Los fans de los JRPG tradicionales de los que disfrutábamos a diario hace dos o tres generaciones han pasado a la historia. En los últimos años, los turnos se han sustituido por combates en tiempo real, la dificultad se ha rebajado, la duración se ha reducido a la mitad y la exploración de escenarios gigantescos se ha convertido en recorrer pasillos entre zonas en los que, con suerte, aun se respeta un mapamundi por el que movernos. Es cierto que también se han introducido elementos muy positivos y necesarios que ahora parecen indispensables, pero lo cierto es que el género se ha transformado en algo distinto, cuyo público no es el mismo que el que jugaba hace 20 años.

Es precisamente ese público adulto, el que disfrutaba pasando horas perdido en un mapa enorme, luchando decenas de combates mientras buscaba como acceder a la próxima mazmorra, el que más disfrutará de Dragon Quest VII: Fragmentos de un Mundo Olvidado.
La séptima entrega de la saga Dragon Quest siempre ha sido especialmente deseada entre los fans de los JRPG, ya que Square-Enix decidió publicarlo en Estados Unidos hace 15 años para PlayStation pero, en el último momento decidió no lanzarlo en Europa, algo que sentó realmente mal a los jugadores de la época. Ahora, Nintendo ha decidido rescatar el juego para que todos los poseedores de una Nintendo 3DS podamos disfrutarlo por primera vez.

Dragon Quest VII: Fragmentos de un Mundo Olvidado

Esta versión de Dragon Quest VII es un remake completo a todos los niveles. Cuando el juego llegó a PlayStation en el año 2000, lo hizo bajo un apartado técnico algo mediocre en el que el modelado de escenarios y personajes en un pseudo 3D no encajaba con los escenarios clásicos en los que abundaban las texturas poco trabajadas. Además, la versión original contaba con ciertos elementos jugables algo discutibles como un desequilibrio en la economía de la tienda que provocaba que comprar una simple espada nos obligara a farmear casi una hora para poder pagarla o la falta de un indicador que nos diera alguna referencia para encontrar las tablillas que permiten avanzar en la historia.

Esta versión soluciona todos esos problemas y otros más de los que hablaremos detalladamente a continuación, pero ya os adelantamos que estamos ante uno de los Dragon Quest más interesantes de la saga, pero también ante el más lento y al que más le cuesta arrancar.

El título nos pone en la piel de un héroe sin nombre, hijo de un pescador famoso que vive en la, en principio, única isla del mundo. Este héroe es el mejor amigo del príncipe Kiefer, un joven que está totalmente convencido de que el vasto océano tiene que ocultar más tierra en algún lugar. Junto a ellos está Maribel, la hija respondona del alcalde que decide acompañar al dúo para evitar que se metan en problemas.

Dragon Quest VII: Fragmentos de un Mundo Olvidado

Las dos primeras horas de juego las pasaremos conociendo la situación actual del mundo, profundizando en los pensamientos del trío protagonista y, sobre todo, paseándonos de un sitio a otro mientras hacemos recados para todo aquel que se cruce en nuestro camino. Finalmente, tras superar esas dos horas de inicio muy pausadas que pueden hacerse pesadas para un gran número de jugadores, será el momento en el que entraremos en la primera mazmorra y combatiremos por primera vez. Es importante destacar que, pese a que el juego empieza a coger ritmo después de esas dos horas, sigue acelerando poco a poco hasta que una vez pasadas las seis o siete horas de juego, entra en materia de verdad. Esto puede provocar que muchos jugadores decidan abandonar el juego antes de introducirse totalmente en el mundo del juego. Desde aquí queremos invitaros a que hagáis lo posible por superar esas primeras horas de juego porque, desde ese punto, Dragon Quest VII demuestra ser uno de los mejores títulos de toda la saga.

Lo cierto es que la mecánica jugable será muy similar desde el primer momento. Nuestro objetivo a lo largo de la aventura será encontrar los múltiples fragmentos de tablillas repartidas por todo el mundo con el objetivo de juntarlas en un templo y abrir un acceso a nuevas islas que tendremos que visitar viajando al pasado. Cada vez que desbloqueemos el acceso a una nueva isla, tendremos que visitarla y, generalmente, descubriremos que los habitantes de la misma tienen algún tipo de problema que tendremos que solucionar. Una vez solucionado el problema, la isla reaparecerá en la línea temporal del presente y podremos visitarla sin problemas todas las veces que queramos.

