El pasado mes de octubre llegaba a las PS4 y PS Vitas occidentales Dragon Quest Builders, un novedoso spin-off de esta conocida franquicia JRPG, en el que esta vez el héroe deja de ser un habilidoso guerrero y se convierte en un habilidoso creador conocido como el Constructor. Así que ha llegado la hora de coger el martillo (o la caña de pescar, o la sartén… pronto veremos que hay mucho más que hacer que solo poner bloques unos encima de otros en este juego), ya que nos espera todo un reino en ruinas que volver a levantar.

Dragon Quest Builders ha sido y sigue siendo una saga JRPG muy prolífica, con 11 entregas numeradas y varios spin-off en su haber, es altamente reconocible por el diseño de personajes de Akira Toriyama y toda una serie de elementos recurrentes dentro de la misma; está lejos del estilo más realista que han ido buscando los más famosos Final Fantasy, pero tiene un estilo y carácter propios que mantienen a sus seguidores pendientes de cada novedad que sacan al mercado. Y lo mejor es que parece que Square Enix está bastante dispuesto a traernos más títulos de esta saga, incluidos esos spin-off que se alejan del estilo más rolero de la misma, como ya ocurriera con Dragon Quest Heroes, y ahora con este Dragon Quest Builders, donde las armas y los combates quedan en un segundo plano para centrarnos en lo que realmente importa, reconstruir un reino en ruinas y devolverle la luz de un pasado glorioso.

Dragon Quest Builders

Así, Dragon Quest Builders se nos presenta como una suerte de Minecraft (no se pueden negar las similitudes con el juego de Mojang), pero con argumento, lo que le dota de un atractivo extra y hace que las construcciones en el juego tengan cierto significado más allá de levantar muros porque sí. De esta manera, la propia construcción nos conducirá por los diferentes capítulos de la historia del título, convirtiéndose en un aliciente más que hace al juego más interesante.

El arte olvidado de la construcción

Como decíamos, la historia de Dragon Quest Builders nos lleva a un mundo en ruinas, concretamente a Alefgrado, antaño un lugar de esplendor y creación, ahora está sumido en la oscuridad y la desesperación traídos por Draconarius, un señor del mal que, ayudado por los monstruos que pueblan el reino y algo más que no desvelaremos aquí, ha sometido a todo el reino y sus gentes, que además han perdido un don muy importante, el de la creación. Y es aquí dónde entra nuestro protagonista, el Constructor (o Constructora, ya que podremos elegir el sexo del personaje al comienzo), un elegido por la Diosa Pamplín con la capacidad de construir y crear nuevos objetos a través de la combinación de los diferentes materiales que recolecta en sus aventuras. Y que no se nos olvide, no somos un héroe, algo que el juego nos recordará en más de una ocasión, lo nuestro es construir y crear.

Así, tras un breve tutorial para dominar los controles básicos del juego, comenzamos el primer capítulo de esta historia, «Canteria», la primera ciudad que tendremos que volver a levantar de entre sus ruinas. Aunque no estaremos solos, porque poco a poco se irán uniendo a nosotros otros personajes atraídos por una nueva luz de esperanza y edificios con cuatro paredes en los que guarecerse de los monstruos.

Dragon Quest Builders


Levantando el mundo bloque a bloque

Dragon Quest Builders es, como su propio nombre indica, un juego de construcción y toda la jugabilidad del título gira en torno a ese concepto, de manera que solo avanzaremos en la historia al ir subiendo el nivel de nuestra base (la capital de la zona de turno en la que nos encontremos) y para ello tendremos que ir construyendo habitaciones y edificios, decorándolos y ampliándolos, ganando así puntos que irán subiendo el nivel de la base hasta alcanzar su máximo posible. Y todo influye en la puntuación, desde el material de los bloques empleados para levantar las paredes (además, estos también determinan la resistencia al daño de los monstruos que nos atacarán de tanto en tanto), hasta los muebles o simples elementos decorativos.

Básicamente, cuatro paredes con dos bloques de altura sobre el suelo, una puerta y una fuente de luz formarán una habitación vacía. A partir de ahí podemos crear, según los elementos que coloquemos en ella, dormitorios, teleportariums, laboratorios, tabernas, armerías, vestuarios, enfermerías, talleres de manposteros, abrevaderos, cocinas… Las posibilidades son muchas. Algunas de estas habitaciones las descubriremos al combinar libremente los elementos de nuestro inventario, pero para otras contaremos con los planos que nos suministrarán otros personajes o nos dirán específicamente qué necesitan y quieren en una habitación determinada, de manera que sabremos qué objetos tendremos que colocar para levantarlas.

