Enormous es una historia para los amantes del cine de catástrofes y de los “Kaijus” como “Godizilla” o “Pacific Rim”, es una historia palomitera y rápida, llena de acción, explosiones, persecuciones, todo el cómic es una explosión de color y escombros protagonizada por unos increíbles y enormes monstruos que hacen que Cheggour sea un autor al que tener muy presente.
Este primer tomo que contiene los seis primeros números de la serie americana lleva también una estructura propia de una película. En el primer número vamos viajando por diferentes épocas y lugares para ver como se van extendiendo los misteriosos efectos de lo qué sea que esté ocurriendo. En esas pocas páginas lo único que tenemos claro es que se forma una colonia de hongos malváceos, con un electrificante coloreado de Cheggour, que si son tocadas poseen al humano que lo haga y lo muta en un extraño ser. No falta toda la escenificación típica con el despacho del presidente pidiendo una explicación que nadie tiene.
Pero esta serie no se llama “Temblorus” si no “Enormous” y por ello al fin llegan los monstruos gigantes, unos enormes lagartos de seis ojos que van a comenzar una auténtica carnicería, mientras Ellen intenta escapar con su incapacitada madre. A lo largo de la historia vamos cambiando de plano entre cómo el ejercito americano intenta derribar las huestes de enormes bestias, mientras que en otro plano vemos el terror que forma una sola de ellas en la residencia. Cheggour sabe jugar con la composición y la espectacularidad, con splash y viñetas panorámicas, bien es cierto que su detallado estilo sirve para trasmitir gran cantidad de información en los rostros de sus personajes, pero dado lo idealizado de los mismos y lo estático de muchas viñetas casi parece que estemos viendo fotos más que un cómic narrado.
En este segundo número mientras Ellen va en busca de su querida Megan por las devastadas calles de Phoenix, se nos presentan a dos nuevos personajes, Joanne y su padre que viven en Tucson Arizona, ella una dulce e inocente adolescente y él un fanático religioso y de las armas. En esta historia se va a desarrollar uno de los puntos que más me gustan de este género que es el hecho de que da igual la amenaza que sea, el ser humano en su pánico es más letal y destructivo que la amenaza en sí. Nuestra joven además pronto tendrá un mortal secreto que esconder, como se nos insinúa que hace un alto cargo de la administración en el refugio principal de Virginia y es que hay lucecitas a las que es mejor no acercarse.
La trama mejora y mucho con la llegada de Selene Dobbs y sus muchachos, pues la asustada Ellen va a encontrarse con una dura y controladora mujer al frente de todo. El cómic va a pasar de ser una historia de catástrofe a una historia de supervivencia y asedio de un grupo de supervivientes atrapados en un rascacielos y asediado por las enormidades del exterior que logran superar al ejercito por número y por supuesto por tamaño. Nos encontraremos con los que parece será el grupo de supervivientes más o menos protagonista, asistiremos a conflictos entre supervivientes y Ellen tendrá que crecer y hacer frente a horribles situaciones enfrentando a sus miedos, a la gente y hasta a unos enormes murciélagos vampiros.
Por parte de Tucson, el padre de Joanne, saldrá al exterior y nos mostrará que también hay arañas gigantes, que en cuestión de disparar se le da igual de bien hacerlo, gracias a su fe, contra personas desarmadas que contra enormes arañas, pero quizás sus pecados vuelvan para hacerle pagar por sus atrocidades cometidas.
Se cierra este primer acto con la esperanza de un refugio, lo suficientemente fuerte y seguro como para resguardarse del ataque de los enormes monstruos y para postre Ellen en una ensoñación recordará que su padre ya le mostró el origen de este enorme mal, que partía de la mejor de las intenciones, erradicar el hambre. En el momento de mayor soledad, el zumbido de un walkie recordará a los supervivientes que no están solos y muchas son las voces por otras partes del país.
Toda una delicia visual, entretenida y con un ritmo trepidante que deja con ganas de más, una enorme diversión que nos deja unas enormes ganas del próximo número y de saber qué más hay ahí fuera.