La nostalgia sale al campo de batalla
Tras el excelente lanzamiento de Fire Emblem: Three Houses, Intelligent Systems se encontraba en una situación complicada: Three Houses se convirtió en el lanzamiento más exitoso de la saga atrayendo a la franquicia a miles de nuevos jugadores gracias a su nuevo sistema social pero, a su vez, algunas de las mecánicas de su sistema de combate se simplificaron demasiado y no terminaron de gustar a los fans que llevaban años apoyando la franquicia.
Con ese panorama, Intelligent Systems tenía varias opciones sobre la mesa: lanzar una nueva entrega similar a Three Houses, volver a las mecánicas anteriores o combinar lo mejor de Three Houses con los sistemas de combate clásicos. Pues bien, Fire Emblem: Engage ha llegado a Switch sorprendiendo a todos al optar por algo que nadie se había planteado.
¿Será suficiente para mantener el excelente nivel de calidad de la saga?
Bienvenido a Elyos
Fire Emblem: Engage nos traslada al continente de Elyos, una tierra que, en el pasado, fue asolada por una terrible guerra provocada por un Dragón Caído llamado Sombron. Sombron fue capaz de poner al borde del precipicio a todo Elyos hasta que Alear, el Dragón Divino, se enfrentó a él.
De esa batalla fue Alear el que resultó victorioso, pero ambos contrincantes cayeron en un sueño milenario que termina en el mismo momento en el que nosotros empezamos a jugar. Como ya podéis imaginar, nuestro protagonista será el propio Alear, que se ha reencarnado en un ser humano sin recuerdos de su pasado y que, a lo largo de las más de 50 horas que dura la aventura, irá recuperando sus recuerdos mientras vuelve a enfrentarse a Sombron para acabar con él de una vez por todas.
Una historia con problemas
Por el camino iremos conociendo a todo tipo de personajes que se unirán a nuestra causa por un motivo u otro pero, a diferencia de otras muchas entregas de la serie, los personajes de Fire Emblem: Engage son extremadamente planos. Sus motivaciones para luchar y ser como son las tendremos claras desde el mismo momento en el que los conozcamos y no habrá un desarrollo ni tramas de personajes como si hemos visto en otras ocasiones.
Intentar comparar a algunos de los nuevos guerreros con personajes secundarios como Soren (Fire Emblem: Path of Radiance), Sedgar (Fire Emblem: Shadow Dragon) o Edelgard (Fir Emblem: Three Houses) es casi bochornoso.
No entendemos qué ha ocurrido para que la trama del juego y de los personajes sea tan plana, pero lo cierto es que estamos ante una de las entregas de la saga más flojas en ese sentido. Y no, no creemos que el hecho de que la historia vuelva a girar entorno a dragones milenarios y protagonistas amnésicos sea el núcleo del problema. Ese ha sido, casi siempre, uno de los elementos típicos de la trama de la saga pero cada juego ha sabido darle la vuelta a la historia e incorporar giros de guion y personajes inolvidables que suplían las posibles carencias que pudiera tener la historia. En Fire Emblem: Engage simplemente no tenemos esos apoyos.
Un sistema de combate para recordar
Por suerte, Fire Emblem: Engage puede alardear de tener uno de los sistemas de combate más pulidos y profundos de toda la franquicia y, además, de los mapas mejor planteados que hemos visto en cualquier juego de estrategia por turnos en la última década. No estamos exagerando.
El diseño de cada uno de los mapas está pensado para adaptarse a la perfección al contexto y las circunstancias bajo las que se está provocando el combate invitándonos a rehacer nuestras estrategias y formas de jugar para sacar ventaja a cada situación. Así, no será lo mismo tener que superar una emboscada en la que nos llegan soldados y paladines por todas partes que enfrentarnos a un enemigo que está atrincherado detrás de una muralla. Fire Emblem siempre ha buscado que adaptemos las unidades que ponemos en juego al diseño del entorno, pero en Engage se han superado con creces en este sentido.
El estupendo diseño de escenarios combina a la perfección con la vuelta de mecánicas clásicas y la inclusión de otras completamente nuevas que añaden varias capas de profundidad a un sistema de combate que ya funcionaba a las mil maravillas.
El triangulo de armas regresa con cambios
El regreso más esperado por la mayor parte de los jugadores clásicos de la franquicia es el del triangulo de armas que desapareció en Three Houses. Por tanto, en los combates de Engage tendremos que volver a tener en cuenta el triangulo de ventajas y desventajas que existe entre las espadas, hachas y lanzas. Cada una de estas tres armas tiene ventaja frente a una y está en desventaja respecto a otra. Hasta ahora, este sistema nos permitia atacar dos veces seguidas a un enemigo o causar más daño en un ataque, pero ahora ha incorporado una nueva mecánica conocida como Ruptura.
