A finales de 2014 llegó a nuestras manos Disney Magical World, un juego que nos permitía vivir un montón de aventuras con los personajes Disney de nuestra más tierna infancia rodeados de música, magia y dosis infinitas de diversión. Casi dos años después, llega a Nintendo 3DS Disney Magical World 2, una secuela que sirve de revisión de la primera entrega. Hablo de revisión porque todo aquel que venga de jugar a la primera parte (como es nuestro caso) verá que no hay demasiadas diferencias de un juego a otro, diferencias que vamos a comentar a continuación.
La primera nos la encontramos nada más llegar a Villacastillo —zona central desde la que nos vamos moviendo a los distintos mundos que vamos desbloqueando— , donde nos damos cuenta de que va a ser un escenario inicial mucho más grande de lo que estábamos acostumbrados en el juego anterior, ya que aquí estará la zona del castillo en el centro, la zona residencial por un lado y la zona comercial en el otro.
Otra diferencia notable es que nuestro personaje (que sigue siendo un Mii que podemos personalizar dentro de lo posible) ya no vive en la parte de arriba de la cafetería, sino que cuenta con una casa propia en la zona residencial, teniendo como vecinos a Mickey, Minnie, Donald, Goofy y Pluto (aunque nunca hacemos mucho uso de ella más allá de decorarla y pasar de vez en cuando a ver si tenemos correo nuevo).
Antes de poder sentir total libertad a lo largo del juego, debemos pasar inevitablemente por un tutorial que puede durar fácilmente casi dos horas, en las que tenemos que conseguir 18 pegatinas con las que, quien no haya jugado antes a su anterior entrega aprenderá los controles básicos, pero a los que ya venimos con la lección sabida se nos hace terriblemente eterno.
Cuando ponemos un pie en la cafetería (que volvemos a hacer nuestra con la misma felicidad y dedicación que en Disney Magical World) descubrimos que la han ampliado con escenario y bailarines incluidos, con más personal para la cafetería y que si nos lo proponemos, podemos marcarnos algún que otro baile. Ahí vemos que cambia el concepto de las fiestas, porque cuantos más combos de temática juntemos, más personajes vendrán como invitados especiales, y ya si nos subimos todos al escenario, es cuando lo damos todo.
Al dejarnos caer por la zona comercial podremos comprobar que hay más tiendas de las que vimos en la anterior entrega, lo cual está genial porque solo con las que repiten (siendo estas la tienda del tío Gilito con los sobrinos, Daisy con la tienda de ropa y Chip y Chop con el taller de muebles, ya tienen un mayor surtido desde el mismo principio, lo cual se enriquece mucho más a lo largo del juego). Concretamente la tienda de Gilito mejora notablemente al encontrar muchos más muebles (tanto en cantidad como en variedad) y solo con acercarnos un poco a cualquier producto, nos sale un menú rápido que nos describe de qué se trata, cuánto vale y si ya lo tenemos (lo que adelanta mucho, ya que antes teníamos que ir uno a uno para comprobar exactamente mismo). El único «pero» que hay que destacar a esta misma tienda es el tema de que existan muebles y complementos que —según nos explican— solo pueden conseguirse mediante medallas que ganamos al cruzarnos con gente que también esté jugando a este juego.
Y claro, el hecho de que estemos en época de Halloween (o Navidad o la fiesta que toque) y tengamos contenido exclusivo relacionado con ese tema, hace que nos duela el doble ver que si no nos vamos a cruzar con gente que tenga el mismo vicio que nosotros con el mundo Disney, irremediablemente nos vamos a quedar sin esos muebles que podrían quedar tan sumamente bien en nuestra cafetería o en el salón de nuestra casa.
Hay un puesto en mitad de la calle que nos va poniendo a la venta distintos productos que van cambiando según a la hora que nos pasemos por allí, así nos hace estar pendientes y jugar a distintas horas para que no perdamos ni uno (de ahí que sepamos desde el principio que a este juego le vamos a echar muchas, muchísimas horas, más de las que nos gustaría admitir).
Y también hay como novedad el tema de hacerse fotos a lo largo de las aventuras que vamos viviendo para rellenar el álbum de nuestros sueños, donde luego podemos invitar a los distintos personajes Disney que se han ido cruzando en nuestro camino. Todo eso sumándole los puzles que debemos completar visitando a todos los personajes Disney que podemos encontrar en cualquier rincón de Villacastillo y en sus respectivos mundos, con lo que después nos desbloquean marcos especiales para nuestras fotos.
