Su autora, Paula Hawkins, es una periodista y escritora británica. Estudió filosofía, política y economía en la Universidad de Oxford. Después trabajó como periodista para medios como The Times y escribió novelas románticas. Cuando pasaba un mal momento económico le surgió una idea para escribir una nueva novela y ahí nació “La chica del tren”. “Escrito en el agua” (publicada por Planeta) es su segunda novela.
Este thriller comienza con la muerte de Nel Abbott. Cuando su hermana Jules recibe la noticia de su muerte no duda ni un segundo de que su hermana mayor se ha suicidado. Nel estaba obsesionada con las historias de mujeres y suicidios que se contaban en el pueblo donde veraneaban de pequeñas. Tal era esta obsesión, que hace años se trasladó con su hija, Lena, a vivir allí para escribir un libro sobre estas historias.
Ahora, parece que Nel ha seguido el mismo camino que las protagonistas de esas historias. Eso es lo que creen los habitantes del pueblo, su hermana e incluso su hija adolescente. Pero aún hay gente que cree que Nel no lo hizo adrede, sino que alguien la empujó a su muerte. Las extrañas circunstancias de este suceso y otra muerte relacionada de un pasado reciente, complica la investigación y la vida de los habitantes de ese pequeño pueblo.
Si la comparamos con “La chica del tren”, esta novela es más coral y trata más temas complicados como el suicidio, el maltrato, las violaciones o diversos problemas familiares. En cambio, “La chica del tren”, tiene personajes más complejos y los temas que trata (el maltrato, el alcoholismo…) están mucho más desarrollados y hace que la historia nos deje una huella más profunda.
Este thriller está rodeado de un halo oscuro, enmarcado por un pueblo lleno de leyendas terroríficas donde todo el mundo esconde algo y nadie tiene la conciencia limpia. Como en su anterior novela, Paula Hawkins, crea unos personajes con pasados misteriosos y que no infunden ninguna confianza al lector. Esto solo acrecenta los misterios de la novela (pues tenemos dos hilos argumentales de los que tirar) y hace que la lectura sea más adictiva. Además, los capítulos protagonizados por distintos personajes y su corta duración hacen que la lectura tenga un ritmo más ligero.
Eso sí, no esperáis un misterio de gran envergadura o un final con un plot-twist original de los que dejan huella. El suspense es ligero y puede que su resolución y final se vea venir de lejos si el lector es asiduo a la novela negra o está bastante atento a las pistas que se va encontrando a lo largo de la novela. Como “La chica del tren”, “Escrito en el agua” es suspense ligero, sin muchas pretensiones, pero que entretiene y se disfruta el tiempo que dura la lectura.
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