Las nuevas aproximaciones para combatir el cáncer atrajeron la atención internacional después de que dos científicos ganasen el premio Nobel por conseguir liberar la habilidad del sistema inmune para eliminar células tumorales. Pero este camino, que evita que las células cancerígenas ataquen a las células T del sistema inmune antes de que puedan combatir los tumores, es sólo una vía que utilizan las defensas naturales del cuerpo para luchar contra la enfermedad.
Un equipo de bioingenieros de Vanderbilt University ha anunciado hoy un hito en otro sistema de defensa: han conseguido penetrar en las células del sistema inmune que se infiltran en los tumores y encender un interruptor biológico que les indica que deben empezar a luchar. El equipo diseñó una nanopartícula para hacerlo de forma exitosa en tejido humano invadido por el melanoma.
«Los tumores son bastante complicados y han evolucionado de muchas formas para evitar la detección de nuestro sistema inmune”, asegura John T. Wilson, profesor asistente de ingeniería química y biomolecular y de ingeniería biomédica. «Nuestro objetivo es rearmar el sistema inmune con las herramientas que necesita para destruir células cancerígenas”.
«El bloqueo del punto de control ha sido un avance espectacular, pero a pesar del gran impacto que tiene, también sabemos que hay muchos pacientes que no responden a esas terapias. Hemos desarrollado una nanopartícula para encontrar tumores y liberar un tipo específico de molécula que nuestro cuerpo produce de forma natural para luchar contra el cáncer”.
Esta molécula se llama cGAMP, y es la vía primaria de activar lo que se conoce como la ruta del estimulador de los genes del interferón (STING, por sus siglas en inglés), un mecanismo natural que el cuerpo utiliza para montar las defensas inmunes y luchar contra virus o bacterias, o limpiarnos de células malignas. Wilson afirma que la nanopartícula desarrollada por su equipo libera a esta molécula cGAMP en una vía que inicia la respuesta inmune dentro del mismo tumor, lo que resulta en la generación de células T en su mismo núcleo, que pueden destruir el tumor desde dentro y que aumenta la respuesta del bloqueo del punto de control.
Si bien el trabajo del equipo de Vanderbilt se centró específicamente en el melanoma (cáncer de piel), su trabajo indica que podría tener un impacto también en el tratamiento de muchos tipos de cáncer. Wilson afirma que una aproximación similar funcionaría en los cánceres de pecho, riñón, localizados en cabeza y cuello, el neuroblastoma, colorrectal y de pulmón. Sus hallazgos aparecen publicados hoy en la revista Nature Nanotechnology.