Unas primeras impresiones sobre la nueva serie del DC Universe.El Universo DC nos ha traído una mezcla de sabores que a más de uno le resultaría un placer culpable: Por un lado tenemos al Snyder-Verso, un conjunto de películas que comenzó con “El Hombre de Acero” y parece haber terminado con “La Liga de la Justicia”, llevándose por delante a Ben Affleck en el papel de Batman y a Henry Cavil como el “Partecuellos de Acero” (Ahora en serio, ese tipo era Superman). Por medio ha habido aciertos como Wonder Woman, que sin ser una revolución del medio consigue entretener y explorar la historia de Wonder Woman, haciendo una película entretenida de no ser por un tercer acto deleznablemente malo y del pequeño detalle de las inclinaciones sionistas de la actriz que encarna a una de las superheroínas más famosas del comic mainstream.

Ya comenté en su momento que la Liga de la Justicia me pareció una película decente, pero con severos problemas de ritmo. Yo la pude aguantar, pero la mayoría de mis amigos acabaron durmiéndose antes de llegar a la mitad. Lo cual no se les puede reprochar, porque obviamente pasarte media peli introduciendo personajes debería ser un crimen penado en al menos la mitad de los estados miembros de la Unión Europea.

Y, justo después de eso, cuando Infinity War terminaba de clavar el último clavo en el ataúd de Warner, van los cachondos de DC y sacar un servicio de streaming (Claro, otro más) en el que incluiría versiones digitales de los mejores comics (Punto a favor), además de las distintas series (Tanto animación como live-action) de sus franquicias. Ya me estaban medio convenciendo hasta que anunciaron la tercera temporada de Young Justice (Que por cierto recomiendo muy fuertemente), entonces ahí me tuvieron. Luego recordé que vivo en mi queridísima Españita (Do you know the meme of Dragonite?) y que el servicio de DC solo estaría disponible en “El hogar de los Valientes y la tierra de los Libres” y me deprimí bastante.

Pero para no enredarnos, el caso es que los nuevos anuncios de DC no me atraían mucho. Titans solo tenía interés por el meme de Robín (Fuck Batman). Al final resultó que la serie aguantó bastante el tipo hasta el final, cuando meten un capítulo de relleno y un final de temporada pésimo con un despliegue de fanservice barato al mas puro estilo Metal Gear Solid V.

Al menos una cosa sacamos de Titans, y es que los secundarios eran la hostia de buenos. Tan buenos que poco después DC confirmó una serie sobre la familia de Beast Boy: La Doom Patrol.

No os voy a engañar, si tengo que elegir a un octagenario paralítico que entrene un grupo de inadaptados con superpoderes para formar un equipo paramilitar secreto con tecnología avanzada y alta capacidad destructiva, pues me quedo con Xavier que tiene unas llantas con forma de “X” muy chulas. Pero quizás el acierto de Doom Patrol es que, en vez de intentar meter filosofía de servilleta y colar una trama sobreexplicada y mascadita para que el espectador medio no se pierda ni un solo detalle porque no es capaz de diferenciar un plato de un vaso (Si Nolan, me estoy refiriendo a ti), pues decide ser consciente de que sus personajes están en un universo en el que existen los superhéroes y además no tomarse demasiado en serio.

Y es una buenísima idea, porque pasamos del contraste de Superman intentando que la gente le vea como Dios a Cyborg, un adolescente que parece estar haciendo oposiciones para un puesto de funcionario en el SAS (En realidad está preparándose para entrar en la Liga de la Justicia), lo cual es bastante más cercano para el espectador que un paleto de Texas (Ésta vez viene sin motosierra) que va en mallas intentando dárselas de señor todopoderoso nuestro salvador y pastor.

Además, esta serie tiene algo que las películas del DC Universe no tiene: Un buen villano. Mr Nobody es brillante, destornillante en sus apariciones y un maestro de la autoparodia y la destrucción sin piedad de la cuarta pared. A falta de más episodios estoy esperando verle como si fuera una quinceañera esperando para ir al próximo concierto de Maluma.

Pero Mr Nobody no es el único genio de esta serie. Robotman toma el manto de Robin y coge el meme de “Fuck” y lo lleva a un nuevo nivel, teniendo momentazos en cada capítulo. Además, su desarrollo promete muchísimo, siendo el personaje al que más tiempo se le ha dedicado. Jane es otro filón en bruto, puesto que sus muchas personalidades dan lugar a situaciones que son un alucine y una fuente de risas asegurada, sin llegar a discriminar al resto de personajes, que cada uno es único y tiene momentos para brillar.

Por ahora solo puedo decir que los tres primeros capítulos son un disfrute, y espero que el nivel de locura vaya a más durante los siguientes. Si consigue eso, podríamos estar hablando de la mejor serie Live-Action del género en este año.

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