Ya tenemos la esperada Nintendo Switch entre nosotros desde hace casi dos mes y, aunque la inmensa mayoría hemos optado —como es lógico— por The Legend of Zelda: Breath of the Wild o Mario Kart 8 Deluxe como prioridad, cada vez hay más títulos que se perfilan como potencialmente interesantes. En el caso de Fast RMX, estamos ante una versión extendida de Fast Racing Neo (Wii U), que incluye todo el contenido descargable además de seis nuevos circuitos.
Entre carreras futuristas de alta velocidad, este título bebe claramente de títulos como los F-Zero, lo cual puede ser interesante para los muchos que esperamos una nueva entrega de la querida serie. Lo hace bien, a su manera habitual, sencilla en su base y esencia pero con una curva de aprendizaje a tener en cuenta y una buena cantidad de contenido. Un apartado visual destacable junto a un rendimiento fluido y una jugabilidad directa y clara.
En esencia nuestro vehículo dispone de dos modos (representados por los colores azul y naranja), que vienen a funcionar como dos polaridades. Podemos cambiarla instantáneamente con solo pulsar un botón, algo que será fundamental a la hora de mejorar nuestros resultados. Los circuitos están bañados de franjas de dichos colores; hacer que la de nuestro vehículo coincida al pasar por ella nos propulsará a gran velocidad, mientras que si los colores no coinciden la interacción nos frenará. El turbo es otro de los factores que es clave controlar con pericia para desenvolverse bien en este juego: podemos recargarlo recogiendo esferas por el circuito y el momento en que lo usemos será clave para convertirlo en una ventaja o para hacer que nos estrellemos o caigamos de la pista. Estos dos elementos son fundamentales para controlar nuestro vehículo de manera básicamente competitiva, proporcionándonos la puerta a decidir cuándo es mejor arriesgarse —y cuánto— y cuándo es mejor ser prudente. Si bien no son, desde luego, los únicos factores suficientes para ganar.
Hay que decir que, desde un punto de vista competitivo, es importante, como en cualquier juego de carreras, conocer los circuitos, lo cual contribuye a inclinar un poco más la curva de aprendizaje, haciéndolo un juego que puede resultar complicado de controlar o disfrutar al principio para algunas personas. Esto no significa que los controles sean difíciles o sea un juego duro con el que haya que pelearse, simplemente que tiene algo más de miga, y tanto el modo de un jugador como el multijugador pueden ser divertidos si se les da el tiempo necesario para hacerse con ellos. Por profundizar un poco más en el modo multijugador local, este está disponible en la forma de juego local con de dos a ocho jugadores y en la forma de pantalla partida para hasta cuatro jugadores. Es recomendable desbloquear antes diversos circuitos y vehículos además de los que vienen disponibles desde el principio para poder disfrutar de manera más amplia de este modo.
Otro punto a comentar es que los controles son bastante sencillos —e incluso se puede jugar perfectamente con un Joy-Con, aunque por supuesto es compatible con todos los modos de control de Nintendo Switch, incluyendo el Pro Controller—, lo cual facilita el marco para que los resultados dependan más de nuestra habilidad —y entrenamiento— que de tener que lidiar con ellos.
En el apartado técnico, el juego presenta un acabado pulido con un rendimiento estable en todos los modos de juegos posibles que nos ofrece Nintendo Switch, lo cual resulta ideal para esta plataforma y facilita también el poder disfrutar del modo multijugador en cualquier parte. El rendimiento estable es un factor indispensable para el tipo de propuesta que nos ofrece y se traduce en un resultado limpio y fluido, y se puede notar cómo el equipo de desarrollo de Shin’en ha aprovechado la mayor potencia de Nintendo Switch para mejorar diferentes aspectos gráficos, como la luz ambiental o los efectos climáticos. No solo eso, sino que Fast RMX hace uso de la mayoría de la tecnología que incluyen los Joy-Con, y no podía ser menos la nueva vibración de alta definición, que se ha utilizado fantásticamente para añadir inmersión. Personalmente me ha encantado este detalle, ya que las posibilidades de esta tecnología son enormes y un buen uso de la misma la convertirá sin duda en el nuevo estándar.
En definitiva, estamos hablando de una propuesta interesante en su concepto y con un buen acabado en general, tanto en lo técnico como en lo jugable, que incluye una cantidad considerable de contenido con 30 circuitos y 15 vehículos diferentes para disfrutar del modo campeonato, del modo multijugador y del modo héroe. Una gran opción para pasar buenos ratos y echar unas carreras a un precio asequible. Sin duda una experiencia superior en todos los sentidos a Fast Racing Neo para Wii U.