Editorial Cazador resucita El mundo de Yarek, esta joya patria que se alzó en 1994 con el Premio Internacional de novela corta de ciencia ficción de la Universidad Politécnica de Catalunya. Todo un acierto para deleite del aficionado de la CiFi clásica y del neófito que la mira de refilón. Os lo contamos todo en esta emisión de La Nave.
Maestra admirada
Elia Barceló (Alicante, 1957) vivió su infancia en Elda en una familia cariñosa, tolerante y divertida, de ávidos lectores. Tuvo la fortuna de que su madre le enseñó a leer a los cuatro años y empezó a escribir sobre los doce años, pero no publicó su primer relato hasta los veintidós. Se interesó especialmente por lo fantástico, la ciencia ficción, la novela negra y más tarde el terror, y todo lo que ha escrito gira de algún modo en torno a estos intereses, aunque se han ido mezclando con otros géneros y temáticas.
Estudió Filología Anglogermánica en Valencia y Filología Hispánica en Alicante. En 1981 se trasladó a Innsbruck, Austria, con Klaus Eisterer, quien acabaría siendo su marido. Allí empezó a trabajar en la Universidad de Innsbruck, en el Departamento de Romanística, como profesora de literatura, estudios hispánicos y escritura.
La fidelidad a sus gustos literarios tuvieron su reflejo en una tesis sobre los arquetipos del terror en los relatos fantásticos de Julio Cortázar, uno de los escritores a los que más admira, y que el terreno de lo fantástico se convirtiera en su especialidad académica.
El mundo de… ¿Yarek?
El especialista en vida alienígena Lennart Yarek, miembro eminente de la Academia Interplanetaria de Estudios Ahumanos, es juzgado culpable del genocidio de los habitantes del planeta Viento, los aarea, a quienes, según la acusación, catalogó como especie animal no inteligente con el fin de utilizar en su propio beneficio la disponibilidad de su mundo para la colonización humana. Ahora, Yarek se enfrenta a la más terrible condenas; veinte años de destierro en un planeta deshabitado, yermo, con la sola compañía de un ordenador y 200 kilos de material. Mucho tiempo para pensar, ¿verdad?
Así arranca El mundo de Yarek antes de sorprendernos tras cada capítulo. Seremos testigos de una experiencia extrema de un hombre que irá pasando del pánico a la frustración, la culpa, el entusiasmo, los instintos más básicos y el mesianismo.
Una excelente metáfora para tratar en imperceptible profundidad asuntos tales como la soledad, el sentimiento de culpa y la posibilidad de redención. ¿Sabemos diferenciar verdad y realidad?
Os recomiendo sin duda El mundo de Yarek. Una aventura que te atrapa y te hace pensar. La vida es muy corta, no perdáis el tiempo.