Un entretenimiento tonto de esos a los que llegas porque, en una tarde aburrida de verano, te atrapa momentáneamente su tráiler; así llegué yo a ‘Dualidad’ (Netflix). Desde el principio, la premisa me pareció prometedora: un misterio central, un desarrollo de psycho thriller, una familia disfuncional y un pueblo en el rural sureño americano. Por presentación y elementos, la cosa tenía buena pinta.
Pues bien, me equivoqué.
‘Dualidad’ (Netflix) se nos presenta como una serie cutre en sus medios y fallida en sus objetivos
De hecho, me arrepiento todos los días de haber caído en la trampa de un tráiler que apenas desarrolla, o lo hace fatal, nada de lo que promete: el misterio central pronto cambia de palo y se rodea, además, de una infinidad de otras subtramas que lo lían todo más; en un thriller que de lo pésimamente contado que está no pocas veces deriva en comedia bufa (la escena de la cascada es terrible); y en un pueblo que tiene -por las pintas- de sureño lo que yo de muñeco de nieve.
¿Porqué, cómo es posible esto?
En mi opinión, todo esto es la consecuencia de que ‘Dualidad’ se perciba como una producción baratilla y cutre dónde los esfuerzos por aportar credibilidad al contexto y fuerza a los personajes y sus tramas es, únicamente, producto de la casualidad. Desde el casting hasta los decorados, los efectos digitales, los estilismos… todo se percibe artificial, impostado e increíble. Ver a Matt Bomer impolutamente disfrazado de vaquero, escenarios que arden y que están claramente vacíos, los ahorros en efectos digitales con planos forzadísimos…
Una mezcla de trama y subtramas sin sentido alguno
Por no hablar de un guion pesimamente escrito que mezcla la trama principal y sus subtramas sin sentido alguno, con personajes secundarios que nunca sabes bien qué hacen ahí o para qué ayudan, una gestión de la trama del ‘gemelo malvado’ al borde del ridículo y sin duda horriblemente desarrollada y, en general, un diseño de los personajes que se ve sin la meditación suficiente como para aportar a ‘Dualidad’ de algo de interés y credibilidad (de aquí la pésima actuación de Michelle Monaghan).
Para hacer aún más artificiosa a ‘Dualidad’ se la dota de un feminismo mal entendido que, al hacer casi omnipresentes a los papeles femeninos independientemente casi de su rol, la artificiosidad de todo el conjunto, más si pensamos que estamos en el sur de Estados Unidos, se nos hace inevitable. ¿Quién puede imaginarse un cuadro social como el que la serie nos propone en un contexto como en el que se sitúa? Nadie con dos dedos de frente.
Falta un verdadero compromiso en esta ficción
‘Dualidad’ (Netflix) se nos presenta, así, como una serie cutre en sus medios y fallida en sus objetivos que, al no poseer un verdadero compromiso en esta ficción, nos devuelve en pantalla el esperable resultado de una trama confusa, unos personajes ridículos y un resultado risible que es profunda y radicalmente decepcionante. A tal punto, de hecho, que podríamos situarla sin duda entre lo peor de este año.
Recemos, por nuestra propia salud, que en los meses venideros no vengan series todavía peores.