Entrada N.º 42: Nos encontramos ante un juego intrigante… Faraday Protocol. Hemos encontrado zonas muy revolucionarias y pretensiones de grandeza en él. Pero hay algo… algo no cuadra…es como si… $&”·/·”!…
¿Recordáis Portal? Sí, aquel FPS de puzles capaz de combinar estos dos géneros a la perfección. Hace ya más de catorce años demostró al mundo que en el género de los shooters no todo consiste en volar cabezas y humillar a tus rivales. Valve consiguió crear un videojuego que nos daba horas de estrategia y habilidad abrazadas por una historia rompedora.
Siguiendo esta estela llega Faraday Protocol. El nuevo juego de Red Koi Box, creadores de “Gourmet Legacy Stories”.
Faraday Protocol es un quiero y no puedo, o más bien un quiero y no tengo más medios para conseguir ser mejor. Llama a la puerta de Portal y cuando éste abre se queda paralizado ante tanto poderío. Pero es lo que pasa cuando intentas imitar a los más grandes.
Bien, seamos justos. Faraday Protocol no se trata en verdad de un mal juego. Es entretenido, visualmente hermoso y cuenta con un repertorio de puzles que nos harán pensar durante un buen rato. Su problema reside en dos puntos negativos que no le permiten destacar en su género: sus escasas mecánicas y su banda sonora, cosas que comentaremos en sus respectivos puntos del análisis.
¿Cómo es la experiencia de juego de Faraday Protocol?
Como decíamos anteriormente Faraday Protocol es casi un clon de Portal; una pistola especial que nos permite interactuar con los puzles, únicamente corremos, saltamos, disparamos e interactuamos con el entorno, una IA que quiere algo siniestro de nosotros…
En este título, en lugar de utilizar portales interactuamos con la energía de las salas. Nuestra pistola nos permite absorber dos tipos de poder. El rojo, capaz de suministrar de energía los objetos en el que lo usemos, y el azul, que enlaza varios puntos para que se distribuya la energía entre ellos. Es aquí donde decimos que falla el juego. Quizá se deba a su corta duración, a las prisas por lanzar el juego o puede que al presupuesto, pero se podían haber inventado muchísimas más mecánicas energéticas para desarrollar más puzles. Pero no… Solo contamos con estas dos.
Al final cuando tengamos consciencia del funcionamiento correcto de estas dos energías los puzles acabarán siendo sencillos y predecibles. ¿Vemos que hay un enlace y nos falta una energía azul? Debe de estar por algún lado, así que a buscar. ¿Tenemos todo conectado y no se abre la puerta para avanzar? Quizá haya algo a lo que no hemos suministrado energía. Por esto, en las partes finales del juego, Faraday Protocol tira mucho de puzles de combinaciones de iconos en lugar de utilizar sus propias mecánicas. Suponemos que para darle algo más de complicidad.
¿Qué tal las plataformas?
El juego no va mucho más allá de lo que ya hemos explicado. Sí, podremos saltar y “correr” (porque en verdad vamos a la misma velocidad corriendo que caminando aunque haya un botón para correr) pero no habrá prácticamente dificultad en el plataformeo del juego más allá que algún salto con rebote polarizado… en línea recta.
Faraday Protocol se ha puesto como objetivo ser un juego más de puzles que intentar aprovechar los recursos de unas buenas mecánicas o mejores plataformas.
Se trata de un videojuego corto, con la escueta rejugabilidad de tomar una decisión al final de éste. Cosa que podemos hacer cargando el último capítulo. En apenas 5 horas cualquiera podría terminarlo y, como se trate de algún jugador al que se le den bien los puzles, posiblemente no le llevará más de 3 o 4 horas. Al menos si te cansas de sus puzles sabes que no tardarás mucho en terminar.
¿Pasamos ya al apartado gráfico?
Será lo mejor. Al menos este punto es bastante fuerte para los chicos de Red Koi Studios, y es que han conseguido que su niño tenga una cara bonita y agradable. Las zonas que encontramos, aunque visitamos pocas, no aburren en absoluto. Comenzamos en una zona boscosa rodeada por tres zigurats y, una vez nos adentramos en un zigurat, nos acogen salas de temática egipcia futurista.
