Florence videojuego novela interactiva análisis reseña crítica

Florence nos transporta a la vida anhelante de color y cambio de Florence Yeoh a través de una novela interactiva. Una historia sencilla sobre la vida y el amor, no solo hacia los demás, también hacia uno mismo. Fue desarrollada por el estudio australiano Mountains y distribuido por Annapurna Interactive. El videojuego está disponible para Android, iOS, Windows, macOS y Nintendo Switch.

Todo comienza una mañana cualquiera para Florence Yeoh, una oficinista de veinticinco años que ha decaído en una rutina gris, silenciosa y carente de movimiento. El reloj avanza, y ella sigue inmersa en las mismas mecánicas, los mismos pensamientos, el mismo decaimiento. Por arte de música y azar, conoce a Krish, un violoncelista, y todo cambia.

Florence videojuego novela interactiva análisis reseña críticaSi hablamos del concepto de la historia, Florence no inventa la rueda, como se suele decir. Pero es que tampoco lo pretende ni lo necesita. El encanto de su historia no está en el factor sorpresa, todo lo contrario. Lo encontramos en lo familiar, lo humilde, lo empático y lo accesible que es. El director Ken Wong tiene la habilidad de cambiar las cosas de perspectiva, de acercarnos a los pequeños detalles y aproximarnos a Florence de diez mil formas distintas.

Insisto tanto con Florence porque es a ella a la que conocemos. Apenas tenemos algunos retazos de su madre, aunque muy significativos, y aunque conocemos a Krish un poco más, con quien realmente viajamos es con ella. Porque el videojuego, aunque su lanzamiento se produjo el 14 de febrero de 2018, en San Valentín, no tiene el foco en el amor romántico. que sí, tiene presencia, lógicamente, pero ese no es el amor del que verdaderamente trata la historia. Florence es un viaje de amor y reencuentro hacia sí misma y en cómo eso se refleja en su vida y sus relaciones.

Nadie me dijo que el amarillo era el color del amor

La estética supone un despliegue de diseño en el que menos es más y en la que aprovechan el minimalismo para profundizar en la rutina, el humor y el desamor de lo cotidiano. Es gracias a esa aparente sencillez por lo que detalles como la presencia del color amarillo en un mundo de grises y azules cobra sentido y fuerza. Un elemento que pasaría fácilmente desapercibido en otros títulos con un estilo más orientado a la primera persona y al hiperrealismo, aquí supone un mundo.

El videojuego apenas tiene diálogo. En su lugar, está repleto de puzles muy sencillos pero elaborados con un cuidado milimétrico y un profundo sentido argumental. Su jugabilidad es tan intuitiva que más que una novela interactiva, es casi una película de animación.

La vida se esconde tras una clave de sol

La banda sonora compuesta por Kevin Penkin no se limita a ser preciosa, que lo es, sino que se convierte en uno de los ejes fundamentales del desarrollo argumental. Al carecer de diálogos, la historia se respalda en los puzles y en la música para encontrar su propio ritmo, cambios y contrastes. Y aunque el hecho de que Krish sea violoncelista influye en cómo la música llega a la vida de Florence, la banda sonora va mucho más allá.

Florence es una historia que enamora desde su sencillez, que conmueve con su sinceridad y que perdura gracias a su honrada humanidad.

 

Carolina de León
Periodista, camarógrafa y escritora. Con muchas historias que ver, relatos que escribir y memorias que vivir.

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