A la hora de ponernos a jugar tenemos dos opciones: o seguir la historia principal que nos van marcando tanto los personajes principales de Villacastillo, como la carta voladora (cuya risa da bastante miedo, por cierto) o podemos hacer un sinfín de misiones secundarias en otros mundos que nos apetezca visitar (y estén abiertos lógicamente) o completando peticiones de los habitantes de Villacastillo en las que, habitualmente, tendremos que llevarles objetos o materiales para conseguir recompensas como mobiliario para nuestra casa o cafetería, objetos especiales, ropa, etc. O simplemente con el hecho de dedicarle su merecido tiempo a la cafetería consigue que se nos pasen las horas y los días con los ojos fijos en la pantalla, porque siempre habrá recetas que hacer, ingredientes que conseguir y fiestas que organizar… ¿a quién queremos engañar? ¡Es lo más divertido del juego!
Y ya si nos ponemos a conseguir las pegatinas… Tenemos cerca de 300 diferentes con las que recorrer todo el mapa de cabo a rabo unas mil veces antes de cumplir todos los objetivos, con lo que terminaremos sabiéndonos los caminos de memoria.
Cuando entramos en uno de los muchos mundos que podemos recorrer, nos encontramos a los protagonistas de esas historias, teniendo la opción de vivir aventuras dentro de su mundo, consiguiendo como recompensa objetos, ropa e ingredientes exclusivos de ese universo. Y conforme vamos avanzando en esas aventuras, tanto nuestro vestuario como las armas que llevamos (una varita mágica) va mejorando y especializándose en el universo en el que nos encontremos. Por ejemplo: teniendo un conjunto de ropa específico para X misión del mundo de La Cenicienta, con una varita en concreto que potencia nuestra magia a la hora de enfrentarnos a los monstruos que nos cortan el paso. Y en la mayor parte de las misiones —a las que vamos teniendo acceso conforme aumente nuestro número de pegatinas—, tenemos que luchar con diversos fantasmas que habitan en las profundidades de todos esos mundos y que sirven a un jefe final con el que tendremos que pelear si queremos acabar la misión.
Gracias a esa varita podemos hacerle frente a todo tipo de criaturas, tanto con ataques normales como con otros especiales que podemos usar cuando nos encontremos rodeados de enemigos, o simplemente con dos que tienen mucha vida y queremos poner distancia
Algo que nos ha gustado bastante en comparación con el primer juego, es que cuando hablamos con la adivina que hay cerca del castillo, ya no nos vende los dichosos destellos que no servían absolutamente para nada (no sufráis, que los podemos encontrar en otra parte de Villacastillo), en su lugar nos desbloquea muebles y escenarios de los distintos mundos que podemos encontrar para que podamos construirlo en el taller de Chip y Chop.
Otro detalle que han cambiado es que a la hora de ponernos a pescar, cuando usamos la caña es mucho más fácil pescar, porque con un solo toque conseguimos nuestro objetivo (al menos al principio).
En cuanto al sonido, la canción que rodea Villacastillo sigue siendo un tanto repetitiva, en el resto de los mundos escucharemos la banda sonora original de cada uno de ellos (ya sea Frozen, Lilo & Stich o Winnie The Pooh, entre muchos otros). Pero las voces de todos y cada uno de los personajes han vuelto a llegar sin doblar a nuestro idioma, por lo que tendremos que limitarnos a escuchar la versión original. Por suerte, los textos si han sido traducidos al castellano, por lo que incluso los más pequeños de la casa podrán disfrutar de la historia del juego.
A nivel gráfico, el juego reutiliza el motor visto en la primera parte, donde vemos escenarios y personajes en 3D con modelados sólidos y coloridos que se adaptan perfectamente a la ambientación de cada una de las películas Disney. Sin embargo, hay varios problemas a destacar. El primero de ellos es una alarmante caída en la tasa de frames en momentos puntuales que terminan pasando factura a la experiencia de juego. Además, los tiempos de carga son incluso más largos que los del primer juego y teniendo en cuenta que cada vez que cambiamos de mundo o entramos en un edificio de Villacastillo tenemos que sufrirlos, es un problema que no podemos pasar por alto.
Aunque el juego luce a un nivel aceptable, Nintendo 3DS es una consola con la capacidad para mostrar escenarios mucho más cuidados. De hecho, en ciertos momentos parecerá que estemos jugando a un juego de hace cinco o seis años más que a uno de los títulos del final de la vida útil de la portátil.
Conclusión
Disney Magical World 2 es la oportunidad perfecta de entrar en el mundo Disney desde una perspectiva similar a Fantasy Life y Animal Crossing. Es cierto que el juego tiene varios problemas, pero sus puntos fuertes terminan siendo ampliamente superiores.
Lo único que debes valorar antes de comprarlo es si has jugado recientemente a la entrega previa, ya que esta secuela bebe directamente de lo visto en ella, por lo que la sensación de volver a jugar lo mismo por segunda vez puede ser demasiado grande.