El ambiente que crean es tremendamente enigmático y consigue hacer que, junto con la historia del juego nos acabemos interesando por saber qué es lo que ocurre en ese lugar.
Los diseños se mezclan con una estética espacial de los años 60 y 70, en la que las luces de neón y la promesa de un hombre en la luna hacían soñar con pistolas de rayos y trajes espaciales reflectantes.
Las animaciones son algo toscas, como sacadas de los fps de principios de los 2000, pero pasan muy desapercibidas debido a que no vemos a nuestro personaje en ningún momento, cosa favorecida por una iluminación muy bien lograda.
La historia y el contenido gráfico van cogidos de la mano, ¿cómo es eso?
La historia de Faraday Protocol es tremendamente misteriosa y enigmática. Nos engancha desde un principio gracias a las salas que encontramos así como las numerosas estatuas egipcias que nos hacen plantearnos sobre los orígenes de la tierra y de las posibilidades de nuestro futuro. ¿Tendrá relevancia religiosa o será una mera casualidad?
El juego, aunque corto, explica a la perfección lo que quiere contar. No es de esos en los que al terminar te deja indiferente, al contrario, necesitas saber qué está ocurriendo, y al terminar te deja satisfecho/a con el resultado.
Tiene fuertes posibilidades de una secuela quizá más completa y mejorada con respecto a sus actuales errores. Faraday Protocol es como la demo de un proyecto mucho mayor que, en el caso de triunfar lo suficiente, continuaría por donde se ha quedado. Pero eso solo el tiempo lo dirá.
En un principio, el juego te mantiene entretenido con los puzles, y cuando empiezas a cansarte es cuando tira fuerte de su historia para mantenerte hasta el final. Es una buena solución para que aquellos o aquellas que adquieran el título lo terminen.
Banda sonora mala… ¿Por qué?
En verdad es injusto decir que Faraday Protocol tiene una mala banda sonora, al contrario: la música, cuando suena, es capaz de poner en tensión a cualquiera, hacernos creer que algo está por suceder. El problema está en esto mismo, que no sucede nada cuando esto pasa, más allá de pensar “Oh, qué sala tan bonita”.
Si además sumamos que tiene cuatro melodías contadas, que suenan en cuatro momentos poco más que relevantes ya hemos terminado. Está bien que en un juego de puzles quieras que el jugador esté concentrado y por este motivo no quieras poner música durante el juego, pero hoy día cualquiera que sienta que no se concentra lo suficiente por este motivo, puede simplemente entrar en las opciones y quitar la música. Además está más que demostrado que mucha gente se concentra más con música que sin ella. Obviamente no música estridente y caótica (que también los hay), tan solo un poco de ambientación.
Esto conlleva a que no nos sintamos parte del juego. La banda sonora de Faraday Protocol no consigue absorbernos, atrofiando el contenido gráfico y la historia de manera directa.
Si tan solo tuviera una pista sencilla y constante durante el juego ya podríamos sentirnos dentro del juego.
Faraday Protocol, lleno de posibilidades ¿podrá seguir la saga?
El trabajo de Red Koi Box tiene un enorme potencial desaprovechado. Parece que el estudio tuvo algo de prisa por terminar. Tenía una buena historia que contar a través de unas mecánicas interesantes. Pero ha acabado quedándose en un juego más para coger polvo en la biblioteca que posiblemente no volvamos a iniciar en nuestra estación de juegos.
Su historia ha conseguido cautivarnos tanto como los recuerdos de Desmond Miles en Assassin’s Creed, pero incluso estos no eran más que un caramelo para los jugadores más apasionados y, por desgracia, esto no es suficiente para lanzar un buen título.
Como jugador quiero ver más contenido de Faraday Protocol gracias a su historia y a su hermosa apariencia, sin embargo no me apetece volver a embarcarme en una aventura en la que no siento que el mundo me invite a entrar. Que simplemente está ahí, planteándome problemas que resolver y nada más, como un mal profesor de matemáticas que ha perdido la pasión por su trabajo.
Si en el día de mañana volvemos a ver una segunda entrega en la que los chicos de Red Koi Box pulen estos defectos, seguro que tendremos una nueva leyenda en los videojuegos de puzles. No perdamos nunca la ilusión en nuestros proyectos o no cautivaremos a aquellas personas, quienes queremos que aprecien nuestro trabajo.