Cuando un soldado ataca a otro con un arma sobre la que tiene ventaja, al defensor se le «rompe» su defensa y queda inmóvil durante el resto del turno. Esto quiere decir que no se defenderá ni contraatacará frente a ningún ataque realizado ese turno, incluidos los ataques que lleguen de soldados sobre los que debería tener ventaja. Esto cambia por completo las reglas del juego. No solo tendremos que medir muy bien nuestros movimientos para aprovechar los puntos de ruptura de nuestros enemigos, si no que una mala jugada por nuestra parte puede dejar vendida a una de nuestras unidades que vería como en el turno del rival todos los enemigos le atacan sin darle la posibilidad de defenderse.
Emblemas y nostalgia
La otra gran novedad – y la que sustenta gran parte del título – tiene que ver con los Emblemas. Estos objetos especiales que podemos equipar a nuestros personajes nos permiten invocar a algunas de las unidades más famosas de entregas clásicas de la saga como Ike, Soren, Marth, Roy y otros muchos soldados que, además de apelar a las nostalgia, nos permiten mejorar a nuestros personajes y crear combinaciones muy interesantes que añaden una capa estratégica muy profunda.
Lo primero que hay que dejar claro es que no estamos ante objetos consumibles que tenemos que intentar guardar hasta un momento clave de la historia, si no ante objetos equipables que el juego nos invita a usar constantemente si queremos ser capaces de superar ciertas batallas, por lo que se convierten en una de las piezas clave y más importantes sobre las que gira gran parte de nuestra estrategia en los combates.
En el fondo, estos Emblemas nos permiten potenciar a nuestras unidades durante tres turnos aumentando sus características y, sobre todo, añadiendo nuevas habilidades y ataques. Esto nos permite generar combinaciones de todo tipo como un soldado con hechizos curativos, arqueros con muchísima defensa o soldados pesados capaces de lanzar ataques a distancia. Las posibilidades son mucho mayores de lo que podáis imaginar y lo mejor de todo es que seremos nosotros los que tengamos que experimentar para dar con las combinaciones que mejor se adapten a nuestro estilo de juego para sacarle todo el jugo posible.
Un salto de calidad en lo técnico
El mayor problema de Fire Emblem: Three Houses era, sin duda, su apartado técnico. El juego sufría de ralentizaciones constantes fuera de los combates y los diálogos no eran más que conversaciones estáticas en las que nos limitábamos a ver como los personajes se mantenían completamente inmóviles en cualquier dialogo.
En Fire Emblem: Engage se ha dado un paso de gigante en este sentido. Para empezar, el juego está repleto de cinemáticas de destacan por su calidad y por el esfuerzo puesto en representar las emociones y luchas internas de cada uno de los personajes. Además, las animaciones faciales durante las conversaciones también han mejorado notablemente, por lo que no podemos más que agradecer el trabajo realizado en este sentido.
Sin embargo, por algún motivo que no alcanzamos a entender, se ha optado por una dirección de arte más que cuestionable. El diseño de aliados y enemigos es genérico y especialmente feo en el caso de muchos de los miembros de nuestro grupo. Sin ir más lejos, el diseño del protagonista ha terminado convirtiéndose en una fuente inagotable de memes por parte del fandom de la franquicia.
Pese a todo, si dejamos ese problema a un lado, queda claro que Intelligent Systems está dando pasos en la dirección correcta.
En lo que respecta al apartado sonoro, Engage mantiene el excelente nivel de calidad de la saga al contar con una banda sonora repleta de temas orquestales que encajan a la perfección con la temática del juego. Además, todos los textos han sido traducidos al castellano y podremos optar por acompañarlos por un doblaje al inglés o japonés.
Conclusiones del análisis de Fire Emblem: Engage
Pese a la polémica generada por su incomprensible descenso de calidad a nivel argumental, Fire Emblem: Engage ha resultado ser una entrega muy divertida y desafiante que gustará especialmente a quien venga buscando un sistema de combate táctico por turnos profundo y repleto de posibilidades.
El sistema de Ruptura y los Emblemas son novedades lo suficientemente interesantes como para sostener el juego por sí mismos, pero es que a eso hay que sumar un diseño de escenarios magistral y una dificultad equilibrada y bien medida de principio a fin.