“El guardián de los sueños” está dividido en varios apartados que hacen referencia al género de los relatos: ciencia ficción, fantasía, literatura, río Hatrack e historias mormonas, repartiéndose las dos primeras categorías un total de catorce textos. Cada uno de ellos va seguido de un breve comentario del autor, donde aporta datos curiosos sobre el proceso de creación en cuestión y sus circunstancias.
En general, los relatos giran en torno a una vertiente humanista, alejándose de los artificios técnicos y mágicos propios de la ciencia ficción y la fantasía para priorizar la emoción, los problemas éticos y los lazos familiares y amistosos. Se nota que Scott Card disfruta con los protagonistas adolescentes, enfrentándolos al proceso de maduración y mostrando nuevas formas de crecimiento personal. Aunque esta antología no debe de considerarse juvenil, pues contiene relatos de gran madurez.
Dentro de la ciencia ficción, la evolución de la especie humana es el tema más recurrente, muy bien tratado en relatos como “Cúrate a ti mismo” o “Pabellón geriátrico”, pero no el único; la posibilidad de diferentes realidades interconectadas o la creación del mito completan la parte dedicada a este género.
En fantasía, Scott Card se aparta de la clásica ambientación medieval, apostando por una magia más actual y fresca. Aquellos que hayan leído la novela “Calle de Magia” disfrutarán en esta recopilación de dos de los relatos que le dieron forma, “La niña acuática” y “El guardián de los sueños perdidos”.
El más que confuso apartado de “literatura” incluye dos relatos bastante extensos de ficción realista, que profundizan en el lado más humano de sus protagonistas y son, a mi entender, los más maduros de la antología (que no mis favoritos).
Por su parte, río Hatrack recoge otros dos textos, pertenecientes a la saga de Alvin Maker, y ya fueron publicados en la antología “Legends” I y II, con su correspondiente edición española, por lo que serán de sobra conocidos por el público al que originalmente iban dirigidos. Se pueden leer de forma independiente aunque no conozcas el universo del que proceden.
Así como la temática es variada, también lo es la calidad de los relatos recogidos en “El guardián de los sueños”. Aunque todos son disfrutables, resalta la diferencia de nivel entre joyas como “Pabellón geriátrico”, “En la casa del dragón” o “50ppm”, y otros más normalillos como “Polvo” y las citadas historias mormonas. Imperdible (y muy adecuado para estas fechas) es “Indigentes en el infierno”, mi favorito de la antología y uno de los más emocionales.
En conclusión, “El guardián de los sueños” gustará a aquellos fans de Orson Scott Card, y muy posiblemente a todos aquellos amantes de la ciencia ficción y la fantasía. Puede que no sea la mejor antología del mundo, pero sin duda es una opción más que amigable para pasar unas cuantas tardes de lectura amena y fácilmente digerible.
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