Y ahora, a finales de 2016, con el mercado navideño como estrategia, “El código Da Vinci” resurge de sus cenizas, esta vez de mano de la editorial Planeta, en una edición para el mercado conocido como “YA” (Young Adult), es decir, el juvenil y «adaptada por el propio Dan Brown con el objetivo de llegar al público que se está incorporando a las lecturas adultas» según ha citado la editorial. Lo que en resumen se traduce, en una versión abreviada diseñada para edades a partir de 13 años y en la que la historia original se ha mantenido intacta. Recortada, pero intacta.
Es muy poco probable que el lector habitual (sea joven o longevo) no haya, al menos, oído hablar de “El código Da Vinci”, pero como la información es poder, aquí os dejo una pizca de poder en forma de resumen de la trama: Antes de morir asesinado, Jaques Sauniére, conservador del Museo del Louvre y el último Gran Maestre de una sociedad secreta que se remonta a la fundación de los Templarios, transmite a su nieta Sophie una misteriosa clave que desvela un antiquísimo secreto. Sauniére y sus predecesores, entre los que se encontraban personalidades como Isaac Newton o Leonardo Da Vinci, han conservado durante siglos, un conocimiento que puede cambiar completamente el curso de la historia de la humanidad.
Ahora, Sophie, criptógrafa de la policía francesa, con la ayuda del experto en simbología Robert Langdon, comienza la búsqueda de ese secreto, en una trepidante carrera por Europa, que les llevará de un enigma a otro, descifrando mensajes ocultos en los más famosos cuadros del genial pintor o en paredes de antiguas catedrales. Un rompecabezas que deberán resolver pronto, ya que no están solos en el juego: una poderosa, influyente y controvertida organización católica, el Opus Dei, está dispuesta a emplear todos los medios, incluido el asesinato, para evitar que el secreto salga a la luz y destruya, al desvelarse, los pilares fundamentales en los que se sostiene la Santa Iglesia. Pasado y presente se dan la mano en la mayor conspiración de los últimos 2000 años.
A primera vista, las diferencias entre ambas ediciones son notables y evidentes, lo que no quiere decir que sean todas acertadas: edición en tapa dura, tamaño de letra más grande, nueva traducción, prólogo inédito del autor, nuevo texto revisado por él mismo, fotografías de cuadros de diferentes escenarios en los que se desarrolla la novela, e ilustraciones de los códigos y secretos que los protagonistas han de resolver a lo largo de la trama; además de una decena de enigmas ocultos -en la portada, en la contraportada o distribuidos por el texto-, con los que despertar la curiosidad y el ingenio de los jóvenes lectores, que deberán ir recolectando las pistas que hay distribuidas y que podrán resolver pinchando aquí.
Pero quizá el cambio más evidente, y en el que la editorial se ha basado para promocionarlo como versión “YA”, lo encontramos en el más que considerable número de páginas que han recortado, exactamente 104 páginas cercenadas respecto al original, lo que hace un total de 22 capítulos menos, y eso es mucha trama, giros, referencias históricas, intrigas eclesiásticas, etc. de las que el joven lector no tendrá conocimiento. Anunciaban que se trataba de una edición abreviada pero… hablamos de mucho menos Priorato de Sion, mucho menos Opus Dei y su brazo armado el monje albino Silas, y sobre todo de mucho menos Robert Langdon y sus fascinantes procesos mentales de deducción y resolución de acertijos secretos.
Personalmente he tenido muy buenas sensaciones y recuerdos al releer de nuevo “El código Da Vinci” y volver a encontrarme con el mejor Dan Brown, y sí es cierto que esta edición abreviada goza de un mayor ritmo narrativo, de una trama que fluye con mayor rapidez, pero durante la lectura me faltaban cosas: ni rastro de las referencia al Grial de Walt Disney y los mensajes ocultos en sus películas. Apenas nada de la ceremonia sexual de Jaques Sauniére que presencia su nieta, y todo lo referente al rito del Hieros Gamos, varias escenas recortadas sin compasión como la que acontece en la biblioteca del King´s College mientras buscan la tumba de un caballero… y sobre todo, y lo que menos he entendido, el cambio en la traducción de los mensajes ocultos en el cofre de palisandro que guarda el secreto del Santo Grial, como ejemplo:
En la edición original: «En la ciudad de Londres, enterrado por el Papa, reposa un caballero. Despertaron los frutos de sus obras las iras de los hombres más sagrados. El orbe que en su tumba estar debiera buscad, os hablará de muchas cosas, de carne rosa y vientre fecundado». En la edición "YA": «Yace en Londres, por un papa sepultado, caballero inspirador de odio sagrado. Buscad la esfera que en su tumba falta; de un vientre fecundo y una piel rosada habla». Lo que desconozco es si es fruto del cambio de traductor o bien, la editorial ha pensado que de esta forma, queda el párrafo más comprensible para el público objetivo.
Este renovado "El código Da Vinci" tal vez funcione para aquellos que aún no han disfrutado de ella, dado que no se echa de menos lo que no se conoce, y sí es cierto que tiene una mayor ritmo narrativo. Pero, sinceramente recomiendo, sin distinción de edades, optar por la edición original. Para el resto, para esos otros, que como yo, ya disfrutamos de sus mieles cuando peinábamos menos canas, poco aporta más allá de cómo edición curiosa ilustrada.
Estamos por tanto ante una edición menos “incendiaria” y extensa, más “light” para según que cosas, un thriller de manual que no busca reventar ampollas, en torno a un apasionante juego de claves escondidas, sorprendente revelaciones, acertijos ingeniosos, secretos milenarios, verdades a medias, mentiras enteras, realidades históricas, mitos, símbolos, ritos ancestrales, misterios y suposiciones en torno a una trama llena de giros inesperados que conducirá al lector, hasta el secreto más celosamente guardado del inicio de nuestra era.
Compra aquí "El código Da Vinci".