Portada de "El arte de ahogarse" de Ava Reid. | Fuente: Ediciones Urano.
Portada de «El arte de ahogarse» de Ava Reid. | Fuente: Ediciones Urano.

¿Y si el rey de las hadas fuera real? ¿Y si las pesadillas que impiden conciliar el sueño fueran algo más que sueños? ¿Y si las respuestas que necesitamos no son las que buscamos? El arte de ahogarse es la novela de fantasía oscura escrita por Ava Reid, autora de títulos como Enebro & espina y La loba y el leñador, publicada por Umbriel.

Si sueñas con lo mismo una y otra vez, ¿acabas creyendo en ello? Después de pasarse toda la vida sumergida en las visiones protagonizadas por el rey de las hadas, Effy Sayre está segura de que sí. Su único consuelo ha estado en las páginas de Angharad, una historia acerca de una mortal que se enamora del rey de las hadas. Y lo destruye. Y lo sigue siendo cuando empieza sus clases en la Facultad de Arquitectura de Llyr.

El destino parece llamar a su puerta cuando sale un concurso para remodelar la casa del autor de su novela favorita. Sin embargo, el lugar es un caos que parece que se caerá a pedazos en cualquier momento. Y no es la única presente. El estudiante de literatura Preston Héloury tiene por objetivo demostrar que el escritor no era más que un fraude.

Sin quererlo ni beberlo, ambos se ven arrastrados por una corriente oscura inmersa en cartas, diarios, magia y una verdad que promete partir hundir su vida y no dejar ni rastro.

Aunque la novela entra en la categoría de fantasía oscura, esta no no la encontramos en reyes con coronas de hueso, piedras de bruja y fantasmas que corroen los cimientos de una mansión a punto de venirse abajo. La auténtica oscuridad la encontramos en la forma en que Ava Reir enfrenta una enorme tormenta individual que cala a nivel colectivo, que parte de los traumas que han sustentado el crecimiento de Effy y se interconectan con Angharad. Es lo que le permite a la protagonista enfrentar un mundo hostil y opresivo hasta llegar al punto de no retorno que construye la novela.

De la misma forma en que no es una historia de miedo por sus pasajes oscuros de madera podrida y traicionera, por el peso de los gritos monstruosos ni las visiones deformadas. El autentico terror, el que cala con profundidad, se encuentra en los pasillos pulidos llenos de gente que cuchichea a cada paso que das; en las reprimendas huecas y monologuizadas de aquellos que dicen quererte, pero no son una red de apoyo; en el silencio atterrador que contiene un «no» que nadie escucha. Ni quiere escuchar.

Effy se encuentra, constantemente, en el borde. Se esfuerza por remar a contracorriente, pero nadie le tiende la mano para salir ni se preocupar porque su barco esté maltratado y los remos llenos de astillas.

Es en medio de la soledad, el rechazo y el dolor que Effy se ve en la frontera entre dos mundos. Unas líneas cada vez más finas y difuminadas. En ese espacio singular, la historia de la joven doncella Angharad se convierte en su salvavidas. Una mujer que se enfrenta con valentía al taimado y cruel rey de las hadas pese a que, desde el principio, tiene todas las de perder.

Lo mejor es que Angharad gana sus batallas. Así que, mientras Effy tenga el libro bien agarrado a su corazón, siente que puede sobrevivir. Aunque el rey de las hadas la persiga, manteniéndose siempre al alcance del rabillo del ojo, atosigándola y aterrándola.

A través de una serie de tareas imposibles, Effy se ve obligada a enfrentarse a sí misma, a su pasado, presente y futuro. Cuando el mundo parece a punto de darse la vuelta y perder por completo el sentido, Effy se encuentra con que el camino de ser libre pasa por aceptar que sus miedos existen y que, dentro de un sistema social machista y usurpador, no es la única que ha tenido que resistir a duras penas. Es esa conexión, esa sororidad, lo que le permite verse con claridad por primera vez en su vida.

Reid se centra en el trauma, el dolor, el rechazo y la soledad como punto de partida para crear un camino hacia la compasión, la empatía, el consentimiento y la esperanza.

El arte de ahogarse es un relato de fantasía oscura con un mundo interesante y terrorífico, así como una exploración de los traumas a través de una sanación agria y reconfortante. Una lectura que, aunque no puedo recomendar a todo el mundo debido a su dureza, aquellas personas que le den una oportunidad se encontraran con un tesoro muy humano.

Carolina de León
Periodista, camarógrafa y escritora. Con muchas historias que ver, relatos que escribir y memorias que vivir.

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