La muerte tiene hambre y puede que la vida no tenga la fortaleza suficiente para contrarrestarla. Mucho menos para hacerle frente. Emily Lloyd-Jones pone en marcha una batalla inundada por dientes rotos y dedos mugrientos que no tarda en convertirse en una pelea contra el tiempo.
Entes de huesos es una novela de fantasía publicada en tapa blanda y epub por el sello Puck. Cuenta con la traducción de Natalia Navarro Díaz, al arte de cubierta de Wansiya Visupakanjana y el diseño de cubierta de Marcie Lawrence.
Ryn se aferra a sus raíces con la misma fiereza que un árbol milenario se agarra a la tierra sin importarle que en camino tenga que levantar cemento, losetas, vallas o cañerías. Es una fuerza de la naturaleza con un objetivo claro: mantener a sus hermanos pequeños a salvo en casa. La misma que sus padres les legaron antes de morir.
Una proeza difícil, pero no imposible. Aparte de su hogar, Ryn también ha heredado el puesto de enterradora, profesión que su padre le enseñó desde muy pequeña. Donde hay vida, también hay muerte, por lo que a Ryn no debería faltarle el trabajo.
Aunque, claro, cuando los muertos empiezan a salir de sus tumbas y a corretear en dirección al pueblo con mortíferas intenciones, las posibilidades de quedarse sin dinero y con una ingente cantidad de deudas se vuelven cada vez mayores. Nadie quiere poner bajo tierra a un muerto que puede salir por su propio pie de su tumba. Las incineraciones aumentan mientras que cada vez menos y menos habitantes visitan el cementerio.
Cuando las leyendas de los «entes de huesos» se hacen realidad y la presión está a punto de aplastarla, aparece Ellis, un cartógrafo desorientado guiado por un mapa irregular que encontró quién sabe dónde. Él tiene por objetivo elaborar un mapa de la inexplorada corona montañosa que rodea al pueblo y a la que nadie se atrave a acceder. Salvo Ryn. ¿Quién a parte de la enterradora local se metería en un bosque del que salen los esqueletos como setas?
Ellis está decidido a internarse en el bosque, a demostrarse a sí mismo de lo que es capaz y a responder preguntas que ni siquiera sabe que el corazón de la montaña y el suyo propio albergan. Pero la única que conoce los peligros del terreno es Ryn y hacen un trato: será su guía a cambio de una suma considerable.
Lloyd-Jones trabaja con ahínco en establecer a los personajes desde el primer momento en que aparecen en las páginas para así poder crear vínculos según progresa la historia. Con seguridad, sin timidez, con la adrenalina hasta los topes y sin temor alguno a lanzarse al vacío.
Los planes rara vez salen bien, menos aún cuando se hacen a toda prisa y con el peso constante de una horda de cadáveres de uñas largas y podridas esperando echarle el guante a lo que se cruce en su camino. Así es como Ryn y Ellis dan comienzo a una aventura en la que no hay tiempo para tomar un respiro. Se suma catástrofe tras catástrofe, pesadilla tras pesadilla y terror tras terror. No tienen ni un segundo de tranquilidad sin que la muerte les susurre al oído, les agarre de los tobillos y amenace con sacarles las tripas.
Lloyd-Jones no le da al lector la oportunidad de pestañear siquiera. Los protagonistas se tienen que mantener constantemente en marcha y los desastres a su alrededor no hacen otra cosa que aumentar de escala y velocidad con el paso de las páginas. Ryn y Ellis tienen un tiempo límite para concluir su aventura y la muerte les persigue con avidez.
No obstante, la muerte no está compuesta únicamente por el pánico y el horror de ultratumba, antinatural y violento. En medio de la vorágine, se manifiesta la cara amarga de las despedidas, ese miedo tan humano a decir adiós. El silencio final es solitario, no brinda respuestas ni compañía. El corazón corre el riesgo de romperse, de hecho, muchas veces lo hace.
La aventura de Ellis y Ryn mira de frente a todas las caras de la muerte, aún a riesgo de volverse añicos. Están determinados a encontrar las respuestas escondidas en el camino.
Entes de huesos es una carta extraña, atemorizante y al mismo tiempo reconfortante, a la muerte. Al terror de su persecución imbatible e inagotable y, a su vez, la paz que su llegada puede suponer. La importancia de aceptar las despedidas en el momento en que llegan, de amar los recuerdos y dejar que los seres queridos se marchen libremente.
Aunque la muerte, incluso la más pacífica y tranquila puede resultar aterradora, Lloyd-Jones incita a abrazar esa despedida con amor, sin lastrarse en el pasado.
