje lunar digno de los clásicos de la ciencia ficción.

Descritas las joyas de la corona, atendamos a un apartado diferente con un brillo mucho menos acentuado. La jugabilidad de Deliver Us To The Moon: Fortuna es muy rutinaria, basando sus mecánicas principales en el desplazamiento del protagonista o en una reducida lista de herramientas, con la que familiarizarse apenas constituirá un obstáculo, aunque el descontento por el excesivo empleo del limitado catálogo de accesorios será un síntoma común (hecho contrarrestado por la escasa duración del título: entre dos y tres horas si te diriges al meollo del asunto, pudiendo alcanzar las seis horas si te detienes a contemplar los detalles). Existen momentos singulares de notable deleite en lo que a jugabilidad nos referimos, como por ejemplo la llegada a la estación inicial, afectada por gravedad cero, o los instantes de conducción vehicular sobre la superficie inhóspita del satélite terrestre.

Deliver Us To The Moon: Fortuna es una apuesta segura tanto para los más expertos en el género como para todos aquellos sin experiencia previa que deseen introducirse. La obra únicamente se halla doblada y escrita en inglés, requiriendo de un nivel exigente del idioma. Es susceptible de adquirirse en Steam la versión estándar por el precio de 19,99€ o la edición coleccionista por 29,98€ (si os apresuráis aún podéis obtenerlo con un descuento del 20 %).

Juan Provencio
Estudiante de Comunicación Audiovisual. Los videojuegos son arte. Cinéfilo hasta la médula.

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