Hoy en día tenemos la suerte de tener un estándar de calidad entre todas las consolas, pero las diferencias entre juegos en consolas antiguas podía ser un gran quebradero de cabeza. Cuando somos pequeños tenemos que depender de familiares o eventos importantes para conseguir consolas, juegos y otro tipo de divertimento. Lamentablemente, muchas de las veces los encargados de una tarea titánica como esta no pilotan demasiado, y era muy típico recibir «indicaciones» de los vendedores, alguno con más malicia que interés.
Qué guay que también esté para mi consola
Empezaremos poniendo un ejemplo clásico y bastante típico. Los grandes juegos siempre se adaptan a todas las consolas, sistemas o ideas de consola. Uno de los casos más conocidos es el de Tetris, el cual ha visto numerosas entregas en las decenas de sistemas disponibles:
Sin embargo y a pesar de todo, las diferencias son notables tanto en evolución jugable como en físicas o contenido. Ya ni siquiera hablamos de diferencias entre videoconsolas o sistemas de juego, porque incluso podían llegar a hacerse un lío entre las entregas disponibles para una misma plataforma de juegos:
La adaptación de Tetris debe ser «sencilla» para todos los sistemas, obviando sus más y sus menos dependiendo de la exigencia de cada una de las plataformas. Sin embargo, otras entregas supuestamente se adaptaban según la consola en sí, llegando a tener auténticos esperpentos si los comparamos unos a otros. Para una muestra un poco más extensa, aunque sigue siendo «fácil» de adaptar, los cambios que sufrieron juegos como Pac-Man fueron terroríficos en algunos casos:
Unas adaptaciones que desmerecen a la versión original
Sin duda alguna, y siguiendo con la tónica del texto, todos conocemos las aventuras de Sonic, y muy probablemente sepamos identificar la mítica Green Hill Zone. Esta primera pantalla del primer videojuego de Sonic se ha quedado grabada en la retina de muchas personas, pero sin duda algunas de sus adaptaciones dejan mucho que desear si las comparamos con la obra original para Mega Drive / Genesis:
Era muy común en la época que alguien entrase a una tienda de videojuegos buscando un juego específico de una consola concreta, y que el dependiente te vendiera uno de otra consola. También era de recibo que te «recomendasen una opción similar» para ofrecerte un juego supuestamente igual al que buscabas.
En la época de las recreativas, las versiones domésticas hacían que no te pulieras todas tus monedas en las maquinitas. Uno de los ejemplos más míticos es el del archiconocido popularmente «juego de los vaqueros» Sunset Riders. Si bien era divertido tenerlo en casa y disfrutarlo, algunas adaptaciones no le hacían honor al nombre del juego original, aunque la experiencia pudiera llegar a parecerse:
Con el paso del tiempo la cosa se fue igualando
Es verdad que las diferencias entre juegos en consolas fueron menguando, y por suerte podíamos tener una experiencia similar independientemente de la plataforma. Obviando el problema de los exclusivos desde el inicio de los tiempos, podíamos disfrutar de entregas como Mortal Kombat de una manera decente en la mayoría de sistemas:
Algunas de las diferencias más notables eran la de los sistemas portátiles, que dada su limitada potencia era más que normal saber que no podrías tener la misma experiencia que en otros sistemas. Sin embargo, cada vez eran menores las diferencias entre juegos en consolas, y podíamos disfrutar de Prince of Persia o Another World de una manera interesante en el sistema que escogiéramos:
Con el paso de los años la cosa se igualaba
Habiendo hablado anteriormente de Prince of Persia, y tomándolo de ejemplo para la siguiente comparación, en la sexta generación de consolas es, posiblemente, donde más se pudieron notar las diferencias. Todas las experiencias eran disfrutables a su manera, pero con cambios abismales entre las diferentes versiones en diferentes consolas. Como muestra, Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo se sentía muy distinto, pudiendo llegar a permanecer en la mente de los jugadores de manera diferente:
Un juego tan icónico, que tanto dio que hablar en su momento, atrayendo a una buena generación de jugadores, podía sentirse diferente según el formato que eligiésemos jugar. Con la siguiente generación de consolas terminamos normalizando los estándares para los videojuegos multiplataformas, salvando mucho lo visto anteriormente.
Continuando con el ejemplo de Prince of Persia, la versión de 2008 nos llegó tanto a PC como a PS3 y Xbox 360. Las diferencias no eran tan abruptas, y a pesar de que su contenido descargable solo estuvo disponible para consolas (ese es otro tema que daría mucho juego), la experiencia era bastante similar en los tres formatos:
Lo importante es jugar
Al fin y al cabo, si echamos la vista hacia atrás, los niños de antaño sólo queríamos jugar al Mario en nuestra Game Boy, devorando pilas y dejándonos la vista en la pantallita. Cuando encendíamos nuestra consola y nuestro Mario era más pequeño y con una música que no nos era familiar, nadie sabía decirnos por qué no era el Mario que jugamos en casa de nuestro primo. Esos niños crecieron y aprendieron que Super Mario Land también tenía su encanto, aunque la rabieta de crío no nos la quitó nadie.
Ya sea por falta de información, malicia de ventas o simplemente por una adaptación diferente, lo que queríamos era jugar, sea como sea, al juego que se nos antojaba. Algunas veces lo conseguíamos, otras salíamos ganando, y otras nos daban gato por liebre. Lo que importa realmente es el recorrido, y sobre todo que ya no existan diferencias tan notables entre las plataformas, que no alteren la obra original y la acaben pervirtiendo hasta tal punto de volverla una desconocida.