Un trío de investigadores de la Capital Normal University en China ha encontrado evidencia de una madre araña que protege a sus crías en una muestra de ámbar que data de hace 99 millones de años. En su artículo publicado en Proceedings of the Royal Society B, Xiangbo Guo, Paul Selden y Dong Rend describen dónde se encontró la muestra y qué aprendieron sobre la araña que contiene.
Se ha descubierto que muchas especies modernas de arañas toman medidas para asegurar la supervivencia de sus crías; se ha visto a las hembras agacharse para cubrirlas, por ejemplo, y producir seda para atar y mantener los huevos juntos. En esta ocasión, los investigadores han encontrado evidencia de una araña madre del Cretácico medio que exhibe el mismo comportamiento.
La araña descubierta pertenece a la extinta familia Lagonomegopidae
Los investigadores encontraron cuatro trozos de ámbar que habían sido extraídos de una mina en Myanmar que contenía arañas sepultadas. En uno de los trozos, encontraron una hembra adulta con un poco de su saco de huevos todavía intacto debajo de su cuerpo. El estudio de los rasgos faciales mostró que la araña era un miembro de la extinta familia Lagonomegopidae.
En este estudio, los científicos también notaron que la hembra tenía una postura muy similar a la de las arañas hembras modernas que se dedican a proteger sus huevos de los depredadores. Una mirada más cercana mostró que la hembra también había usado su propia seda para atar los huevos. En particular, algunos científicos han sugerido que la producción de seda en las arañas comenzó con los intentos de unir los huevos, y una vez que se estableció, comenzaron a usarla para otros fines, como la construcción de telas.
Cazadoras en libertad
Los otros tres trozos de ámbar contenían crías e hilo de araña. Uno también tenía lo que parecía ser una pata de artrópodo y una avispa. Los investigadores sugieren que es probable que cada trozo de ámbar contenga arañas relacionadas, todas las cuales han sido identificadas como miembros de la familia Lagonomegopidae.
Los investigadores señalan que tanto las hembras adultas como los grupos de arañas tenían ojos grandes, lo que sugiere que eran cazadoras en libertad, en lugar de constructoras de telarañas. También notaron que una de las muestras contiene trozos de material que sugieren que las arañas habían salido recientemente de un nido.
Fuente: Proceedings of the Royal Society B.