Dragon Quest Builders

Y para construir y crear tendremos a nuestra disposición cientos de materiales que encontrar y recoger en el mundo de juego (eso sí, teniendo en cuenta que algunos solo los encontraremos en determinadas zonas y los capítulos irán introduciendo nuevos elementos), desde bloques de tierra, de arena, de arcilla, de ladrillo, de adoquines, de paja, de madera, de obsidiana, de tiza, etc., con los que hacer las paredes de nuestras habitaciones, pasando por ingredientes para cocinar, ramas, hojas curativas, pétalos, minerales, semillas, brotes, peces, piel, etc., hasta partes de monstruos, todos ellos combinables para crear otros objetos que usar en el juego. Y es que tendremos que crearlo todo, no solo habitaciones, sino también la comida, necesaria si no queremos morir de inanición (ya que el tiempo pasa en el juego y contamos con un medidor de hambre que, si llega a cero, nos hará perder vida paulatinamente), pociones curativas de salud o estados alterados, armas, armaduras, accesorios, etc.

Pero como decíamos, no estaremos solo y si creamos las habitaciones necesarias, los otros habitantes de la ciudad realizarán objetos que luego podremos usar nosotros y que encontraremos en los cofres que coloquemos en dichas habitaciones. Claro está, cuanto mayor sea la categoría de la habitación, mejores serán los objetos resultantes que hagan los otros personajes.

Dragon Quest Builders

Eso sí, conviene recordar que la expansión tiene un límite (en el modo historia) y que si construimos habitaciones fuera de los límites de nuestra base, los otros personajes no las usarán. Pero es fácil saber si estamos dentro o fuera de ese límite gracias a la coloración más brillante del suelo y un cambio de música que nos indicará si estamos o no en el salvaje mundo exterior.

Y aunque, como dijimos, el juego o, más en concreto, la Diosa nos recuerde que no somos el típico héroe y que nuestra fuerza reside en la construcción, eso no nos librará de tener que hacer frente a los monstruos de Alefgrado, tanto a los que pueblan el campo abierto como a aquellos que atacarán nuestra base atraídos por nuestra habilidad constructora.

El combate es muy básico y sencillo, es prácticamente un hack’n slash donde daremos golpes con alguna de las armas que llevemos equipada y contaremos con algún movimiento especial para asestar un poco más de daño. Y a diferencia de un tradicional RPG, en Dragon Quest Builders los combates no nos darán experiencia de ninguna clase, ya que los puntos de vida los subiremos al consumir Semillas de Vida, que ganaremos como recompensa al cumplir las misiones principales del juego, y el resto de características subirán con el nivel de nuestra base y nuestro equipo. Lo que sí conseguiremos de los monstruos serán materiales para crear objetos, como las plumas que usaremos para crear las alas de quimera con las que podemos teletransportarnos a la base desde cualquier punto del mapa.

Dragon Quest Builders

Las zonas que visitaremos en Dragon Quest Builders son independientes, correspondiendo cada una a un capítulo diferente; en cada uno de ellos nos esperan unas ruinas que levantar en nuestra base y un jefe final de zona al que vencer para pasar al siguiente capítulo; estos jefes contarán con un patrón que deberemos aprendernos para poder derrotarlos, además, previamente tendremos que haber creado un objeto en particular cuya ayuda será indispensable en esa batalla.

Cada vez que pasemos de capítulo perderemos todos los objetos y puntos de vida ganados, de manera que al llegar a la nueva zona comenzaremos de cero, conservando solo ciertas recetas para construir objetos. Por su lado, cada capítulo tiene una serie de desafíos que cumplir, como superarlo en unos días determinados, matar algún monstruo en concreto, crear cierta habitación… Estos desafíos no los conoceremos de antemano, pero algunos personajes pueden darnos pistas sobre ellos. Y las zonas están divididas a su vez en diferentes islas con diferentes tipos de materiales, a las que solo podremos acceder mediante portales que iremos ganando al superar ciertas fases de la historia principal. Visitar estas islas será importante porque cada vez que tengamos acceso a una de ellas, los otros personajes nos pedirán hacer algo que solo podremos llevar a cabo al recoger materiales o encontrar nuevos personajes en estas islas. Además, la exploración puede llevarnos a descubrir cofres del tesoro, monstruos amigables que nos pueden encargar misiones secundarias y cumplir con los desafíos del capítulo.

