El trasplante de células madre sanguíneas es una terapia radical pero muy eficaz contra la esclerosis múltiple. Ahora, un estudio liderado por la Universidad de Zúrich ha examinado en detalle la forma en que el tratamiento frena la enfermedad autoinmune y cómo el sistema inmunológico se regenera después. Una mejor comprensión de estos mecanismos debería ayudar al enfoque de tratamiento, actualmente aprobado en solo unos pocos países, a ganar una mayor aceptación.
Todos los días, una persona en Suiza es diagnosticada con esclerosis múltiple. La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune en la que el propio sistema inmunitario del cuerpo ataca la vaina de mielina de las células nerviosas del cerebro y la médula espinal. La enfermedad provoca parálisis, dolor y fatiga permanente, entre otros síntomas. Afortunadamente, ha habido grandes avances en las terapias en las últimas décadas.
Un estudio realizado por el Departamento de Neuroinmunología e Investigación de la EM de la Universidad de Zúrich (UZH) y el Departamento de Oncología Médica y Clínica de Hematología del Hospital Universitario de Zúrich (USZ) ahora ha identificado por qué la terapia más eficaz actualmente disponible, un trasplante de células madre, funciona tan bien.
El primer paso para luchar contra la esclerosis múltiple consiste en eliminar las células inmunitarias no deseadas
«El 80% de los pacientes permanecen libres de la enfermedad a largo plazo o incluso para siempre después de un trasplante autólogo de células madre hematopoyéticas«, asegura el profesor recientemente jubilado Roland Martin, líder del estudio y último autor del artículo publicado en Science Translational Medicine.
El tratamiento es particularmente adecuado para personas más jóvenes con formas agresivas de la enfermedad. Hace cuatro años, gracias a la alta efectividad del tratamiento y la ahora baja tasa de mortalidad, el departamento de Martin junto con la clínica USZ obtuvieron la aprobación para administrar la terapia. Es la única clínica en Suiza aprobada para este tratamiento.
Durante el tratamiento, varias quimioterapias destruyen por completo el sistema inmunológico de los pacientes, incluido el subconjunto de células T, que atacan por error a su propio sistema nervioso. Luego, los pacientes reciben un trasplante de sus propias células madre sanguíneas, que se recolectaron antes de la quimioterapia. El cuerpo usa estas células para construir un sistema inmunológico completamente nuevo sin células autorreactivas.
Análisis sistemático de las células inmunitarias
«Estudios anteriores han mostrado el funcionamiento básico del método, pero muchos detalles y preguntas importantes quedaron sin respuesta«, recuerda Martin. Algunos aspectos poco claros están relacionados con lo qué sucede exactamente después de que se eliminan las células inmunitarias, si alguna de ellas sobrevive a la quimioterapia y si las células autorreactivas realmente no regresan.
En el estudio publicado recientemente, el equipo de Martin investigó sistemáticamente estas cuestiones por primera vez mediante el análisis de las células inmunitarias de 27 pacientes con esclerosis múltiple que recibieron terapia con células madre en Zúrich. El análisis se realizó antes, durante y hasta dos años después del tratamiento. Esto permitió a los investigadores rastrear la rapidez con la que se regeneraron los diferentes tipos de células inmunitarias.
Restablecimiento exitoso del sistema inmunológico
Sorprendentemente, las células conocidas como células T de memoria, que se encargan de que el cuerpo recuerde los patógenos y pueda reaccionar rápidamente en caso de una nueva infección, reaparecieron inmediatamente después del trasplante. Un análisis posterior mostró que estas células no se habían vuelto a formar, pero habían sobrevivido a la quimioterapia. Sin embargo, estos remanentes del sistema inmunitario original no representan ningún riesgo para el regreso de la esclerosis múltiple: «Están dañados previamente debido a la quimioterapia y, por lo tanto, ya no pueden desencadenar una reacción autoinmune«, explica Martin.
En los meses y años posteriores al trasplante, el cuerpo recrea gradualmente los diferentes tipos de células inmunitarias. La glándula del timo juega un papel importante en este proceso. Aquí es donde las células T “van a la escuela”, por así decirlo, y aprenden a distinguir estructuras extrañas, como virus, de las propias del cuerpo.
«A los adultos les queda muy poco tejido funcional en el timo«, indica Martin. «Pero después de un trasplante, el órgano parece reanudar su función y asegura la creación de un repertorio completamente nuevo de células T que evidentemente no desencadenan la esclerosis múltiple ni provocan que regrese«.
Se necesitan más estudios de fase III para una aprobación más amplia
Estos hallazgos han permitido a los investigadores comprender por qué los trasplantes de células madre suelen tener tanto éxito. Pero lamentablemente, según Martin, el tratamiento no está aprobado en muchos países, ya que faltan estudios de fase III. «Los estudios de fase III cuestan varios cientos de millones de euros, y las compañías farmacéuticas solo están dispuestas a realizarlos si ganan dinero después«. Este no es el caso de la terapia con células madre, ya que los medicamentos utilizados ya no están protegidos por patentes.
«Por lo tanto, estoy muy contento de que hayamos logrado obtener la aprobación del tratamiento por parte de la Oficina Federal de Salud Pública y que las aseguradoras de salud cubran los costes«, comenta Martin. En el pasado, muchos pacientes de esclerosis múltiple de Suiza tenían que viajar a Moscú, Israel o México para recibir trasplantes.
Fuente: Science Translational Medicine.