Un delicioso relato de ficción con base autobiográfica que, con el sonido de fondo de la música y los motores, habla de la amistad, el paso del tiempo y los caminos que siguen nuestras vidas.
Velocidad: relación que se establece entre el espacio que recorre un objeto y el tiempo que invierte en ello.
Fast: adjetivo del idioma inglés que significa «rápido» en castellano. Al tener solo un sílaba, su comparativo se forma añadiendo la terminación –er al adjetivo. Faster significa, pues, «más rápido».
Tiene este libro el efecto de evocar —entre muchas otras cosas, la mayoría más importantes— saberes como esos, aprendidos en nuestros años escolares. Comprobamos que aún siguen ahí, útiles para un propósito tan improbable cuando los adquirimos como el de disfrutar de una novela difícil de aprehender ya desde su mismo título.
Un título que toma de una canción del beatle George Harrison, dedicada al mitificado y extremadamente peligroso circo de la Fórmula 1 de finales de los años setenta, cuyo vídeo musical puede verse aquí.
Se trata de Faster, última novela del escritor argentino Eduardo Berti, recientemente publicada por la editorial Impedimenta.
Se basa en un recuerdo de su adolescencia, cuarenta años atrás en Buenos Aires, que el autor reescribe a partir de unos recuerdos inevitablemente fragmentados y pulidos por el paso del tiempo. Ficción con una base autobiográfica o, si se quiere decir con una palabra muy empleada últimamente, autoficción.
«De esos titanes deportivos, retirados o en acción, a nosotros nos deslumbraba, supongo, lo gratuito, lo imponderable, lo arbitrario de sus acciones y proezas que alimentaban nuestro lado más rebelde y más fantasioso. Ignoro si los visitábamos a fin de que nos contagiasen algo o, más bien, para tocarlos y probar que eran reales»
Son el narrador en primera persona de la historia, trasunto del propio Berti, y su amigo Fernán (ese es solo el nombre con el que se lo rebautiza en el relato).
Compañeros de colegio, apasionados de la música de su tiempo, admiradores de las grandes figuras deportivas, aficionados a la Fórmula 1, precoces aprendices de periodista.
Una tarde toman la decisión de intentar entrevistar al legendario piloto Juan Manuel Fangio, mito viviente nacional, quien dirige un concesionario de la marca de automóviles Mercedes en la periferia de Buenos Aires. Una entrevista que, de alguna manera, será importante en los derroteros que tomarán sus vidas y que, ya adulto, el narrador recordará y tratará de reconstruir.
Berti cautiva al lector con una prosa de cadencia envolvente y fluida, estructurada en un mosaico de brevísimos capítulos sin numeración —trufados de citas de Fangio o de otros, pero que bien hubiera podido pronunciar él— tranquila y veloz al mismo tiempo.
Hace imaginar al narrador ante su texto como a un piloto ante el asfalto, cambiando de marcha frenéticamente para enfilar cada tramo del circuito. Mirando continuamente hacia delante, a través del parabrisas, y hacia atrás, por el retrovisor.
Antes de concluir la reseña, hay que hablar del «elefante en la habitación».
Argentina, año 1979… es decir, en plena dictadura militar… ¿cómo refleja la situación del país la novela? Podría decirse que lo hace de una manera muy sutil, como una sombra presente que no se ignora, pero que tampoco es un agujero negro que atrape toda la luz que irradia el texto.
La pasión del país por el deporte como válvula de escape y como medio de distracción empleado por el poder.
La proliferación de fanzines alternativos que escapaban al control férreo de los medios por parte de la dictadura, y que inspiraron a los jóvenes protagonistas a crear el suyo.
La Fórmula 1 y la música de los Beatles como forma de mirar más allá de las fronteras nacionales y de encontrar héroes propios, no heredados de generaciones anteriores.
Al fin y al cabo, los protagonistas son muchachos de catorce años que por aquel entonces todavía estaban empezaban a abrirse al mundo y a tomar sus propias decisiones. Reescribir su vida de entonces y poner en sus ojos la mirada adulta, más consciente de los sótanos terribles de aquel tiempo, hubiera sido caer en una cierta impostura que el autor ha sabido esquivar.
«Fernán decía entonces que «Faster» hablaba también del tiempo. Que nadie sabe ni entiende cómo hace el tiempo para ser el más rápido de todos, lo más rápido de todo. En síntesis, Fernán leía la letra de la canción «Faster» como un desprendimiento o una resonancia de otra canción de George, «All Things Must Pass», en especial de aquella frase que afirmaba y, a pesar de los años, sigue afirmando, abrir y cerrar comillas, ninguna de las cuerdas de la vida va a durar por siempre»
La cartulina de la cubierta de tapa blanda, la sobrecubierta verjurada, el papel de las páginas, la fuente elegida para el texto, pequeños detalles como la hoja fotocopiada del fanzine que se muestra en la página 109 o el marcapáginas que reproduce la ilustración de cubierta… todo.
Especialmente bella es, en esta ocasión, la imagen de cubierta, tomada de una portada de la revista argqentina El Gráfico de febrero de 1950.
Su primer libro de ficción, la colección de cuentos Los pájaros (1994), obtuvo el Premio-Beca de la Revista Cultura y fue considerado uno de los mejores libros del año por el diario Página/12. A este libro le siguieron dos novelas de importante repercusión: Agua y La mujer de Wakefield, ambas traducidas a varios idiomas: japonés, inglés, portugués y francés. La versión francesa de esta última fue finalista del prestigioso premio Fémina, que se entrega en Francia al mejor libro extranjero del año.
En 1998, Berti se afincó en París, donde trabajó como periodista cultural y corresponsal para diversos medios argentinos. En el año 2002 publicó en forma simultánea en España y en Argentina los cuentos muy breves de La vida imposible cuya traducción al francés, La vie impossible, recibió el premio Libralire-Fernando Aguirre que en ediciones anteriores ganaran Enrique Vila-Matas o Francisco Ayala.
En 2004, su novela Todos los Funes quedó finalista del prestigioso Premio Herralde, y fue considerada por el Times Literary Supplement uno de los mejores libros de ese año.
En 2008 publicó la novela La sombra del púgil, y en 2010 apareció su último libro de cuentos, Lo inolvidable. A finales de 2011, obtuvo en Argentina el Premio Emecé, en fallo unánime, por su novela El país imaginado, que Impedimenta recuperó para el resto de lectores hispanohablantes y que se alzó con el Premio Las Américas de Novela.
En 2016 publicó en Impedimenta su novela Un padre extranjero, y en 2018 Faster (más rápido), sus memorias sobre periodismo, música y velocidad.
Es autor de diversas antologías: desde Galaxia Borges, en coautoría con Edgardo Cozarinsky, hasta Nouvelles, antología del nuevo cuento francés (2006), pasando por Fantasmas, Historias encontradas o Los cuentos más breves del mundo.
En colaboración con MONOBLOQUE, ha publicado en Impedimenta en el año 2017 Inventario de inventos (inventados). En los últimos años, Berti se ha dedicado a la traducción de diversas obras, entre las que destacan los cuadernos de apuntes del escritor norteamericano Nathaniel Hawthorne; la novela Gabrielle de Bergerac, de Henry James (Impedimenta, 2012); las Memorias de Joseph Grimaldi, de Charles Dickens; los cuentos de Jacques Sternberg o La muerte del corazón, de Elizabeth Bowen (Impedimenta, 2012).