Descubriendo a Alice (Disney +)

‘Descubriendo a Alice’ (Disney +) nos pone en el centro a la mujer del título, interpretada por Keeley Hawes, quién, al poco de estrenar la casa moderna e inteligente proyectada por su marido, Harry (Jason Merrells), ve con pavor cómo éste muere accidentalmente: cae por las escaleras. Este punto expone a Alice a un momento de profunda crisis personal, de cambio incluso, que se ve ahondado por los distintos secretos que comienzan a salir a la luz y, entre ellos, la existencia de otro hijo de Harry con una pareja anterior, de nombre George (George Webster).

La serie nos expone ante todo el proceso de transformación y cambio que la muerte de Harry supone para Alice; compartido también con su hija, Charlotte (Isabella Pappas). Un cambio que afecta en su relación con todo y todos los que la rodean: los padres de él, los de ella, los amigos comunes o las nuevas personas que se va encontrando Alice por el camino para ayudarla a superar la ausencia de Harry: como un “grupo de duelo”, por ejemplo.

‘Descubriendo a Alice’ es una dramedia que, queriendo seguir la estela de Gervais, se queda en un intento simpático perdido en tierra

El relato de su historia intenta mezclar, con desigual acierto, la comedia y el drama, en una combinación que se pasa demasiado de frenada hasta llegar a parecer, por momentos, surrealista e incluso, a veces, radicalmente absurda. Algo que no le sienta bien a una serie que trata un tema tan serio, y con tanta hondura emocional, como es la muerte, el dolor y la pérdida.

Cuando uno toca temas delicados a través de la ficción, el tono es muy importante (quizás, “lo más” importante). Manejar el tono es lo que te acerca o te aleja de un público que empatiza, que se sensibiliza con tu historia, pero que puede acabar yéndose si no mantienes ese pacto de credibilidad, de confianza y de proximidad que siempre se establece, al inicio de cualquier serie, entre los personajes y su público.

Fallan el tono y la construcción del personaje principal

También es importante la construcción del personaje central. Más allá del dolor, quién lo padece lo hace dentro de una relación pasada, que ofrecía unas circunstancias determinadas y que, en consecuencia, provoca unos cambios concretos en el personaje.

Pues bien, ni en el tono ni en la construcción del personaje esta serie sale bien parada. Ojalá, más allá de querer ser una nueva interpretación del mismo tema, se hubiesen fijado algo más en la ‘After life’ (Netflix) de Ricky Gervais. Hablando las dos series de lo mismo, y con no pocos puntos en común entre ambas, Gervais sí controla magistralmente unas claves que, aquí, se ven simplificadas y aplanadas hasta reducirlas, no pocas veces, a algún cliché o chiste o escena sobrevitaminada.

Las estupendas interpretaciones de Hawes y de Pappas no consiguen compensar las carencias de este dramedia que, queriendo seguir la estela de Gervais, se queda en un intento simpático perdido en tierra.

Nota: 5/10

Fco. Martínez Hidalgo
Filólogo, politólogo y proyecto de psicólogo. Crítico literario. Lector empedernido. Mourinhista de la vida.

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