En estos tiempos tan extraños apetece muchísimo refugiarse en una novela como El Circo de la Rosa, de Betsy Cornwell, publicada por Kakao Books. Tenía muchas ganas de leer esta novela con representación lésbica, trans, bisexual y no binaria, inspirada en el clásico Blancanieves y Rojaflor, de los hermanos Grimm, y ambientada en el mundo steampunk y mágico de Nívea, Flama y el resto de sus compañeros circenses, porque damas, caballeros y hadas… ¡bienvenidos al circo!
El Circo de la Rosa no es sólo una novela, es un hogar
Nívea y Flama son dos jóvenes hermanastras mellizas, hijas de la fundadora de El Circo de la Rosa. Son hermanastras porque son de diferente padre pero mellizas por nacer con muy pocos minutos de diferencia de la misma madre. Nívea tiene el pelo blanco como la nieve y Flama, rojo como el fuego. Entre ellas existe esa conexión que sólo los mellizos/gemelos pueden tener, pero al mismo tiempo son completamente diferentes. Mientras que Flama es toda una estrella en el circo por sus acrobacias, Nívea es tramoyista, diseñando los diferentes engranajes que hacen funcionar el circo, detrás del escenario es cuando ella brilla.
El Circo de la Rosa, el proyecto de vida de la madre de Nívea y Flama, llega a Puerto del Cabo para divertir e hipnotizar a sus habitantes con su espectáculo. Sin embargo, un grupo de extremistas religiosos se muestran totalmente en contra de las maravillas que el circo muestra, y Nívea y Flama deberán enfrentarse a ellos para salvar su hogar, su familia, el circo.
Nívea y Flama, la versión de Betsy Cornwell de Blancanieves y Rojaflor
No conozco la historia de los hermanos Grimm en la que Betsy Cornwell se ha inspirado para crear El Circo de la Rosa, pero al acabar la novela, investigué y leí sobre los elementos clave que aparecen en esta novela, Nívea como Blancanieves, Flama como Rojaflor y Oso, un oso que apareció una noche convirtiéndose en alguien muy especial para ambas hermanas. Me ha gustado mucho la relación que tienen los tres, es muy especial; Flama, después de cada espectáculo en el que brilla, necesita volverse hacia la oscuridad y Oso se la proporciona, y Nívea siente en el animal protección y hogar. Las dos hermanas se refugian en él ante los obstáculos y encuentran la paz que necesitan en ese momento.
Flama y Nívea se necesitan para sentirse completas pese a lo diferentes que son. El Circo de la Rosa está narrado a partir de la prosa de Nívea intercalándose breves capítulos en los que Flama muestra sus sentimientos y los sucesos de su alrededor en verso. He conectado más con la historia con Nivea que con Flama, pero es que los versos y yo nunca nos hemos llevado bien, así que no he acabado de congeniar con ella, pese a lo bonita que es su relación con Oso (sobre todo en el final).
Es curioso cómo, siendo todos los personajes tan diferentes, sienten entre ellos un amor tan grande, son su familia. Años y años de espectáculos forman lazos fuertes; para Nívea y Flama; su madre, la mujer barbuda; Vera, la mujer forzuda; Toro, el payaso; Bonnie, la contorsionista; Oso y el resto del elenco, son familia. Estarán dispuestas a todo para ayudarlos en las dificultades que vendrán.
Magia y religión en un mundo steampunk
Me ha encantado conocer cómo funciona un circo de la mano de Nívea, una no es consciente realmente del trabajo que hay detrás y la autora ha descrito muy bien qué es ser tramoyista, encargada de los engranajes, iluminación y decoración, para que todo funcione. Sin embargo, me hubiera gustado saber mucho más, me ha sabido a poco, sobre todo si se tiene en cuenta que nos encontramos en un mundo steampunk, en el que además, existe la magia. También me hubiera gustado saber más sobre la existencia de esta magia, de las hadas y de su tierra. Creo que hubiera respondido algunas preguntas que se me quedaron abiertas.
El enfrentamiento entre magia y religión es un tema recurrente en novelas de fantasía y no hay mucha sorpresa en cómo la autora lo ha conducido. Betsy Cornwell explica que anteriormente la magia estaba prohibida y que la gente tuvo que aprender como vivir sin ella, pero ahora vuelve a estar permitida, pese a ese grupo de extremistas religiosos que no se rinden en su afán de convencer al mayor número de personas en que la magia y todo lo que el circo representa es pecado. No me he llevado grandes sorpresas en esta parte de la trama, pero no me ha importado nada porque me sentía muy a gusto formando parte de El Circo de la Rosa.
La relación entre Nívea, Flama y Oso en ese ambiente circense mágico, junto con el resto de su familia, que tiene El Circo de la Rosa es lo que necesitáis para desconectar y disfrutar de un buen espectáculo en casa.