Dragon Quest VII: Fragmentos de un Mundo Olvidado

Pese a que el juego mantiene este patrón durante sus más de 60 horas, lo cierto es que la variedad de situaciones que nos encontraremos en cada una de las islas y la forma de resolverlas son tan variadas, que no tendremos una sensación de monotonía en un ningún momento. De hecho, solo en las primeras horas de juego visitaremos islas en las que los habitantes están a punto de morir por la erupción de un volcán y otras donde toda la población ha sido convertida en piedra. Las soluciones a cada situación son bastante variadas y aunque en muchos casos tendremos que visitar una mazmorra para derrotar al jefe final de turno que está ocasionando el problema en cuestión, en muchas otras ocasiones la exploración o la resolución de puzles tomarán el protagonismo.

En lo que se refiere a la jugabilidad pura y dura, Dragon Quest VII recupera la mecánica de un mapamundi explorable desde el que llegamos a todas las localizaciones disponibles mientras exploramos en busca de secretos. El juego cuenta con decenas de pueblos, ciudades, mazmorras, páramos desolados y todo tipo de zonas especiales que podremos ir visitando conforme avance la aventura y, en cada una de ellas, tendremos varios NPCs con los que interactuar para realizar misiones secundarias, obtener información o comprar nuevo equipo y objetos.

Los combates hacen uso de un sistema por turnos en el que los héroes de nuestro equipo tendrán acceso a un ataque estándar y a un grupo de conjuros y habilidades divididos en «Ataque», «Defensa» y «Otros». Durante las 20 primeras horas de juego, algunos héroes de nuestro equipo aprenderán conjuros, ataques especiales que gastan PM (Puntos de Magia) y otros aprenderán habilidades, ataques especiales sin coste de PM, sin que podamos influir de modo alguno en qué conjuros o habilidades aprenderán.

Dragon Quest VII: Fragmentos de un Mundo Olvidado

Por suerte, una vez que pasemos la veintena de horas, accederemos a un sistema de vocaciones que nos permitirá aprender 30 profesiones distintas. En un primer momento solo tendremos disponibles un puñado de ellas como la de guerrero, mago, ladrón, bufón o pirata, pero según vayan pasando las horas iremos desbloqueando nuevas profesiones muy interesantes. El momento en el que se desbloquean las vocaciones provoca que el sistema de combate consiga un plus de profundidad, ya que podremos decidir hacia dónde especializar a cada uno de los miembros del equipo. Al vincular a un personaje con una profesión, esté empezará a subir el nivel de dicha profesión de forma independiente a la de su nivel personal, por lo que podremos subir varios niveles de la profesión de guerrero con un héroe y, cuando desbloqueemos las habilidades que nos interesen, sustituir esa vocación por la de mago para conseguir que nuestro héroe cuente con habilidades de guerrero y conjuros de mago. Al mantenerse los conjuros y habilidades aprendidos aunque cambiemos de vocación, podremos crear luchadores de todo tipo para adaptarlos a nuestras necesidades y crear un equipo que se complemente en todo momento.

Por desgracia, en este remake la dificultad se ha reducido bastante, por lo que durante las primeras 10 – 15 horas de juego no tendremos casi ningún problema para derrotar a todos los enemigos que se crucen en nuestro camino. Por suerte, en el momento en el que desbloqueamos las vocaciones, el juego sufre una ligera subida de nivel que permite que ciertos combates si parezcan un auténtico reto a superar. De hecho, los jefes finales a los que nos enfrentaremos a partir de la mitad del juego pueden llegar a suponer un gran problema si no hemos subido de nivel lo suficiente.

Dragon Quest VII: Fragmentos de un Mundo Olvidado

A diferencia de la entrega original donde los combates se generaban aleatoriamente, en este remake todos los enemigos tienen representación tanto en el mapamundi como en las mazmorras, por lo que podremos intentar esquivarlos si no queremos combatir. Pese a este cambio, las mazmorras estaban diseñadas bajo el sistema de combates aleatorios por lo que su diseño en forma de salas y pasillos estrechos complicará mucho la tarea de esquivar a los monstruos.

Uno de los cambios más importantes de esta entrega tiene que ver con el añadido de una brújula que nos indicará mediante una luz de mayor o menor potencia si nos encontramos cerca de una de las tablillas necesarias para avanzar en la historia. Como comentábamos al comienzo del análisis, las tablillas pueden encontrarse en cualquier lugar del mapa, tanto del presente como del pasado, ya sea la parte de atrás de una tienda o en la última habitación de una mazmorra que tardaremos dos horas en completar. En la versión original, encontrar estas tablillas requería de decenas de horas de exploración por todo el mapa en busca de ellas y, por suerte, en esta versión se ha optado por simplificar la tarea. Pese a todo, este indicador no nos dirá a qué zona del mapa tendremos que dirigirnos para buscar las tablas, por lo que en caso de que nos saltemos alguna, tendremos que explorar todas las zonas por las que hayamos pasado previamente hasta encontrar la zona que active el indicador.

