En esto que sales a empaparte de naturaleza dando un paseo por la campiña escocesa, en compañía del amanecer y pertrechada con un buen abrigo, cuando de repente sientes algo parecido a un millón de jaquecas y BOOM!: separas Escocia e Inglaterra. Geográficamente, quiero decir.
Así se presenta la protagonista del cómic que el enfant terrible Garth Ennis («Predicador») y el dibujante Phil Winslade («Wonder Woman: Amazonia») iniciaron en 1995 y cuyas ocho entregas agrupa ECC Ediciones dentro de su línea Grandes Autores de Vertigo, en una edición en formato cartoné con 256 páginas.
“Diosa” es la historia de Rosie Nolan, una joven cuidadora de zoo con mucha mano con los animales, que de un día para otro adquiere inmensos e incontrolables poderes por los que está a punto de meterse en serios problemas.
Como partir Gran Bretaña no es algo que se pueda ocultar, Rosie no tarda en aparecer en el radar de la CIA, que decide enviar a Inglaterra al agente Harry Hook, líder del proyecto encargado de localizar fuentes de poder psíquico alrededor del mundo, para averiguar qué o quién está detrás del terremoto soñado por William Wallace.
El inmisericorde Harry no es el único interesado en encontrar a Rosie, porque Mudhawk, un ecologista al que el adjetivo de radical le queda como a Shaquille O’Neal unas zapatillas del número 39, quiere refugiarse en casa de su amiga Rosie tras haberla liado parda en el aeropuerto para evitar una “exploración de orificios” como la sufrida por Butt-Head en otra delirante creación noventera: “Beavis y Butt-Head recorren américa”. También la busca nuestro narrador, Jeff, un despojo humano que bebe los vientos por Rosie desde que esta lo salvó de ser devorado por un tigre cuando intentaba suicidarse. Qué ironía. Pronto descubrirá que “quien bebe los vientos por Rosie, recoge tempestades”.
Todos ellos y la exnovia de Mudhawk, Sam, convergerán en la puerta de Rosie para ver en vivo y en directo lo que es capaz de hacer la Diosa Nolan con las cabezas de unos agentes de la CIA:
La escabechina da el pistoletazo de salida a una carrera por tierra, mar y aire, en la que Rosie & Co. tratarán de llegar tan al norte como puedan —allí debe dirigirse la Nolan para comprender la naturaleza de sus poderes— antes de que el agente Hook y el sádico número dos, George Dixon, los atrapen.
No sigo destripando la trama porque poco más hay. La “Diosa” de Ennis es una surface-to-air movie (si, me lo acabo de inventar) en la que veremos aterrizajes forzosos en Rio de Janeiro, barcos que navegan sobre olas equinas, cazas estrellándose en los límites del 49º estado e incluso algún paseo espacial. Lo que no veremos son giros de guion, historias paralelas o incógnitas ocultas aparte de qué diablos le pasa a Rosie.
No es un defecto, es una característica. Queda claro que Ennis planteó un cómic lleno de momentos impactantes, con balas, cristales rotos y explosiones por doquier, sin mayor pretensión que pasar un buen rato y disfrutar de las viñetas creadas por Phil Winslade.
El dibujante británico, que debutó con “Diosa” en el mercado estadounidense, aprovecha estas bondades del guion para lucirse con ilustraciones espectaculares apoyadas en una paleta de colores muy vívidos y viñetas que destilan trabajo. Es una pena que en ciertos momentos desperdicie su buen hacer con una elección del color demasiado uniforme, que camufla muchos detalles y vuelve confusas algunas páginas.
El tomo de ECC Ediciones incluye una introducción a cargo del propio Winslade en la que nos cuenta cómo surgió la oportunidad de trabajar con Ennis y hace un breve resumen del desarrollo del proyecto con Archie Goodwin como editor; y una galería de ilustraciones y bocetos del cómic.
“Diosa” es otra estupenda gamberrada de Garth Ennis, perfectamente acompañado por los lápices de Phil Winslade, con la que pondréis varias veces cara de: ¡cómo se le ocurre!, redescubriréis los límites de la física y añadiréis a vuestra colección una portada para recordar.