Cuando eres un minúsculo peón en un tablero gigantesco parece imposible que podamos cagarla demasiado. Ya se sabe, siempre olvidamos nuestro potencial natural para ser un desastre con patas. Forjemos estrellas de plata es el primer libro de la nueva saga de Brigid Kemmerer, autora de la trilogía Una maldición oscura y solitaria. Ha sido publicado por el sello Puck y cuenta con un fragmento del libro disponible online.
Jax y Callyn han sido amigos de toda la vida. Incluso cuando Jax perdió el pie y se vio confinado a la herrería con el maltratador de su padre, incluso cuando Callyn perdió a sus padres y se convirtió en la única protección de su hermana. Más allá de las calamidades y los cuentos de hadas, siempre han estado ahí el uno para el otro. Pero cuando la recaudadora de impuestos llama a sus puertas, amenazando lo poco que tienen para sobrevivir, esa unión puede convertirse en un camino escarpado hacia la locura.
Cuando una desconocida le ofrece dinero a Jax por hacer entrega de unos mensajes que apestan a peligro a kilómetros, no verá otra solución para salvar a Callyn y a sí mismo de la ruina. Aún si su voluntad flaquea cuando lord Tycho, el mensajero del rey, aparece de pronto en aquel pueblo olvidado y en medio de la nada.
Brigid Kemmerer crea un mundo sacudido por terremotos y nos lanza dentro de mala manera, ya tú apáñatelas como puedas ahí dentro. Es un mundo intrincado, con sus propias criaturas, leyes y creencias mágicas. Digo lo de creencias porque ni los que hacen magia potagia parecen saber del todo lo que están haciendo. Estupendo para que la población entera viva con el miedo en el cuerpo, sean capaces de lanzar hechizos o no.
Aunque estés muy atento, Kemmerer no te va a dar toda la información. No tan fácil. Tendrás que elaborar tus propias teorías de cómo funciona el cotarro, por qué todo el mundo se lleva a matar y cuál es el camino correcto. No todas las preguntas están relacionadas con la trama, de todas formas. Muchas nacen a partir de la solidez del tablero que Kemmerer ha creado.
Los conflictos son tan humanos porque están cargados de arrogancia, temor, ansia de control y rabia. Es lo que los hace tan intrincados y difíciles de resolver. Si todo se arreglara por arte de magia, la vida de los personajes quizás habría sido mucho más fácil. Pero no es así, más cuando la propia existencia de la magia es lo que pone a unos contra otros. Les pierde el miedo, las responsabilidades inasumibles, las heridas abiertas en el corazón y la fustigación en la conciencia. Miles de caminos plagados de remordimientos que los llevan a un choque cada vez más violento e inevitable.
Lo único que tienen en común todos los personajes, sin importar su bando, es que son tan tercos que acabarán perdiendo las muelas de tanto masticar pensamientos de mala gana. No es de extrañar que el índice de vinagre en sangre de esta gente sea del 50%. Al menos no temen al colesterol.
La carga narrativa se divide entre Callyn, Jax y Tycho, cada uno funcionando como una visión parcial del conflicto que, cuando las agrupas, nos da a entender casi todo lo que hay armado, de dónde viene y a dónde parece correr inexorablemente. Recalco lo de casi, porque a Kemmerer le gusta mantener un as bajo la manga. Las historias de los tres sirven, no solo para conocerlos a ellos y sus vivencias, su recorrido y lo que les impulsa a tomar las decisiones que toman, también como puente para conocer y comprender las diferentes facetas de los demás personajes.
Forjemos estrellas de plata es una novela interesante en la que los personajes tienen que poner su moralidad en tela de juicio mientras tienen un cuchillo apuntando a su garganta y otro a su hígado. En la que tienen que salir a la fuerza del hueco en el que han metido la cabeza como avestruces, algunos incluso en un sitio mucho más personal, pero en fin. En la que tienen que tomar aire, aunque les tiemble la respiración, y enfrentarse a lo que se les viene encima.