¿Qué tenemos en este libro seis? Pues el sádico disfrute de Batman con su momento a lo Hannibal de “me encanta que los planes salgan bien”, gracias a la lluvia de kriptonita diluida, Quar y el resto de kandorianos son abatidos por los amorizados abueletes, Batman y Superman en su última batalla. Como suele ser habitual en esta obra lo que prima es el exceso visual para lucimiento de Kubert. Así empezamos con un linchamiento de los gothamitas a sus ejecutores ante la pasividad de la comisaria Sawyer, junto a un acercamiento muy directo de la cara de Quar al emblema de la Casa de El, para que descubra lo que es un verdadero Hombre de Acero. De nuevo los colores de Anderson logran dar una gran profundidad y detalle a los lápices de Kubert, centrado en el detalle, pero de nuevo confuso por intentar adaptar su trazo al de Miller, lo que casi lo convierte en una caricatura de él y de la obra de Miller.
Necesitamos un golpe de efecto y por ello en las páginas finales Quar no se va a ir así como así y de nuevo el temido latir de un pulso se va apagando mientras las últimas palabras de uno de nuestros héroes serán nada de hospitales y como lágrimas en la lluvia las esperanzas de derrotar a la raza superior parecen desvanecerse.
En esta ocasión el cómic de complemento está dedicado a “Las Mejores del Mundo” que no son otras que Wonder Woman y la hija de ésta y Superman, Lara. Esta historia cuenta con lápices de Miller pero que claramente son más que acabados por Janson y por el colorista Sinclair, lo que hace que se eviten aberraciones como la historia de Batgirl, por lo demás una secuencia narrativa de Carrie intentando sobrevivir a los embates de Lara, hasta que llega Diana y pone a su hija en su sitio a base de entrarle el sentido común a golpes. Una historia del todo innecesaria en la que Azzarello no logra salvar a un parco Miller que hace que todos sus personajes da igual su género, sexo o condición hablen como rudos buscabroncas de una taberna del Bronx.
Por lo demás un capítulo más de un cómic alargado innecesariamente por sus autores que van a contar en nueve episodios lo que podrían haber contado en cuatro y que no deja de ser la enésima repetición de la historia favorita de Miller, un grupo de valientes, rudos y solitarios defienden su tierra del invasor exterior.
Una obra que si bien supone la segunda Edad de Oro para el maestro Miller, dista mucho de estar al nivel de fuerza, garra y mala baba de las obras que le hicieron ganar ese nombre. Falla este cómic como continuación descafeinada del Dkverso y como cómic de Batman en sí, por quedarse en tierra de nadie y desaprovechar el talento de unos autores como son Kubert y Azzarello a los que estoy deseando volver a ver trabajando juntos.
¿Logrará salvarse nuestro héroe herido? ¿Podrán las viejas glorias comandadas por Batman y Carrie acabar con la amenza de la Raza Superior? La respuesta a ello tendrá que esperar a que acaben los incontables e injustificados retrasos que esta obra tiene en USA. Esperemos pronto acabe y las secuelas que de esta obra salgan logren recuperar el espíritu original de la misma.