Dragon Quest VII: Fragmentos de un Mundo Olvidado

En lo que respecta a la historia y diálogos, Dragon Quest VII peca por contar con una historia demasiado sencilla pese a sus giros de guion y sus sorpresas bien preparadas. Aunque en un primer momento pueda parecer que vamos a disfrutar de una historia épica, lo cierto es que hay situaciones que se desaprovechan en exceso, pasando de puntillas por ciertos temas que, si se hubiera profundizado más podrían haber tocado el corazón de más de un jugador. Aun así, la gran variedad de situaciones garantiza que, en ocasiones, sí asistamos a momentos bastante duros y oscuros que sorprenden dentro del tono alegre y simpático de toda la obra.

Como viene siendo habitual en este género, a lo largo de la aventura podremos leer cientos de conversaciones más o menos interesantes y, como siempre, cierto número de diálogos tratarán sobre temas insustanciales, pero creemos que esa es precisamente la esencia de este tipo de juegos. El jugador que quiera ir directo al grano podrá saltarse la mayor parte de las conversaciones, pero aquel que quiera profundizar en el mundo del juego podrá hacerlo a todos los niveles, y eso incluye charlar sobre las fiestas locales de un pueblo o sobre lo bonita que ha quedado la taberna después de su reforma.

Por último, esta nueva versión del juego incluye conexión por Street Pass para intercambiar tablillas especiales con otros jugadores. Cada vez que recibamos una tablilla de un jugador podremos acceder a una de las múltiples nuevas mazmorras creadas para la ocasión en las que podremos encontrar objetos especiales y luchar contra jefes finales que pueden llegar a suponer un auténtico desafío. Sin duda, un añadido muy interesante que puede alargar significativamente la vida útil del juego.

Dragon Quest VII: Fragmentos de un Mundo Olvidado

Solo hace falta ponerse un par de minutos delante de la portátil de Nintendo para comprobar que, a nivel técnico, nos encontramos ante un remake en toda regla. A diferencia de las adaptaciones de otros Dragon Quest clásicos para Nintendo DS, en los que solo se realizaron pequeños ajustes gráficos, Dragon Quest VII ha sido rehecho gráficamente casi desde cero.
Para empezar, el juego utiliza un motor gráfico totalmente distinto al original y el modelado de todos los escenarios, personajes y monstruos se ha realizado en 3D para adaptarlos a los tiempos que corren. Las animaciones de los enemigos en las batallas también se han rehecho por completo y el movimiento de nuestros héroes cuando corren por el mapa se ha mejorado y readaptado.

En general, nos encontramos ante un juego que no parece desarrollado en el 2000 pero que, por ciertos problemas técnicos como un popping tremendamente excesivo en el mapamundi y algunas texturas que se encuentran mucho menos trabajadas que otras, tampoco termina de aprovechar la potencia de la portátil.

Como viene siendo habitual en la saga, el diseño de todos los personajes corre a cargo de Akira Toriyama dando como resultado personajes con un diseño muy simpático y concreto pero que, por desgracia, se repiten hasta la saciedad una y otra vez. En cada uno de los pueblos que visitemos veremos varias veces los mismos modelos de NPC, lo que termina cansando después de unas pocas horas de juego.

Dragon Quest VII: Fragmentos de un Mundo Olvidado

El juego ha llegado completamente traducido al castellano y, al igual que ocurría en la versión japonesa, se han incluido multitud de dialectos y acentos distintos para aportar una personalidad única a los habitantes de cada isla. Es cierto que, en ocasiones nos costará leer los textos cuando hablemos con habitantes de islas con dialectos extraños, pero creemos que ese era precisamente el objetivo de esta traducción. En la vida real, cuando viajamos a pueblos o a zonas con acentos especialmente marcados, podemos tener problemas para entender con claridad a sus habitantes y en este título ocurre exactamente lo mismo.

Por su parte, el juego cuenta con una banda sonora con una selección de unos 20 temas distintos que pueden llegar a hacerse repetitivos después de 60 horas de juego pero, aun así, hay que admitir que la calidad de cada uno de los temas de la banda sonora es indiscutible. Suenan a melodía clásica de principio a fin y eso les hace ganar enteros.

Dragon Quest VII: Fragmentos de un Mundo Olvidado

Conclusión

Dragon Quest VII no es un juego para todo el mundo
. Su desarrollo excesivamente pausado y su sistema de juego tradicional alejará a todos aquellos usuarios que busquen una propuesta algo más directa o que, simplemente, no dispongan del tiempo suficiente para dedicarle a un título que tarda en ganarse el corazón del jugador. Eso sí, todo aquel que le dé una oportunidad y disfrute de las bondades de un JRPG clásico, quedará atrapado durante decenas de horas.

Luis Collado
Director de la sección de videojuegos. Economista especializado en marketing. Hablo de videojuegos, cine y libros siempre que puedo.

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