En 1792 se estableció la cervecera Beamish and Crawford en la calle South Main Street de Cork, Irlanda. Hasta 2009 fueron los encargados de fabricar la cerveza en el pueblo hasta el traslado a la fábrica de Heineken, cerca de la antigua. Con el derribo de algunas de las instalaciones, han aparecido restos arqueológicos de sumo interés que delatan la presencia de los pueblos vikingos, que se establecieron en el año 846 cerca del monasterio de San Finbar.
Uno de esos restos ha aparecido recientemente, se trata de una espada tallada completamente en madera de tejo, con un mango con una cabeza humana, típico del estilo Ringerike, datado alrededor del siglo XI. Además, con el desmonte de la cervecera, han aparecido también los planos de 19 casas de la época.
El arqueólogo responsable de la excavación, el doctor Maurice Hurley, confirma la importancia del hallazgo: “Durante muchos años se pensó que los vikingos habían estado, sobre todo, en Dublin y Waterford, pero hay una gran evidencia de que Cork estaba en la misma esfera cultural y con un desarrollo similar” y añade: “Este tipo de espadas las usaban las mujeres para martillar los hilos en el telar”. Esta hipótesis viene acentuada por la aparición también de un enrollador de hilo de madera junto a la espada.
Fuente: RTE.