Cómo veis, las premisas de juego son simples: recolectar materiales, construir habitaciones y objetos, combatir ocasionalmente y cumplir los requisitos para avanzar en la historia y hacer salir al jefe de zona para derrotarlo y pasar al siguiente capítulo. Simple, sí, pero puede resultar adictivo si el juego os engancha, algo que su sencilla historia puede conseguir dándole ese pequeño contexto y razón para seguir construyendo y porque nos acabe gustando eso de apilar bloques y levantar las mejores construcciones.

Dragon Quest Builders


Construcción sin límites

Al modo historia del juego de Dragon Quest Builders hay que sumarle una suerte de modo libre bajo el nombre de Tierra Incógnita. Se trata de una zona de juego donde los monstruos no nos molestarán y podremos construir todo lo que queramos, además de poder compartirlo con otros jugadores, si lo levantamos en una zona marcada a tal efecto y usamos las Piedras de Dáviva para que otros puedan descargarlo en su zona de juego. Igualmente, nosotros podremos ver las creaciones de los demás usando las Piedras de Invocación. Las premisas de juego son las mismas que en el modo historia, tendremos que recolectar materiales y visitar otras zonas mediante portales (que se abrirán según superemos capítulos de la historia) para acceder a tipos diferentes de materiales y encontrarnos también con monstruos. Lo que sí tendremos será acceso a todas las recetas que vayamos obteniendo en el modo historia, de manera que podremos levantar todos los edificios y crear los todos los objetos que vayamos descubriendo.

A Tierra Incógnita se une Tierra Gladiatoria, donde podremos enfrentarnos a las oleadas de monstruos que decidamos.

Creando Alefgrado

A nivel técnico Dragon Quest Builders cumple sin problemas y presenta en conjunto un apartado sólido, que nos lleva de vuelta al imaginario de la saga, tan caracterizado por el estilo de Akira Toriyama.

Dragon Quest Builders

Gráficamente el juego apuesta por un colorido entorno lleno de detalles, con un diseño entre lo chibi y lo cuadriculado, que le sienta realmente bien y le da un carácter y una seña de identidad propios. Pero que este diseño como en «miniatura» no os engañe, el juego cuenta con un gran acabado visual, sin bugs o fallos que hayamos notado en nuestras sesiones de juego y con una tasa de frames que no decae en ningún momento. Lo único que podemos criticar es una cámara que a veces cuesta ubicar cuando nos metemos en espacios cerrados, pero que por lo demás se porta muy bien. El ciclo día-noche termina de darle ese toque detallista, junto al cuidado puesto en el diseño de personajes y monstruos.

En cuanto al sonido, nos encontramos esa línea sencilla pero bien trabajada, con los efectos necesarios para recrear un mundo vivo, acompañado de la música propia de la saga (seguro que los habituales reconocen los temas), que oiremos de fondo durante toda la aventura. El juego no tiene voces, así que no hay doblaje. Viene con todos los textos traducidos al castellano, lo que es muy de agradecer, además, se nota un buen trabajo de localización para determinadas traducciones.

Dragon Quest Builders


Conclusión

Dragon Quest Builders puede resumirse en que puede resultar adictivo, es entretenido y resulta curioso como spin-off de una saga JRPG. Nos parece un acierto el que incluya una historia que conduzca el juego más allá de la construcción solo por la construcción, ya que incentiva al jugador para que siga adelante y cree nuevas habitaciones y objetos, además de explorar las diferentes áreas de juego. No está mal salirse del canon heroico y cambiar el foco de los combates por el de levantar, literalmente, de nuevo un reino. Si os gusta la saga, os recomendamos darle una oportunidad, aunque si esto de construir no os va nada nada, quizás sea mejor que lo dejéis en la tienda, porque todo en el título gira en torno a ese concepto de juego.

 

Helena Ramírez
Con un mando en las manos desde... hace mucho. RPGs y conducción, dos géneros bastante diferentes con los que disfruto mucho. Hay un trozo de papel que dice que soy periodista.

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